La gran actuación de Claudio “Diablito” Echeverri ante Deportivo Táchira, de Venezuela, por la Copa Libertadores, reavivó el debate por los minutos que tiene (o le faltan) del juvenil en cada partido de River. El chaqueño de 18 años sigue sin jugar un partido completo en el conjunto millonario: en el debut copero le bastaron 23 minutos para hacerse cargo del ataque y cambiar el ritmo de un equipo que no lograba desarmar el empate. Desde el banco de suplentes, el juvenil fue el revulsivo que el conjunto dirigido por Martín Demichelis necesitaba: gambetas, remates desde fuera del área, paredes… Otro registro. Cinco minutos después de su ingreso, Sebastián Boselli convirtió el primer gol. Le siguió su compatriota Nicolás Fonseca, con la conquista más lejana de la historia millonaria en el torneo continental. Y River se llevó de San Cristóbal el triunfo que habían ido a buscar.
“Los partidos de Copa Libertadores suelen ser largos”, esbozó el DT de River a la hora de justificar la razón por la que Echeverri arrancó como relevo. El entrenador prefirió a un “líder de vestuario” como Nacho Fernández en su lugar. Y lo justificó tras el triunfo: “Teníamos planeado retroceder o replegarnos cuando el rival tenía la pelota en un 4-4-2. Entonces, ahí, poner a Echeverri al lado de un 5 no es conveniente, ponerlo afuera como estaba Colidio no es conveniente y, del otro lado, por Solari, tampoco es conveniente. La Copa Libertadores es muy difícil y, sobre todo, el primer partido. Entonces, necesitás personalidad, necesitás inteligencia; necesitás líderes. Nacho es uno de ellos, que nos ayuda en un montón de cosas, en un montón de detalles que nos hacen mejores. Veníamos de dos derrotas, no era fácil para cualquiera salir a jugar”.
El juvenil sabe que sus minutos llegan en cuentagotas, y que las cuestiones físicas -calambres habituales, un físico no tan desarrollado como el de Franco Mastantuono, por ejemplo- hacen que comience desde el banco de suplentes en algunos partidos. Más allá de ser dueño de un talento indiscutible: “Trato de encarar siempre, en lo que me toca jugar. Cuando me toca de titular y cuando me toca de suplente. Siempre lo hago de la mejor manera por esta camiseta. Estoy muy contento por la victoria y hay que seguir mejorando”, dijo el Diablito tras el triunfo en tierras venezolanas.
Su no titularidad podría acarrear problemas para la tesorería de River, ya que el acuerdo de venta con Manchester City contempla ciertas condiciones para su préstamo hasta fin de año. Los ingleses tienen una cláusula de salida a mitad de año si es que River no las cumple. Una de ellas es que el futbolista tiene que disputar al menos 45 minutos en el 30% de los partidos del año. Claro que no cuentan los encuentros que se pierda por estar lesionado, suspendido o con la selección. Las estadísticas, frías, dicen que el Diablito lleva 322 minutos, distribuidos en siete partidos de la Copa de la Liga Profesional. Se perdió cinco por el Preolímpico Sub 23 disputado en Venezuela.
Los números muestran que sólo con Gimnasia de La Plata (68 minutos), Independiente (55), Independiente Rivadavia (73) y Boca (59) el Diablito cumplió con lo establecido en el contrato de su transferencia: jugar más de 45 minutos. Es decir, cuatro de los siete partidos en los que estuvo disponible en la Copa de la Liga. Además, Echeverri colecciona 23 minutos por la Supercopa Argentina con Estudiantes de La Plata y la misma cifra el martes, ante Táchira. Así, Echeverri disputó los minutos que quieren los nuevos dueños de su ficha en apenas cuatro de los nueve partidos en los que estuvo disponible hasta aquí. Un 44,4% que, por ahora, le alcanza a River para no tener problemas a mitad de año. Por otro lado, hacerlo jugar al menos 45 minutos le suma a la tesorería millonaria por otra cláusula del contrato de venta: el club argentino recibirá medio millón de euros cada ocho partidos en los que se cumpla ese requisito. Le faltan otros cuatro partidos para alcanzar ese ítem.
“Cuando entró, Echeverri jugó bien. Y me quedo con eso. Quizás si le hubiese tocado jugar desde el arranque, no hubiese tenido el rendimiento que tuvo cuando el partido estaba roto. No lo sé. Son cosas hipotéticas. Hay que quedarse con el vaso medio lleno, que River dio un buen paso hacia adelante. Arrancamos bien y es lo que veníamos a buscar”, valoró Demichelis luego de comenzar la Copa Libertadores con el pie derecho.
El DT millonario había hablado a comienzos de año de la situación de Echeverri en el plantel, consciente de que se trata de un diamante en bruto, que es la joya de las inferiores y que los hinchas quieren verlo consolidado en el equipo titular. “Sé que la gente pedía desde mitad de año por Claudio Echeverri. Siempre lo fui hablando con Claudio. En el momento que subió definitivamente con nosotros, a él le costaba muchísimo terminar los entrenamientos, y de hecho vayan ustedes a los números”, contó en el canal de YouTube del periodista Hernán Santarsiero. Y agregó: “Estuvo bajando mucho tiempo a jugar en la Reserva, y cada vez que bajaba a jugar en Reserva no terminaba 60 minutos. Entonces a veces la gente se apresura en querer todo desde la inmediatez. Nosotros estamos en el día a día con el jugador e intentamos que los chicos que salgan al campo estén realmente preparados. Cuando Claudio volvió del Mundial (Sub 17), vimos que las prestaciones de él estaban acordes a un partido de primera división y por eso el ingreso en la semifinal y en la final (de la Copa de la Liga 2023) desde el arranque”.
Entonces, y más allá de las explicaciones tácticas de Demichelis tras el triunfo por 2-0 ante Táchira, las razones de su suplencia habrá que buscarlas en lo físico. En las diferencias de carrocería que el juvenil encuentra con sus rivales, y en su agotamiento durante los partidos. No es la misma exigencia un encuentro de Reserva que otro de primera división. En este sentido, sus habituales calambres también minan su progresión en el equipo. Y le impiden consolidarse dentro de la formación titular: “Tengo 18 años y me parece raro porque no me tengo que acalambrar, son situaciones que no sé por qué me suceden”, contó el Diablito hace dos semanas, tras convertir su primer gol en primera frente a Gimnasia (La Plata) en el estadio Monumental.
Los hinchas de River ya saben lo que puede dar y no se resignan a verlo destacándose con la camiseta de Manchester City. O Girona. O cualquier otro equipo de ese entramado llamado City Football Group. Quieren que eso ocurra con la banda roja en el pecho, y quieren que pase cuanto antes.