El coronel de Caballería Alejandro Daniel Guglielmi será dado de baja como jefe de Casa Militar, la dependencia militar a cargo de la seguridad presidencial y de la custodia de la Casa Rosada y de la residencia de Olivos.
El militar de carrera aún no fue informado por sus superiores militares ni por la secretaria general de Presidencia Karina Milei, de quien depende en el organigrama. Lo reemplazaría el coronel mayor y comandante de la quinta brigada de montaña Sebastian Ibáñez, que en las última semana estuvo al menos dos veces en la Casa de Gobierno.
A última hora del viernes, el vocero presidencial Manuel Adorni confirmó la salida del militar. «Las razones fueron simplemente que los relevos deben hacerse normalmente cada 2 o 3 años y se está cumpliendo nuevamente con esa metodología», señaló el funcionario en su canal de WhatsApp.
Al enterarse extraoficialmente de la noticia, Guglielmi escribió dos notas. Una al jefe del ejército Carlos Presti y otra a la secretaria general de Presidencia, su jefa en la práctica. No tuvo respuesta alguna.
En Balcarce 50, cuyos pasillos conocía mejor el hasta ahora jefe en los papeles de la fuerza que los laderos del Presidente, nunca cayó bien la autonomía del militar. Funcionario de carrera, trabaja en Casa Rosada desde principios de 2000. «Es muy bueno, pero jugó muy fuerte a quedarse y generó mala onda en muchos», señaló un funcionario que lo conoce desde hace años.
Fuentes oficiales suponen también que la interna entre Milei y Victoria Villarruel puede haber tallado en la salida de Guglielmi. Recuerdan que el militar le prestó sus oficinas a la vicepresidenta para que se cambiara el día de la asunción militar y le buscó insistentemente un despacho a Villarruel en la Rosada, una posibililidad que la propia vice explicitó pero que Karina Milei nunca le habilitó.
Guglielmi se había desempeñado como el número 2 de la fuerza durante la gestión de Mauricio Macri, cuando José Luis Yofre quedó al mando de la Casa Militar. Durante el gobierno de Alberto Fernández quedó al frente de la coordinación de la fuerza, que siguió gestionando después de la asunión de Javier Milei.
En el Senado duerme desde noviembre de 2022 su pliego para ascenderlo a general. Guglielmi había estado en la cuerda floja dos años antes, durante el velorio de Diego Maradona en la Casa Rosada que terminó con barras cantando en el Patio de las Palmeras y bustos de presidentes en el suelo.
Los anuncios a último minuto de Milei y el estilo del ex presidente complicaban los planes de los responsables de la seguridad presidencial.
Casa Militar no solo se ocupa de la seguridad del actual mandatario. Por un decreto de Alberto Fernández que Milei mantuvo a pesar de las quejas de Patricia Bullrich, la fuerza también vela por la integridad de los ex presidentes Fernández, Macri y Cristina Kirchner. En las útlimas semanas, Secretaría general de Presidencia había dejado trascender que analizaba un ajuste en la custodia de la ex mandataria y vicepresidenta.