Gobierno en jaque ante los gobernadores
En temas de urología política, la capacidad y franqueza del chorro definen la calidad del protagonista. El peor error que puede cometer es probarlo contra el viento. Los gobernadores que se reunieron el viernes con la cúpula del Gabinete salieron con percepciones difíciles de unificar, ante un Gobierno que se hace daño a sí mismo y tampoco se deja ayudar.
Cada cual cuenta cómo le fue en la feria, pero hay unanimidad: el Gobierno está en jaque ante sus contradictores del Congreso y de las provincias. Por esa razón, los voceros oficialistas amañaron el relato del encuentro. Intentaron imponer la idea de que les ofrecieron un canje de votos por la ley combi a cambio de la reposición de Ganancias.
Les quedó claro a todos que volver a cobrar Ganancias es una imposición innegociable, que le ha planteado el FMI al Gobierno para seguir hablando de un programa. Les convendría a los gobernadores, pero lo necesita más la Nación.
Los gobernadores tienen una herramienta reservada para el contraataque: reflotar el proyecto del hoy gobernador Ignacio Torres para hacer coparticipable el 50% del impuesto al cheque. Ese tributo es hoy uno de los que más recauda junto al Impuesto País.
El proyecto lo presentó Torres antes de dejar la banca de senador, junto a otro electo en su provincia, Alberto Weretilneck (Río Negro). Fue el 7 de diciembre pasado y en aquel momento el chubutense afirmó que tenía el apoyo de una veintena de gobernadores.
Todo lo que haga el Gobierno en estas horas está dirigido a demorar que se monte la espoleta de ese proyecto. Que lo hagan depende del trato que le dispense el Gobierno nacional a los gobernadores y sus demandas, en público y en privado.
En público los insulta. En privado hay gobernadores que se enteraron de que hubo llamados del Gobierno a compañías aseguradoras que habían suscrito bonos de algunas provincias, recomendándoles salir de esas posiciones. Un aprovechamiento político del Seguros Gate, que es la nueva mancha venenosa.
Filípica de Zamora: no se engañen
En el balance de poder, el disparador será la actitud que tome la provincia de Buenos Aires. Axel Kicillof es hoy un estandarte del peronismo, que tiene 99 diputados y 33 senadores. Ese número decide cualquier rumbo.
Se entiende el tono displicente con el que se movió el gobernador en la cumbre del viernes de los mandatarios con la cúpula del gabinete en la Casa Rosada. Hasta le puso humor a un recinto en donde no hay mucho humor. Cuando le sirvieron un café, rió: «- Por fin un café, algo nos dan. ¿Lo pago yo de mi bolsillo?«.
A muchos les cuesta reírse de lo que diga Axel, pero sirvió de válvula de alivio. El Gobierno tomó nota además del consenso tácito que tuvo en el conjunto la intervención de otro opositor. El santiagueño Gerardo Zamora le dedicó una filípica de aquellas a la cabecera de la mesa. Les reprochó su percepción de los problemas con frases de este tipo:
• » – Ustedes están equivocados en el diagnóstico de las provincias. Creen que son deficitarias. Y no es así, tenemos superávit. Y tenemos ahorros. Santiago del Estero es la 6ª. exportadora del país».
• » – Más allá de que saquen o no la ley o el DNU, ¿por qué no se ponen a gestionar? Acá no se mueve un solo expediente. Vengo a Buenos Aires y no hay funcionarios designados. Y si hay alguno y lo encuentro, después lo echan».
• » – No se dejen engañar. Alberto Fernández también tenía el 80% de popularidad en su mejor momento. Eso nunca dura mucho. No se equivoquen».
Seguramente a Zamora le han llegado las leyendas de que hay funcionarios del alta responsabilidad del Gobierno que no lo conocen a Milei, como el responsable del espionaje o el presidente de la petrolera estatal.
Los medios informaron que recién en Expo Agro el secretario de Agricultura había conocido al presidente. En un rapto de realismo alguien reprochó la frase de Nicolás Posse sobre la baja de los alquileres por la derogación de la ley. “¿Alguien vio eso?”, fue el comentario que cruzó la mesa.
“Pásennos las obras paradas”
Del otro lado, silencio. Zamora es, después de todo, un radical que se alió con el peronismo de los Kirchner. Él y su mujer Claudia Ledesma les cuidaron las espaldas en el Senado, con cargos en la cúpula de la Cámara, que Cristina le negó al peronismo.
Tiene un antecedente hiriente para el oficialismo: Sergio Massa registró en Santiago del Estero el mejor resultado. Le ganó a Milei en el balotaje por 68,51% a 31,49%. No se plegó al apoyo que muchos mandatarios del peronismo le dieron a Milei desmovilizando a la militancia, para que ganase -o para que perdiese- Massa, en una venganza del interior hacia el AMBA, una historia que alguien desentrañará en cualquier momento.
