Lionel Scaloni lo explicó con la calma que a cualquier entrenador le da el objetivo cumplido. “Pensamos que iba a tener una y que la iba a meter”, dijo acerca de la confianza que le tenía al ingreso de Lautaro Martínez, que ordenó en el tiempo suplementario y le dio el título a la selección nacional en la final contra Colombia. Más allá de la satisfactoria premonición del cuerpo técnico nacional, alguien podría preguntarse… ¿por qué no lo puso antes, entonces?
Son partidos… La presencia de Di María y Messi en simultáneo en la cancha atentaron con la participación del Toro en este torneo. Es más 9 de área que Julián Álvarez. Tiene el instinto que lo impulsa para ir siempre hacia adelante. El atacante del City, en cambio, está naturalmente acostumbrado al sacrificio defensivo. Y cuidado, que no se malinterprete. Lautaro también hace un desgaste enorme en la marca. Pero son características distintas.
El entrenador argentino fue más específico con la situación del vigente artillero de la Serie A. “Lautaro no dejó de trabajar y su gol es muy merecido, porque ha sufrido que yo lo saque del equipo cuando había sido el goleador. No estará contento conmigo y con razón, porque quiere jugar. Pero es lo que toca. Equivocados o no, pensamos que teníamos que jugar así. Nos dio el triunfo y estamos agradecidos”.
No hay manera de describir los sentimientos que pueden atravesar a un jugador que se sabe en una condición inmejorable, pero aun así tiene que dejarle el puesto a otro. La rareza de lo que ocurrió con Martínez, ser suplente y goleador de un torneo, no tiene registros. Jugó apenas 222 minutos de los 570 que disputó la Argentina. Y metió cinco goles. Un promedio de un gol cada 44 minutos.
Scaloni acepta que la posición en la que se encuentra con jugadores de tan buen nivel lo pueden llevar a cometer injusticias. “Le tengo un aprecio especial a Lautaro porque ha sido el 9 mío de siempre y no ha jugado ahora. Lo más importante es que aún sin estar contento, entró y dio todo para el equipo. Deja de lado cualquier cosa. No tiene precio. Podría haber entrado torcido o enojado y no sirve. El equipo necesita otra cosa. Nos dio un montón. Y en el Mundial también, aunque no hizo goles. Aguanta pelota, genera situaciones…”.
Ese análisis describe el período de madurez del delantero. Casi siempre les da el destino correcto a las jugadas y estuvo implacable en el área. Un baluarte del ciclo que se reivindicó con fútbol y gritos a pesar de que le dieron oportunidades mínimas.
Venía de meter 24 goles para ser el capocannonieri de la Serie A. Razón por la cual el vicepresidente de Inter, Javier Zanetti, trabajó durante todo el receso para asegurar su continuidad, pese a las múltiples y fantásticas ofertas que llegan desde el mundo árabe.
Ahora es goleador de América. Y un dato lo enlaza con otros dos fantásticos anotadores argentinos que lideraron tablas de artilleros en el continente y en Italia. Julio Libonatti, campeón en 1921, que hizo tres goles en aquel torneo y en la temporada 1927/28, lideró la vieja Divisione Nazionale, con 35 tantos. El otro es Gabriel Batistuta, líder de goles en Italia en la temporada 94/95, con 26 tantos y de la Copa América, en 1991 (6 tantos) y en 1995 (4).
Perdió la lucha por el puesto con Julián Álvarez… y sin embargo fue goleador. Su definición en la segunda etapa del tiempo suplementario ya es leyenda. Literalmente le apuntó a la cabeza al arquero Camilo Vargas. Los goles que valen un título siempre tienen un sabor incomparable.
El repentino furor por la conquista, impulsó un movimiento inusual en redes sociales, que pide que se lo considere como candidato para el premio al Balón de Oro que entrega la revista France Football.
La realidad es que las probabilidades apuntaban más a alguno de los campeones de la Champions League con Real Madrid. Pero como Vinicius Junior quedó fuera con Brasil muy rápido, y Jude Bellingham e Inglaterra perdieron la final de la Eurocopa ante España, los principales candidatos vieron sus postulaciones debilitadas. Ahora algunos piden por otros dos campeones de la Eurocopa: Rodri, también ganaor de la Premier League con el City, y hasta de Dani Carvajal, el defensor que anotó un gol en la final de la Champions con los merengues.
Desde esa perspectiva, pensar que el goleador y campeón de la Serie A y de la Supercopa Italiana, y goleador de América, empiece a escalar posiciones, no parece absurdo, aunque muchos así lo crean. Aunque el fútbol puede generar cada tanto estas rarezas. Como que un jugador que pierde el puesto y es suplente en todo un torneo sea al mismo tiempo el máximo goleador. Una verdad tan extraña como memorable.