martes, 2 julio, 2024
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Ni gauchos de Walt Disney ni padre de la Argentina exótica: la misteriosa historia de Hudson revive en el cine

El realizador Andrés di Tella estrena “Mixtape La Pampa”, un film que cruza ensayo con una evocación personal con la historia del naturalista, gaucho y escritor que fatigó La Pampa y peleó contra los indígenas antes de viajar a Londres para nunca volver.

Mariana Mactas

«Mixtape La Pampa» sigue los pasos de Hudson (Foto: Prensa «Mixtape La Pampa»)

En Ingeniero Allan, Florencio Varela, cerca de La Plata, se ubica la estanzuela “Los 25 Ombúes”. Una gran reserva natural, de más de cincuenta hectáreas, en la que ya no se cuentan tantos ombúes, pero sí ofrece un pequeño museo en lo que fue la casa de infancia de Guillermo Enrique Hudson. El apellido es también, pronunciado como suena en español, el nombre de la localidad de Berazategui el sur del Gran Buenos Aires, por la que miles de personas pasan cada día. Pasan, como por ciertas calles y avenidas, ignorando a quién hace referencia el nombre que las identifica.

Naturalista, gaucho, inglés, escritor admirado por Virginia Woolf, Joseph Conrad y Jorge Luis Borges, Hudson fue ignorado y luego reverenciado, hacia el final de su vida, para luego hundirse en el olvido. Nació en Quilmes en 1841 y murió en Londres en 1922.

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A pesar de la cantidad de libros publicados, escritos en inglés, y de que haya ocupado el lugar de gran autor gauchesco, su figura sigue siendo un misterio. Se conservan apenas dos fotografías suyas, pero tiene un monumento en el Hyde Park londinense. Su libro La tierra purpúrea inspiró a Florencio Molina Campos, que lo ilustró en 1885 (primera edición) en dos lujosos tomos.

Es la novela de Hudson que cuenta las aventuras de Richard Lamb por la Banda Oriental, durante las batallas entre blancos y colorados. Sí, una novela en inglés escrita por un argentino de padres estadounidenses que habían migrado a este país, ilustrada por el artista que trabajó para Walt Disney. El padre del ratón Mickey que se vistió de gaucho en su visita al país y bailó malambo con holgadas bombachas de campo.

Pájaros de La Pampa. Catalogados de puño y letra por Guillermo Enrique Hudson (Foto: Prensa)

Pájaros de La Pampa. Catalogados de puño y letra por Guillermo Enrique Hudson (Foto: Prensa)

El misterio de Hudson, que vivió de catalogar los pájaros de La Pampa para museos del mundo, y recordaba el canto de cada uno de ellos, revive ahora con ecos profundos en Mixtape La Pampa, la película de Andrés di Tella que acaba de estrenarse y cruza la investigación sobre su figura con un acercamiento personal, autobiográfico, en la línea del documental de autor.

La curiosa vida de Guillermo Hudson llegó al cine

Desde su pasada en el último Festival de Mar del Plata, el boca a boca no ha hecho más que compartir la emoción que transmite la película, incluso entre espectadores muy jóvenes. La misma que hizo llorar al director Martín Rejtman, que presentó el film junto a Di Tella en la Sala Lugones. ¿Qué hace que un personaje tan remoto y misterioso conmueva a audiencias jóvenes de hoy? ¿Qué otros misterios sepultan a autores en el olvido, para luego desempolvarlos, en este caso como viejos contribuyentes a la creación de un ser nacional y gauchesco? ¿Por qué emociona hoy la historia de Hudson revivida en el film de Di Tella?

“Quizá es algo que tenga que ver con el sentimiento de pertenencia conflictivo con un lugar. Hudson vivió acá 33 años, como gaucho y naturalista amateur. Y de pronto, a los 33, se sube a un barco y se va a Inglaterra con el sueño de ser naturalista. Los naturalistas ingleses le dicen: primero andá al colegio. El tipo sabía leer y escribir pero no había ido al colegio. Ahí se convirtió en escritor, y escribió todo el tiempo sobre Argentina, sobre La Pampa, sobre su vida”, contó Di Tella a TN.

