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Los que vivimos en lugares más retirados de los centros urbanos vivimos cotidianamente, durante los meses de invierno, con las heladas. Algunos datos interesantes sobre este fenómeno. “Las heladas ocurren cuando el aire que está en la zona cercana al suelo baja de 0° Centígrados. Esta es la temperatura en la que el agua presente en el aire se congela y se deposita en forma de hielo en las superficies”, explica la Ingeniera Agrónoma Virginia Carbonelli. Pero advierte: “No siempre que la temperatura baja a 0 grados se forma escarcha”. ¿Entonces? La especialista y miembro del grupo Jardineras en Acción. Define dos tipos de heladas: la blanca y la negra.
La helada blanca tiene dos componentes: frío y humedad. Además de los 0 °C, una humedad mayor al 60%. “Entonces se forman cristales de hielo en el exterior, que se adhieren sobre las superficies de plantas y objetos”, retoma Carbonelli, y agrega: “Estas heladas suelen ser las menos dañinas: no llegan a lastimar internamente a la planta, y se derriten con la llegada de los primeros rayos de sol”. Por eso, resulta importante esperar hasta que salga el sol antes de empezar a transitar o mover los tejidos vegetales.
Por su parte, la helada negra se produce con las temperaturas debajo de los 0°C, pero sin humedad. “Con aire seco, no hay condensación ni formación de escarcha”, amplía la especialista. “Estas son las más temibles y dañinas, porque este frío seco genera los cristales donde hay agua, esto es: adentro de las células de las plantas. Así, el daño es interno y rompe todos los tejidos”. El resultado de estas heladas son desgarros y roturas, que a las plantas le son difíciles de componer, generando además un aspecto negruzco y tejidos muertos.
Consejos para ayudar a nuestras plantas durante las heladas:
“Por eso, los meses de invierno son especiales para mirar nuestro jardín a través de la ventana”, reflexiona Carbonelli. Y apunta que en ciertos cultivos como las vides, se arman fogatas en medio de los pasillos, para que no baje tanto la temperatura. Helada no es nieve, esa es otra historia.
Regar… ¿sí o no?
María Laura Bazterrica, paisajista especialistas en diseño, aporta: “Hay plantas del fío como la violeta de los alpes, se usa ahora, se le pone hielo en la base porque sus raíces están acostumbradas para vivir con frío. Son plantas de montaña y nieve.
Las suculentas y cactus sensibles, en sus primeros años, cuando son pequeños, sin raíz fuerte ni follaje, es ideal entrarlos a la galería o cubrirlas con tela antihelada. De otro modo, sufren las quemaduras de la helada. Por su parte, los árboles de origen tropical (lapacho, jacarandá, cítricos) también se cubren en zonas donde hiela.
La especialista agrega que cuando hay heladas sí hay que regar, pero en menor frecuencia. El sustrato debe estar húmedo, para que las raíces que siguen trabajando absorban humead y la desparramen. De otro modo, el líquido que está en las hojas se cristaliza en las heladas y se rompen. Carbonelli apunta: “Es aconsejable cambiar el riego a una pulverización fina, para que el frío que está en el ambiente chupe el agua y no le llegue a la planta directamente. En las heladas de la noche o las primeras horas de la mañana, el riego logra que se congele el agua de riego, en lugar de la planta”.
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