Uno de los presentes, que pertenece al PRO, confesó después de escuchar a Zamora: «- Si no fuera de mi partido me hubiera puesto de pie para aplaudirlo».
Esta intervención movió otros ánimos. La santafesina Gisela Scaglia pidió que la Nación le transfiera a Santa Fe la obra de una cárcel en Coronda que el Gobierno paralizó cuando falta apenas el 10% para terminarla. «- Levantaron el obrador y la dejaron así. ¿Por qué no nos la traspasan y la habilitamos?». Se prendió Kicillof: «- ¿Una obra? En Buenos Aires tengo 1.000 obras paralizadas por la Nación. Si me las traspasa, también las terminamos nosotros». La cabecera respondió en modo «tomamos nota».
La pata sindical de la rebeldía
Ese fue el tono de la reunión, que movió al oficialismo a concentrar sus esfuerzos para aislar a la oposición mansa del Congreso, y así dilatar la posibilidad de que se arme una mayoría que haga avanzar el proyecto de Torres, del cual se habló mucho el jueves en Puerto Madryn, en la cumbre de los gobernadores del jueves. Ojo con ese entente que tiene dos provincias de fuerte impronta sindical y con personajes con envión político, como Ignacio Torres, Claudio Vidal, Sergio Ziliotto, Rolo Figueroa y Alberto Weretilneck.
No extrañó que fuera como invitado especial al encuentro el cacique cegetista Héctor Daer, que estuvo a solas con Torres. La CGT tiene una estrategia política que, aclaró, no pasa por la calle Matheu (sede del PJ) sino por el Congreso, en donde se juega el destino de la política laboral, atacada por el Gobierno.
Las provincias patagónicas son la cabecera del rechazo de los gobernadores a la reposición del impuesto a las Ganancias. Esa región pertenece al club del salario alto, por los beneficios de la zona en actividades bien pagadas como el transporte, la construcción, el petróleo, la pesca y la minería.
El jefe de Gabinete Posse defendió la medida: la Argentina es el único país del mundo que no grava los sueldos altos. La Argentina es excepcional en tantas cosas, le respondieron. Estiró los números hasta llevar el mínimo no imponible de ganancias hasta cerca de $ 1,8 millones -el equivalente tres Canastas Básicas Totales, del INDEC, que para febrero eran unos $ 600 mil-. A partir de ahí, comenzarían a pagar sobre el excedente. No convencieron mucho a los patagónicos, aunque otros creen que es posible aceptar ese piso.
Presionan para postergar sesión por jubilados
Para este miércoles, los diputados de la Coalición Cívica que orbitan en el bloque Hacemos de Miguel Pichetto han pedido una sesión especial. Es para tratar una fórmula de actualización de las jubilaciones. Martín Menem intentó durante el fin de semana que Juan Manuel López, de la Coalición que inspira Elisa Carrió, pida la postergación de la sesión.
Quiere darle tiempo al Gobierno a que les haga llegar la nueva letra de lo que quedó de la ley ómnibus, que contiene otra fórmula de actualización, menos hiriente para la Tesorería, aunque sí para los pasivos. López rechazó los pedidos. La diferencia entre el Gobierno y el proyecto de Hacemos es pequeña: es sobre el retroactivo por inflación en cada fórmula.
Lo mismo le pidió Menem a Pichetto, que tiene previsto reunir a su bloque en la tarde del martes para tratar el tema en conjunto. Menem parece haber convencido a una parte del bloque de la UCR, la que Rodrigo de Loredo controla a medias.
El PRO recibió el mismo pedido de clemencia de parte de Mauricio Macri y tiene como argumento que María Eugenia Vidal también ha presentado un proyecto propio de actualización de los jubilados. También tienen reunión de bloque el martes, pero hasta este domingo no parecían estar de acuerdo con dar número a la sesión especial.
Un cálculo provisorio del fin de semana prevé que la convocatoria puede llegar a tener los 129 con el apoyo del peronismo, que está para subirse a cualquier escenario crítico del gobierno. La diferencia entre el proyecto de Hacemos y el del gobierno es pequeña y gira sobre qué inflación a reconocer en el retroactivo. Puede arreglarse si hay sesión y será una prueba de que algo funciona.
Pichetto vuelve al Senado
La trama de los sueldos salpica a todos, como sucede con una proyección contra el viento. Los legisladores que cruzaron whatsapps durante el fin de semana se preguntaban: ¿puede pedir delegación de facultades un presidente que no sabe lo que firma?
