La escritura a mano puede decir mucho de una persona. Con simples palabras plasmadas sobre el papel, es posible descifrar diferentes aspectos de la personalidad y hasta cómo era el ánimo al momento de la redacción. Eso es lo que intenta estudiar y comprender la grafología; por ello, gracias a un reciente estudio, se pudo comprobar que, según cómo se realice la “X”, se puede exhibir a una persona que vive inmersa en el pasado y no es capaz de avanzar en sus proyectos.
Parece algo totalmente indistinto el hecho de escribir en un papel, pero muchas veces, esta actividad dice más de uno de lo que se puede realmente manifestar a simple vista. Gracias a la escritura a mano se han descubierto mentiras, engaños y hasta delitos, por lo que comprender cómo se analiza la identidad a partir de ello podría enseñarnos a conocernos en profundidad.
La grafología es una técnica propia de la psicología a la cual se la considera como una ciencia. Con ella se puede hacer un retrato profundo de la persona según su manera de escribir. Aquí se ponen en práctica los centros nerviosos superiores del cerebro (cortical y subcortical), por lo que comúnmente se estudian las letras, las firmas y hasta los garabatos.
La grafología tiene diferentes ramas a las que se puede dedicar un experto, desde la orientación vocacional, para ayudar a elegir una carrera universitaria; la selección profesional para un puesto laboral; para un peritaje judicial y/o para la terapia.
Algunos de los aspectos que se tienen en cuenta para analizar en detalle son: la inclinación, el tamaño, la presión, la forma, la dirección, la velocidad, la continuidad, el orden, los puntos sobre las “íes” y la firma.
Por cada uno de ellos se le asigna un entendimiento particular que puede acompañar a descifrar cómo es en verdad una persona, que siempre se debe dirimir con una exhaustiva observación psicológica profesional.
Cómo escribís la “X” podría delatar tu manera de llevar la vida
Desde la grafología se puede explicar por qué una persona puede ser dependiente del pasado y no hallar la capacidad para avanzar en sus propios proyectos a futuro, según cómo escriba la letra X.
LA NACION