Por Marcelo López Álvarez
En un Llao Llao siempre reluciente durante una nueva entrega deslucida y militante de la Cumbre lleva el nombre del hotel el presidente Javier Milei aburrió hasta a sus aplaudidores con las definiciones económicas de siempre y solo rompió el letargo en dos oportunidades. Cuando los calificó de héroes la fuga de sus dólares y cuando les dio vía libre para hacer lo que se les ocurra porque él en la microeconomía no se iba a meter
Si bien ese reducido y este año deslucido grupo de asistentes concentran gran parte de la riqueza argentina y son sueños o administran para fondos extranjeros importantes industrias y marcas no es menos cierto que no generan la mayoría del trabajo argentino y que están bien lejos del empresario promedio real argentino.
Ese grupo al que el presidente reivindicó a los “héroes” por escapar de las garras del Estado “fugando” sus dólares por medios ilícitos y violando las leyes fiscales aplaudieron a rabiar. Alguien les reconocía su “maravillosa” acción a lo Hodd Robin, sin embargo, esas palabras y aplausos solo generaron el enojo y bronca de miles de empresarios pymes -y también grandes- que desde hace años vienen invirtiendo con miles de problemas e inconvenientes en el país, generando trabajo genuino y tratando de cumplir al máximo con un sistema impositivo engorroso, complicado y que por momentos (sobre todo en las épocas de crisis) se transforma en un salvavidas de plomo.
La enorme mayoría de los empresarios argentinos más que visitar oficinas paralelas de los bancos para armar estrategias de envió a paraísos fiscales de sus dólares, se la pasan discutiendo con los gerentes de la sucursal donde tienen su cuenta un puntito más o menos para su descubierto o del crédito casi inexistente para cambiar una máquina y mejorar su producción.
Si hay una coincidencia en los empresarios consultados después de las palabras presidenciales es su enojo casi con la misma frase “me siento un bobo” y ven que sus esfuerzos por cumplir, generar trabajo e invertir en una economía no se les reconocen y los mandantes del Estado solo priorizan la especulación por sobre la producción y el desarrollo.
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Qué dijo Javier Milei en el Llao Llao
Como publicó Sitio Andino el Presidente reiteró sus diatribas contra el Estado asegurando; “El problema central es el déficit fiscal. Tiene déficit, lo financian con emisión, pierden reservas, aparece la ley cambiaría para que no puedan cambiar dólares. Financian el déficit, generan inflación ¿y que hacen ? Controles de precios, aparece la ley de góndolas ¿Y qué pasa cuando controlan precios? Aparece el desabastecimiento. Se van los dólares, ponen control de capitales y el que fuga es un delincuente. Es un héroe que logró escaparse de las garras del Estado”.
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Milei no solo felicita a quienes cometen un delito, sino que, además, se muestra contradictorio con las medidas tomadas que no avanzan en el sentido de sus declaraciones.
Sorprendentemente aseguró que él no tiene nada que hacer en la microeconomía, “No creo en una economía dirigista. Yo soy liberal, libertario, yo voy a ocupar de arreglar la macro. ¿La micro la tienen que arreglar ustedes, que tengo que estar haciendo yo con la micro? Ya bastante con las estupideces que venimos haciendo hace 100 años que hacemos cualquier desastre macro y después vienen los políticos eligiendo los ganadores, lo cual además es una fuente de corrupción enorme. ¿Por lo tanto, digamos cuál es la regla de un liberal en esto? Don’t pick the winners. Estamos generando las condiciones para que Argentina vuelva a crecer, del resto se van a encargar ustedes” aseguró el presidente ante el selecto grupo, muchos de los cuales o sus padres fundaron sus fortunas iguales en contrataciones con el Estado o políticas de subsidio y desarrollo de la actividad.
Si el Estado no se ocupa de ordenar la macro con criterio y arbitrar las relaciones en la micro o lo hace abandonando todo -que también es una manera de hacerlo- el resultado es conocido la desocupación viajando a la estratosfera y miles de esos empresarios que invierten, abonan con esfuerzo sus obligaciones con Estado y generando empleo cerrando sus puertas.