El día después de que el Gobierno evaluara como un «numerazo» la cifra de 13,2% de inflación de febrero difundido por el INDEC, el presidente Javier Milei reconoció que es una «tragedia» para la gente y apuntó a los gobiernos anteriores.
«Es cierto que es un número que es una tragedia pero hay que ponerlo en el contexto», dijo este miércoles el mandatario. Y agregó que es producto de la «catástrofe que dejó el kirchnerismo».
Milei advirtió también que el próximo número, que refleje la inflación de marzo, va a ser alto debido a que «es un mes con una estacionalidad complicada».
«A pesar que pegaron un repunte, los números de marzo van a tener una inflación en torno a 7% u 8%«, agregó en diálogo con radio Mitre.
La inflación de febrero registró un aumento del 13,2%, una cifra inferior a la estimada por las consultoras privadas que pronosticaron alzas de alrededor del 15%. Así, el Indice de Precios al Consumidor (IPC) que informa el INDEC evidenció una suba acumulada del 36,6% en lo que va del año y un aumento interanual con un nuevo récord: 276,2%.
«Ese 13,2% tiene elementos extraordinarios o no recurrentes, como la suba de tarifas con recomposición de precios del anterior gobierno, las prepagas, o el arrastre estadístico, esos tres elementos suman 6 puntos porcentuales, que si le resta al 13,2% estaríamos hablando de un dígito de inflación en torno al 7%», analizó Milei.
El presidente admitió que si se toma el dato indicador «en sí mismo es horroroso», pero remarcó que se evitó una hiperinflación, que conjugaba elementos del «Rodrigazo», con un Banco Central quebrado y con indicadores sociales peores que en la previa a la crisis de 2001, que iban a confluir en «la peor crisis de la historia».
En esa línea, volvió a hacer referencia a la herencia de la gestión de Alberto Fernández y Sergio Massa que dejó un «déficit gemelo» de 4 puntos del PBI, que definió como un «alerta amarillo».
Además, destacó la decisión de abrir las importaciones de productos básicos de la canasta alimentaria, para establecer una competencia que apunte a bajar los precios, tras la reunión con los CEOs de las cadenas de supermercados.
«Se abrió la importación para productos de la canasta básica porque los formadores de precios, agentes que tiene mayor posición concentrada, preciaron bajo hipótesis de dólar de $ 2500. Frente al escenario empezaron con las promos y los precios se ponen caros en dólares y consecuentemente en función de la posición del mercado de cambio vamos a ir abriendo el mercado cambiario para que ingrese la competencia y acelerar el proceso de desinflación», aseguró.
En ese sentido, Milei volvió achacarle el problema inflacionario a «20 años de populismo» y sostuvo que la cifra de febrero y la del próximo mes será «resultado de estar sincerando» la economía real.
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El Presidente opinó sobre la suba de precios de los alimentos.
Al ser consultado respecto a cuándo los salarios le van a ganar a la inflación, respondió: «Creemos que en cuanto abramos el cepo y empiece el rebote del nivel de actividad económica, el salario va a ganar«.
Sin embargo, reconoció que aún no están dadas las condiciones para que se abra el cepo. Sí dijo que esa decisión está cerca y que las estimaciones del Fondo Monetario Internacional establecen que se podrá hacer a mitad de año.
«Prefiero tener que soportar un poco más esta situación débil de actividad, pero evitar la hiperinflación, porque en el fondo no hay nada que cause mas daño que la inflación y estamos comprometidos a exterminar la inflación, y de hecho lo estamos haciendo», sentenció.
Ayer, el propio Milei había salido a celebrar el índice de inflación de febrero, elogió al ministro de Economía, Luis Caputo, y aseguró que la «desinflación» actual es «más profunda» que la que se registró con la Convertibilidad a inicios de los años 90.
«Es un número que después del desastre que hemos tenido que enfrentar es (producto de) el trabajo del ministro Luis ‘Toto’ Caputo, es un trabajo formidable. Lo que está haciendo el Banco Central es digno de admiración», aseguró en El Observador.