WASHINGTON.- La inflación en Estados Unidos rompió el piso del 3% anual en julio por primera vez en más de tres años, un nuevo hito que reforzó la percepción de que la batalla contra la suba de precios está virtualmente ganada y la Reserva Federal se prepara para recortar la tasa de interés y darle un respiro al bolsillo de los norteamericanos. El dato le dio otro empujón la candidatura de la vicepresidenta Kamala Harris en medio de la campaña presidencial justo cuando intenta contrastar su visión para la economía con las críticas a la Casa Blanca de su rival, Donald Trump.
El costo de vida aumentó un 2,9% anual en julio y la inflación “núcleo”, la medida que mira de cerca la Fed para decidir su política monetaria, bajó a su nivel más bajo desde abril de 2021, un avance que fue rápidamente celebrado por el gobierno de Joe Biden y Harris, que han sufrido en los últimos años por el impacto de la suba de precios. La inflación es el principal problema económico en la mente de los norteamericanos –muy poco acostumbrados a que los precios se muevan–, y el costo de vida sufrió luego de la pandemia la mayor escalada en las últimas cuatro décadas.
Desde la campaña de Harris se difundió en un correo electrónico que el dato de inflación “confirma que gracias al trabajo de la vicepresidenta Harris y el presidente Biden, la inflación ha caído al nivel más bajo en más de tres años”. Biden dijo a su vez en un comunicado que el informe oficial muestra que el país continúa avanzando en la lucha contra el alza del costo de vida, y remarcó otra tendencia: los salarios le han ganado a la inflación durante casi el último año y medio, una mejora que probablemente continúe.
“Les dije que íbamos a tener un aterrizaje suave”, dijo Biden a los periodistas durante un evento en la Casa Blanca, cuando le preguntaron si había derrotado a la inflación. “Mis políticas están funcionando”, insistió.
Pese al avance, las familias todavía sienten día a día el impacto combinado de la suba de precios y las altas tasas de interés, que impactan en las hipotecas, los préstamos para la compra de autos y las tarjetas de crédito en un país altamente endeudado. Y el temor a que la tenaza monetaria que aplicó la Fed para enfriar los precios lleve a una recesión ha ganado terreno en las últimas semanas.
El último dato de inflación se conoció cuando las campañas de Harris y Trump buscan marcar las diferencias de sus planes para la economía norteamericana, la más importante del planeta y la de mejor desempeño dentro del grupo de naciones desarrolladas tras la pandemia del coronavirus. Ambos han puesto más energía en atacarse que en vender sus propuestas, muchas de las cuales todavía son ignotas para muchos votantes.
Harris enfrenta una compleja tarea: sacarse de encima la mochila tóxica de la herencia de Biden –la inflación llegó a un pico cercano al 10% a mediados de 2022, y la mayoría del país desaprueba su gestión– sin despegarse del todo de su política económica, popular entre los demócratas. El mensaje de Trump es más directo: Biden ha tenido una gestión desastrosa, y si Harris resulta electa, llevará al país a la ruina.
“Cuando ella se ría durante un discurso, recuerden que hay familias estadounidenses que lloran hoy mismo porque no pueden comprar alimentos”, dijo JD Vance, el compañero de fórmula de Trump, en un discurso de campaña en Michigan este miércoles.
Críticas cruzadas
La campaña de Harris busca atar por todos los medios posibles a Trump con el llamado “Proyecto 2025″, una hoja de ruta elaborada por un equipo de la Fundación Heritage para correr a Estados Unidos a la derecha.
“La evidencia es clara: la agenda económica de Donald Trump sería catastrófica para el pueblo norteamericano”, dijo la campaña de Harris. “El análisis de expertos independientes concluyó que la agenda económica de Trump provocará una recesión a mediados de 2025, costará más de 3 millones de empleos, aumentará los costos para las familias en US$2500 por año, aumentará la deuda en US$4 billones, hará que la inflación se dispare y perjudicará a todos, excepto a los estadounidenses más ricos”, apuntó el equipo demócrata.
El director de Comunicaciones de Harris, Michael Tyler, agregó en un memo distribuido a la prensa que Trump “le costó al país millones de empleos, nos dejó al borde de una recesión y otorgó enormes ayudas a multimillonarios y grandes corporaciones”.
El dato de inflación le dio un nuevo impulso a las acciones en los mercados de Wall Street, y, más importante aún, arraigó la expectativa de que la Fed pondrá punto final al ajuste y a su política de altas tasas de interés, y recortará el costo del dinero en su próxima reunión, en septiembre. Es una movida de alto impacto: la deuda en manos de las familias norteamericana está en un pico histórico, y actualmente el 77% de los hogares tiene algún tipo de deuda. Siete de cada diez hogares pagan una hipoteca, según el Departamento de Trabajo.