viernes, 15 noviembre, 2024
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«No se dejen apretar»: la CGT presiona a los gobernadores para que rechacen el pacto de Milei

Ni sorprendidos, ni descolocados. Entre la primera línea de la conducción de la CGT casi como que daban por hecho que Javier Milei volvería a elegirlos como el blanco principal de su ofensiva en el discurso de apertura de sesiones ordinarias del Congreso. La necesidad del Gobierno de recuperar la iniciativa política tras el fracaso de la Ley Ómnibus y el tambaleo del megaDNU de desregulación económica fue, en la visión cegetista, el motor principal del renovado «ataque» que denuncian detrás de la embestida presidencial.

Pero los sindicalistas rechazan sumarse al «show» que les propone Milei y están decididos a profundizar su estrategia en el terreno político, especialmente redoblando la presión sobre los gobernadores para que resistan los términos del Pacto de Mayo que alienta la Casa Rosada.

Lo blanqueó sin eufemismos este domingo Pablo Moyano: «Les pido que que tengan dignidad, que ninguno se deje apretar y que no voten leyes en contra de los laburantes», reclamó el camionero. Su par del triunvirato cegetista Héctor Daer, insistió en la misma línea: «Los están convocando a un proyecto liberal de destrucción del Estado y me parece que ningún gobernador fue electo para eso«.

El mismo mensaje transmitieron otros gremialistas a varios mandatarios provinciales en los contactos mantenidos durante el fin de semana para intercambiar impresiones tras el discurso de Milei. La intención es aceitar esas conversaciones en los próximos días, sumando también a los referentes legislativos, en el propósito de consolidar masa crítica en medio del deterioro de la realidad económica y social.

«No nos vamos a subir al ring con Milei, no vamos a discutir con él», es la línea de reacción consensuada en la cúpula sindical. El plan trazado por los gremialistas no contempla, pese a las repetidas amenazas de Pablo Moyano, avanzar con la convocatoria a un nuevo paro general. «Esto no se resuelve contestando con un paro», enfatizó un referente de la «mesa chica» cegetista, que prevé reunirse durante la semana para delinear sus próximos pasos.

El objetivo más inmediato apunta a avanzar con las gestiones para que el Congreso derogue el DNU 70/23, para lo cual los sindicalistas aseguran tener número suficiente en el Senado (hablan de un piso de 43 votos en contra del decreto) y están expectantes con el resultado de las últimas negociaciones que encararon en Diputados. Rechazan que el discurso presidencial ante la Asamblea Legislativa vaya a alterar esa ecuación. «Tanto humo se disipa rápido», ironizan entre dirigentes.

En la cúpula sindical argumentan que con la ofensiva en su contra, el Presidente profundiza su discurso de campaña para retener la adhesión de los sectores que lo acompañaron en la elección, pero advierten que los próximos tres meses serán clave para mantener el respaldo de la opinión pública y conseguir el aval de los gobernadores al pacto. «Para el 25 de mayo falta una eternidad y con un ajuste feroz en el medio», alertó ante Clarín uno de los jefes de la central obrera.

La decisión de Milei de volver a poner al sindicalismo como blanco principal de sus críticas no sorprendió a la CGT, aunque realimentó la tensión y el malestar en un vínculo que permanece roto desde el desembarco del libertario en la Casa Rosada. Con nombre y apellido, el Presidente ubicó a Pablo Moyano entre los «jinetes del fracaso», junto a las principales espadas del kirchnerismo, y achacó a Roberto Baradel la responsabilidad por los paros docentes en medio de un conflictivo inicio del ciclo lectivo.

También enfocó en el anuncio de una iniciativa para limitar los mandatos y las reelecciones en los gremios, y propuso transparentar los comicios sindicales con la supervisión de la Justicia Electoral. Curioso cuándo en plena campaña el propio Milei había rechazado cualquier intromisión del Estado en la vida interna de los sindicatos. «Son fuegos de artificio», desestimó otro gremialista.

Pero en la conducción de la CGT se mostraron más preocupados por otro de los anuncios formulados por el Presidente ante el Congreso: la propuesta para jerarquizar los convenios por empresa por sobre los convenios colectivos de actividad, que consolidan el poder del sindicato más representativo de cada sector para convenir las condiciones laborales de los trabajadores de ese rubro.

«Milei pretende un país sin sindicatos«, acusó Daer ante Clarín. Y agregó: “El problema no son los dirigentes sindicales sino la jerarquía de los convenios colectivos de trabajo, lo que es inadmisible porque ahí desaparecen los derechos laborales”.

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