Por Marcelo López Álvarez
El insólito intento de golpe de estado a la antigua en Bolivia reabre una serie de interrogantes sobre el Gobierno argentino. Es impericia, desconocimiento, ignorancia de las funciones que les toca ejercer o es un preocupante desdén por las instituciones como lo expresan permanentemente el presidente Javier Milei y la canciller Diana Mondino cada vez que puede y se autoproclaman destructores del Estado, no importe cómo.
Cuando a las 3 de la tarde hora argentina, un grupo de tanquetas encabezadas por el general Juan José Zúñiga, comandante del Ejército desplazado por Luis Arce, llegaron a Plaza Murillo e intentaron derribar las puertas de Palacio Quemado, una especie de túnel del tiempo se apoderó de latino américa. Un golpe de Estado al modo de la vieja escuela de los 70 parecía ponerse en marcha.
La reacción del gobierno argentino fue totalmente fuera de registro y sintonía con las del resto de las naciones de Latinoamérica y el Mundo. Mientras Luiz Inácio Lula da Silva, Andrés Manuel López Obrador, Gabriel Boric, Gustavo Petro, Dina Boluarte, Luis Lacalle Pou, el propio Evo Morales (enfrentado a Arce) y hasta la propia Jeanine Áñez desde la cárcel repudiaban y se expresaban contundentemente; El silencio de la Argentina se hacía notar.
Un tuit tardío e impersonal de la Canciller pasadas las 6 de la tarde cuando el general Zuñiga ya estaba a punto de ser detenido y el golpe conjurado fue toda la reacción durante horas.
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Los gobiernos, sean buenos o malos, gusten o no, se cambian únicamente en las urnas.
No se cambian con violentos golpes de Estado.
La democracia no se negocia.
— Diana Mondino (@DianaMondino) June 26, 2024
Mientras tanto el líder de la libertad mundial a la sazón presidente de la Argentina, se dedicaba a repostear ataques a los enemigos, alabanzas y adulaciones a su persona y sus clásicas estadísticas truchas.
Recién horas después (quizás porque alguien le avisó que también tenía que gobernar) el Presidente como toda reacción, apenas reposteo la publicación de la banquera canciller.
Quizás no se pueda esperar más de alguien que en campaña no fue capaz de decirle a dos periodistas que creía en la democracia como sistema de gobierno y que reivindica a los militares de la dictadura el Día de la Bandera.
Hubo que esperar hasta cerca de la medianoche para que la Cancillería argentina publicara oficialmente un escueto comunicado que denota una falta absoluta de conocimiento y una redacción casi de compromiso
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La República Argentina reafirma la defensa irrestricta de la democracia en la región y condena todo intento de quebrantarla.
En ese marco, repudia las movilizaciones irregulares de… pic.twitter.com/2Mg7g1HroB
— Cancillería Argentina (@CancilleriaARG) June 27, 2024
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El abandono de la política internacional
Definitivamente el Gobierno de Javier Milei y las políticas exteriores que lleva adelante su canciller Diana Mondino, se enmarcan en la idea generales de destrucción del Estado y de empujar a la Argentina a ser el laboratorio de un experimento de situación casi anárquica de ausencia absoluta del Estado como ordenador moderno de las sociedades.
Evidentemente la política se condice cada vez más con las actitudes del presidente y sus pensamientos expresados en sus escritos y apariciones públicas de ser el Topo que ama llegar al poder para destruir el sistema de relaciones sociales modernas llamado Estado.
Los permanentes insultos del Presidente a líderes internacionales desde presidentes hasta funcionarios del FMI. La alineación internacional fuera de registro y casi en solitario con parámetros perimidos que quedan en evidencia absoluta ante acontecimientos graves como los de Bolivia y son la muestra que Argentina más que volver al Mundo está cada vez más lejos de integrarse.