Durante las vacaciones de invierno existe un aliado leal, que acompaña en los reencuentros con amigos. Los cafés se consagran como lugares populares para socializar, trabajar o sencillamente para relajarse mientras se disfruta de una taza de café.
Ubicados en distintos puntos de CABA y con mucha historia detrás, ya que algunos se consagran entre los más antiguos de la Ciudad, a continuación, se enumeran cinco célebres cafés para visitar y disfrutar de su arquitectura y sus propuestas culturales, junto a buena compañía.
Fundada en 1912, su arquitectura constituye todo un símbolo de la Belle Époque. Luce una centenaria cúpula, conformada por 60 paneles de vitrales y una moldura elaborada con cartapesta.
Por sus puertas entraron reconocidos artistas y renombradas personas, tales como Jorge Luis Borges, Carlos Gardel, Hipólito Irigoyen, Arturo Frondizi y Allan Parker, quien eligió este lugar para grabar escenas de la película Evita, protagonizada por Madonna.
Además de funcionar como confitería, comentan que en ese lugar operó la primera fábrica de helados de la ciudad de Buenos Aires. También, en la década del ‘70, el primer piso se convirtió en un salón para milongas.
Luego de permanecer seis años cerrada, reabrió sus puertas en noviembre del 2022. Ofrece un espacio en el que es posible sentarse a comer, desayunar o merendar, algo ideal para hacer en estas frías vacaciones de invierno. También se puede comprar sus productos para llevar en la panadería, la bombonería y la sandwichería.
2) Café Cortázar, Palermo
En una esquina se sitúa un café que hace honor al emblemático escritor argentino Julio Cortázar. El autor de la reconocida obra Rayuela bautiza este rincón de Buenos Aires, que se puede visitar para desayunar, almorzar, merendar o cenar, y para otras propuestas culturales.
El café está ubicado en la intersección de la calle Cabrera y la avenida Medrano, dentro de una antigua casa del año 1889, conformada por dos pisos, que abrió sus puertas en diciembre de 2015.
El menú y la decoración están impregnados de alusiones al escritor, con bibliotecas que exponen sus obras y cuadros con imágenes de él. El lugar no sólo ofrece una propuesta gastronómica, sino que también es cuna de constantes actividades culturales, vinculadas al escritor. En el primer piso se ofrecen muestras que rotan cada tres meses; también se dictan talleres de Cortázar, asociados a otras disciplinas como la fotografía, y se propone para el que quiere la posibilidad de leer las obras de este artista, mientras se disfruta de un café.
Fundado en el barrio de la Boca en 1890 como fonda, bajo el nombre “Estrella del Sud”, fue bautizado como “El Estaño 1880″ cuando en los años 70 el hijo de una pareja española tomó las riendas del lugar. El nombre hace alusión a la barra de estaño de 3,5 metros que preside el lugar.
El bar fue catalogado en 2004 como “Bar Notable” por la Comisión de Protección y Promoción de los Cafés, Bares, Billares y Confiterías Notables de la Ciudad de Buenos Aires.
La tradición dice que, al poco tiempo de abrir sus puertas, Domingo Faustino Sarmiento pasó varias veces por el local, ya que cerca del lugar solía visitar a quien fue una de sus últimas novias. Además, se filmaron escenas de célebres películas, como Evita, La Fuga y El sueño de los héroes, entre otras.
4) Café García, Villa Devoto
Fundado en 1927, el icónico bar permaneció cerrado casi dos años y reabrió sus puertas hace unas semanas. Luego de un arduo trabajo de remodelación, a cargo de Francisco Miranda y su familia, el bar conservó gran parte de su esencia y ofrece una atractiva propuesta de platos populares.
Conservaron su célebre picada, uno de los grandes atractivos del bar. Mantuvieron el antiguo sector dedicado a Carlos Gardel y a Diego Maradona, además de los tacos de los billares, ya que el lugar constituyó por mucho tiempo un espacio de encuentro entre vecinos, con las exhibiciones de los más grandes billaristas del país.
Aunque el café estuvo cerrado por un tiempo, varios de los reconocidos mozos que habían trabajado allí continúan su labor. Cuentan que pasaron por el bar numerosos famosos, entre ellos, Víctor Hugo Morales, Alejandro Dolina, Graciela Borges y Francis Ford Coppola.
Con un edificio de principios de 1900, La Poesía lleva casi 42 años funcionando en el bohemio barrio de San Telmo.
La esquina de Chile y Bolívar fue sede de un encuentro importante entre dos artistas. Horacio Ferrer, el poeta y escritor, conoció a Lucía Michelli en las mesas de La Poesía. Más tarde escribiría un poema llamado Lulú, que sería transformado en vals por Raúl Garello.
Según la web de Turismo de Buenos Aires, allí se fundó el Grupo de los Siete y fue también el espacio de encuentro de la Unión de Cineastas de Paso Reducido (UNCIPAR). Además, tuvieron lugar los distintos encuentros de literatura y de jazz, junto con talleres de narrativa y poesía.
Reconocidos artistas e intelectuales pasaron por allí, como el escritor Abelardo Arias, la novelista Liliana Hecker y los poetas Juan Carlos Escalante y Esteban Mur.
LA NACION