«Mixtape La Pampa», el nuevo documental de Andrés Di Tella (Foto: Prensa «Mixtape La Pampa»)

Según explicó “Hudson tiene dos vidas”: “Su segunda vida, de escritor, es sobre la Argentina. Y descubre sus recuerdos de un mundo exótico para el lector inglés de ese momento. Sobre todo, los pájaros, los animales, y el paisaje de La Pampa, que en ese momento era fascinante para lectores extranjeros. Fue completamente ignorado durante muchos años, lo pasó muy mal, se casó con la dueña de la pensión diez años mayor, un matrimonio sin demasiado amor, por conveniencia, muy solo. Y viviendo en su imaginación su primera vida de La Pampa. Hasta que, ya grande, cerca de los setenta, es descubierto por sus colegas”.

“La primera lectora que escribe una reseña es Virginia Woolf. Después Joseph Conrad y otros lo descubren como un gran escritor. Y ahí se muere, en la cúspide de la fama. Y le hacen un monumento en Hyde Park en Londres, donde no hay muchos monumentos a escritores. Y ahora, cien años después, (él murió en 1923) está completamente olvidado. Hoy nadie sabe quién es. Inclusive en la Royal Society for the Protection of Birds hay un cuadro de él y la gente no sabe quién es”.

Según explicó Di Tella, en la Argentina, una vez que muere, lo trae al país Rabindranath Tagore, el Premio Nobel poeta filósofo hindú, una figura mítica, que viene invitado por Victoria Ocampo: “Tagore llega en el 1927, cuatro años después de la muerte de Hudson, y un periodista de La Nación le pregunta qué sabe de la Argentina. ‘Sé todo porque soy lector de Hudson’, contesta el tipo. Acá nadie tenía ni idea. El único que lo había leído y hecho una reseña, ¿quién va a ser?: Borges. Y así, de pronto, se hace muy famoso en la Argentina porque se lo toma como el gran escritor gauchesco. Que escribía en inglés. Se le pone el nombre a una localidad en su honor, y casi ochenta años después, está otra vez olvidado”.

Andrés di Tella. El realizador estrena su film en el que su propia historia de exilio dialoga con la de Hudson, en el siglo XIX (Foto: Gentileza Andrés Di Tella)

Andrés di Tella. El realizador estrena su film en el que su propia historia de exilio dialoga con la de Hudson, en el siglo XIX (Foto: Gentileza Andrés Di Tella)

En una casa modesta pero en la que había libros, y hasta un maestro que venía de vez en cuando, Hudson creció en el campo, en pleno contacto con la naturaleza. A la muerte de su madre, con 18 años, se subió a un caballo y se largó a recorrer La Pampa. Está en los libros y en las biografías, pero también se aprende sobre esa vida escurridiza a través del acercamiento artístico de Di Tella.

Su investigación tuvo hallazgos notables que, aunque aparecen a veces de refilón en su film, echan luz sobre el autor de Allá lejos y hace tiempo: su evocación de la infancia y juventud pampeanas. Lo escribió, como toda su obra, en Inglaterra, adonde se fue para nunca más volver. Escribiendo, desde allá y en inglés, sobre su país natal.

Allá fundó también la Royal Society for the Protection of Birds, y acá fue nombrado primer socio de la Socidad Ornitológica del Plata. Antes de dejar la Argentina, se metió en el servicio militar y luchó desde un fortín contra los “salvajes”. Sin embargo, aunque peleó contra los indígenas en la previa a la Conquista del Desierto, tenía una visión crítica de esa lucha al punto que llegó a decir “seremos recordados como la generación del exterminio”.

“Él rompía la grieta de esa época, entre civilización y barbarie. Los progresistas del momento estaban convencidos de que había que vencer al indio para civilizarlo, por su bien. Él decía que no, y tenía una mirada muy anti progreso, medio reaccionaria, de conservar el estado de las cosas, como la naturaleza. Su idealización del salvaje era muy inusual, porque sentía que era la resistencia frente a la civilización que implicaba la aniquilación de la naturaleza, y efectivamente fue así. Él vio el comienzo de todo el cultivo extensivo que empezaba. Hasta la Conquista del Desierto no había casi cultivos excepto en zonas muy cercanas a la ciudad de Buenos Aires”, aseguró Di Tella.

