No le sobró nada a Rosario Central, pero el equipo de Miguel Ángel Russo consiguió lo que buscaba en el duelo de ida por los playoffs de la Copa Sudamericana: un triunfo en casa. Fue un 1-0 ajustado, trabajoso, a expensas de un Inter de Porto Alegre que llegó a Arroyito sin el aura copero de otros tiempos, con Chacho Coudet recientemente despedido de su función como entrenador, eliminado de la Copa de Brasil y con opacas actuaciones en lo que va del Brasileirao, incluidos seis partidos sin festejos.
Tampoco era mucho mejor el panorama del lado local. Pero al menos Central tuvo una efectividad de la que careció su oponente. El comienzo fue favorable a la visita, que tenía más la pelota y se acercó con un tiro desde fuera del área de Gabriel Mercado, y un derechazo a colocar de Bruno Henrique que sacudió el travesaño; Central intentó primero con una salida en diagonal de Campaz, pero su remate dio en la parte externa de la red, y cerca de la media hora, estuvo cerca de anotar Mauricio Martínez con un derechazo que demandó una gran atajada de Rochet. Hubo algún roce no sancionado, como un planchazo de Wesley sobre Franco Ibarra que podría haber merecido la expulsión.
Para la segunda mitad, Miguel Russo dispuso la entrada de Jonathan Gómez. Se lo vio con otra actitud al equipo local, con un poco más de dinámica en su juego, y una ambición que parecía haber despertado después de un primer tiempo de pocas emociones. Avisó Mallo, con un cabezazo por el medio del área chica que salió al lado del poste izquierdo. Dos minutos después, con Inter jugado en ataque, Ibarra, tras un despeje, mandó un pelotazo desde el lateral derecho hacia el centro; parecía pelota fácil para Rómulo, pero Campaz presionó, le ganó en el duelo aéreo al brasileño, y se fue solo para definir con un potente remate ante la salida de Rochet.
En desventaja, Inter fue a buscar la igualdad y estuvo cerca cuando Gómez cruzó justo ante la llegada de Patrick, y enseguida Marco Ruben despejó sobre la línea, como si fuera un central. Muy temprano se había conformado Central con la ventaja mínima, y se replegó en su campo, dentro de un desarrollo trabado y áspero, alterado por un par de roces, como la estrepitosa caída que sufrió Wesley dentro del banco brasileño de suplentes, después de un choque con Jonathan Gómez.
Le faltó fútbol y claridad para llegar al empate a Inter, que en la última media hora sólo estuvo cerca de igualar en un centro para Bruno Henrique, pero Fatura Broun se anticipó y despejó a tiempo. A Central le quedó una última que no pudo aprovechar: un tiro libre frontal de Alan Rodríguez que buscaba el ángulo, pero el arquero de la selección uruguaya llegó con lo justo a descolgarlo.
Así, Rosario Central capturó una ventaja pequeña, pero ventaja al fin. Deberá defenderla dentro de siete días en Porto Alegre, frente a un Inter necesitado de revancha, preocupado por una situación incómoda en el Brasileirao y todo en medio de la reestructura obligada por la salida del entrenador argentino Coudet. No la tendrá fácil el Canalla en el desquite, pero si juega bien sus cartas, podrá avanzar a los octavos de final, donde espera Fortaleza, otro posible adversario brasileño.
LA NACION