Para este lunes está previsto un regreso de Pichetto al Senado, en donde fue poderoso señor durante 18 años. Buscará hablar con Victoria Villarruel sobre salarios. Hasta donde se sabe, la vicepresidenta no ha firmado la derogación de los aumentos que acordó con Martín Menem.
Ella no es senadora y tiene el sueldo que le puso Milei según la mecánica del resto del Ejecutivo. Menem por lo menos se sube y se baja el sueldo a sí mismo. Villarruel defiende el derecho de sostener lo que firmó y no agraviar a los senadores.
Los necesita porque también hay un pedido de sesión especial para tratar (de voltear) el mítico DNU 70, que es hasta hoy el único programa del Gobierno, aunque con la carrocería rayada por las impugnaciones judiciales. ¿Cómo les va a pedir a los senadores no peronistas que no se sumen a los 33 de José Mayans, que reclaman por la demora en convocar a la sesión especial?
Sacar el debate de los tuits
Estas reacciones de los contradictores del Gobierno se acumulan detrás de una estrategia: sacar del tuiter al Gobierno y a sus comunicadores del primer time de la TV cable, y llevarlos a la realidad. La estrategia comunicacional del Gobierno descansa en el encapsulamiento en los mensajes telefónicos y explica los desaciertos que produjeron otra derrota del oficialismo, ahora con los sueldos, y después del colapso en el Congreso y en la justicia de la ley ómnibus y del DNU.
Este caso resiente el prestigio de Milei entre los suyos, que lo consideran un ser superior. Pero que te gasten Tolosa Paz y Cristina al mismo tiempo es un bajón. Empiezan a entender los modos del presidente, que tiene la flexibilidad, diríase, de un barra brava: se agranda con el débil, se arrodilla frente al poderoso, te roba la bandera cuando puede y es hijo del rigor.
Quien lleva la firma del presidente es el secretario Legal y Técnico, hoy Javier Herrera Bravo, un hombre del macrismo que secundó a Pablo Clusellas en esa oficina entre 2015-2019. ¿No irá ahora Milei a sumarlo a Mauricio a los reproches que le hizo a Cristina de Kirchner por el enchastre de los salarios?
Maldita polarización
El ensayista español Daniel Innerarity aportó esta semana una percepción útil sobre el uso y abuso de la polarización como método. Existe, dijo en un seminario organizado por el Grupo Olimpia-UCR, una fascinación con la polarización como herramienta de análisis político, que supone que la polarización es también social. En realidad “la radicalidad no es tan atractiva para el grueso de la sociedad».
Desde este ángulo, hay una polarización percibida o sentida que es más fuerte que la polarización real. «Esto es así sobre todo para quien se mueve en determinadas burbujas de las redes sociales y que puede terminar creyendo que la sociedad está compuesta únicamente por gente que está en las redes sociales cuando los que estamos en las redes sociales somos relativamente pocos”.
El gobierno al Congreso
En esa estrategia de realismo los legisladores de la oposición amigable de Hacemos han presentado, además del pedido de sesión del miércoles sobre jubilaciones, otro el martes 19 de marzo, para reponer los fondos del Incentivo Docente de las provincias. Sin pedir sesión especial, Ricardo López Murphy y Oscar Agost Carreño han presentado proyectos para una moratoria impositiva, un blanqueo de capitales, bajar los impuestos a la compra de computadoras y teléfonos, y un impuesto sobre el juego on line.
La Coalición agregó el viernes dos proyectos de privatizaciones. Uno discrimina entre empresas según distintas modalidades. Otro crea un holding de administración de empresas que queden en manos del Estado según norma rígidas de compliance. Este conjunto de iniciativas constituyen un virtual programa de gobierno, que si prospera se pondrá a la delantera de un oficialismo enredado.
Los diputados no dependen de los gobernadores
El clima no es el mejor. Martín Menem dice que entre lunes y martes integrará las comisiones que ha demorado en constituir. El blooper de los salarios pone en peligro el fino equilibrio que hay en las dos Cámaras de Congreso. El trámite que le dio Olivos a la cuestión enchastró cualquier entendimiento en el Congreso, que le dé tiempo al Gobierno a escuchar la nueva versión de la ley combi.
Llega con un gobierno de rodillas que admitió que salga del Congreso lo que tenga votos. Y lo que no, al archivo. El Gobierno cree que los legisladores son empleados de los gobernadores y que votan lo que estos quieren. Es un mito desmentido por la realidad, que desarma el silogismo urológico que algunos le atribuyen al presidente en Expoagro («los voy a mear y les voy a cerrar el Congreso», frase que nadie ha desmentido). La relación de gobernadores y legisladores es transaccional y no descansa en fidelidades, que en política son tan tenues como en los mejores matrimonios.