«Mixtape La Pampa» de Andrés Di Tella fue muy bien recibida por la crítica (Foto: Prensa «Mixtape La Pampa»)

Para Di Tella, la vida de Hudson resuena hoy de manera tan profunda porque toca fibras de una forma de ser hecha de idas y vueltas, de exilios, ganas de irse y apego por este lugar. “Hay algo de amor odio que forma parte de lo que somos”, dice el cineasta, que pasó su infancia y juventud en Inglaterra. Su decisión de hacer un film sobre Hudson se asienta en un conocimiento temprano.

“Lo había leído hace mucho, y tenía un recuerdo de infancia que aparece en la película, cuando tenía 11 años vi un programa sobre la Argentina que se llamaba Wild Life Safari to the Argentine. En ese programa hablaban de Hudson, y me quedó ese nombre raro de un escritor que hablaba sobre la Argentina, que pensé que era inglés, pero en realidad era argentino y fue un gaucho de verdad. La película toma su itinerario. Pudimos descifrar todos los lugares donde él estuvo. Se conchababa en estancias de galeses, ingleses, escoceses, toda la provincia de Buenos Aires estaba llena de estancias, algunas bastante modestas, sobre todo tenían ovejas, lo que se llamó ‘a fiebre del oro blanco’. El último lugar al que llegamos se llama los Yngleses, con Y griega. Fue el último lugar donde estuvo Hudson y el primero donde se sacaron las primeras fotografías exteriores de la Argentina. Hudson no está en esa foto”, explicó.

Mano a mano con Andrés Di Tella, director de “Mixtape La Pampa”

-¿Cómo se lo ubica en esa línea que une literatura y simbología gauchesca, Molina Campos y Disney?

Hudson es un poco ajeno a todo eso, Molina Campos y Disney, pero contribuyó al efecto gaucho. Su gran éxito comercial, que cambia su suerte, es su peor novela, Mansiones verdes, que es sobre Venezuela, donde nunca estuvo. Se hizo una película de Hollywood y en su vida fue un best seller. Una novela de aventuras, romántica, idealizando a una mujer nativa. En el monumento en Hyde Park, hay una salvaje desnuda, como una erotización del salvaje sexy. En cuanto al gaucho, me interesó La Pampa como un territorio que es simbólico de la nación.

El gaucho está en decadencia ahora, pero cuando yo era chico el gaucho y La Pampa eran el ser nacional. Especialmente durante la dictadura. Y toda la historia de la literatura argentina, claro, incluyendo a Borges, que dice que Hudson es el mejor escritor gauchista, a pesar de ser inglés (él pensaba que era inglés). El gaucho en la dictadura fue símbolo anti comunista, anti inmigrante, anti judío. Una cosa muy siniestra, hostil, dador de la verdadera identidad argentina. A partir de ahí entró en decadencia. Los símbolos nacionales no son eternos; ahora pasa más por el fútbol, la amistad, hay otros símbolos quizá más reales, o de nuestra época; el gaucho ya no existe. Lo curioso es que el gaucho fue primero relegado por ser medio indio, antes de encarnar esa cosa del puro gaucho criollo en oposición a los inmigrantes. Cuando los símbolos cuando entran en decadencia se vuelven más interesantes, se les ve la complejidad.

De todas formas, Hudson fue gaucho. No es que escribía como José Hernández, desde afuera, desde la ciudad hacia el campo, sino que lo había vivido. Y es un escritor muy moderno, tiene una forma de escribir muy libre y suelta. Tenía una memoria elefantiásica, una fuente inagotable. A escritores vanguardistas como Virginia Woolf o Conrad les llamó la atención. Conrad dice que Hudson escribe “Como el buen Dios hace crecer el pasto. No se entiende cómo, pero crece siempre”.

«Mixtape La Pampa» no es una biopic (Foto: Prensa «Mixtape La Pampa no es una biopic»)

Vale decir que, más allá de la fascinación que produce este rescate de la figura de Hudson y sus misterios, Mixtape La Pampa no es una biopic. En tanto acercamiento personal de un cineasta, se trata más bien de su visión de Hudson. En una estructura narrativa, con el formato de diario de viaje, esa historia dialoga con los recuerdos personales de Di Tella y sus cartas a un amigo fallecido (Javier García Blaya).

“Con esas cartas, que me acercó la hija, tuve la clave de cómo acercar a Hudson: a través mío. El componente autobiográfico de la película es mi libra de carne que ofrezco a Hudson, o al espectador, para acercar a un personaje tan remoto, del cual sólo hay dos fotografías y un cuadro”, concluyó el director del film.

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