sábado, 5 octubre, 2024
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Maíz 2024/25: los mercados internacionales plantean nuevos desafíos para las exportaciones argentinas

La Argentina exporta maíz a más de cien mercados, y nuestro cereal es conocido en todo el mundo y valorado por su calidad. Sin embargo, la producción y el comercio internacional de maíz enfrentan numerosos desafíos: las tensiones geopolíticas, los nuevos mercados, las exigencias fitosanitarias y sanitarias de los países de destino y las demandas de sustentabilidad, entre otros.

Desde el inicio de la guerra entre Rusia y Ucrania, se han sumado los conflictos entre Israel e Irán, y entre China y Taiwán, en los que Estados Unidos ha tenido una participación activa. Esta tensión geopolítica afecta al mercado del maíz, no sólo por su efecto sobre los precios, sino también por el redireccionamiento de los flujos comerciales.

En los últimos diez años, China pasó de tener una participación del 3% al 12% en las importaciones mundiales de maíz, con lo que se convirtió en el principal importador mundial. El mercado chino demanda anualmente más de 20 millones de toneladas de maíz, y Brasil es su principal proveedor. El incremento de las compras chinas en Sudamérica a expensas de un menor peso de Estados Unidos es una oportunidad para la Argentina. Aquí también la geopolítica juega un rol.

China ya es el principal importador de maízEskinder Debebe – NYTNS

La Argentina acordó con China un protocolo fitosanitario muy parecido al de Brasil, y los eventos biotecnológicos aprobados aquí también lo están en el gigante asiático; en consecuencia, el país ya está en condiciones de comenzar a exportar a China. Es importante tener un flujo estable y cuidado para convertirnos en un proveedor confiable.

Otro de los desafíos es el control de plagas que otros países en donde están ausentes pueden identificar como cuarentenarias. El control eficiente y la utilización de buenas prácticas agrícolas son fundamentales para que no se cierren mercados. A modo de ejemplo, para exportar maíz a China hay que garantizar la ausencia en los embarques de tres insectos, diez malezas, un virus y un hongo identificados por China como cuarentenarios. En los últimos años, con el mayor almacenamiento de granos en nuestro país, producto de la inestabilidad macroeconómica, se ha puesto de relieve la importancia de realizar un buen manejo de los granos en la postcosecha. Realizar un control integrado de insectos para prevenir su proliferación, y, en una segunda instancia, recurrir al uso de fitosanitarios autorizados para el maíz siguiendo las indicaciones del marbete y del profesional actuante, es fundamental.

Hay que tomar conciencia de que más del 70% del maíz que se produce en nuestro país se exporta. En consecuencia, no alcanza con cumplir las exigencias que establece la autoridad sanitaria (Senasa) en materia de fitosanitarios autorizados y sus límites máximos de residuos, sino que también se deben cumplir las exigencias de los países a los que exportamos. Esto es particularmente importante cuando hablamos de mercaptotión o malatión, un fitosanitario utilizado en postcosecha que tiene límites máximos de residuos muy bajos en muchos destinos que representa más del 60% de las exportaciones de maíz de la Argentina. Países competidores, como Brasil y los EE.UU., no utilizan esa sustancia porque no almacenan el grano por largos períodos.

Asimismo, sustancias como el diclorvos (DDVP) y el clorpirifos metil o etil fueron prohibidas por el Senasa para su uso en granos hace varios años. La utilización del DDVP en maíz en la Argentina hizo perder el mercado de la UE en 2008, que no pudo recuperarse.

El uso responsable de fitosanitarios y el conocimiento de las sustancias permitidas en los países a los que exportamos son dos aspectos fundamentales para que no se deteriore el precio de lo que se produce en nuestro país.

Finalmente, los aspectos vinculados con la sustentabilidad, tanto ambiental como social, llegaron para quedarse. Si bien, por el momento, las exigencias de la UE se han focalizado en el complejo sojero y en las carnes, no tardarán en extenderse al maíz en las próximas campañas, y lo que la UE defina posiblemente sea replicado por otros mercados.

La autora es gerente de Asuntos Económicos y Comerciales de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA)

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