La longevidad es un tema que capturó la atención de científicos y médicos en las últimas décadas. Aunque existen numerosas estrategias para mejorar la esperanza de vida, la clave radica en adoptar hábitos saludables que impacten en el bienestar general. Desde el descanso adecuado hasta una dieta equilibrada, cada aspecto del estilo de vida contribuye a la salud a largo plazo.
Un reciente estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Leicester reveló que dedicar solo 10 minutos diarios a una caminata enérgica puede tener un efecto significativo en la longevidad. Este análisis incluyó datos de 71.773 personas mayores de 60 años, que fueron evaluadas a través de un acelerómetro que medía su actividad física, y publicado en la revista Journal of Sport and Health Science.
Los resultados son reveladores, ya que para una persona inactiva de 60 años, añadir 10 minutos de caminata enérgica se asocia con un incremento promedio de 0,9 años en la vida de las mujeres y 1, 4 años en la de los hombres. Este estudio refuerza la idea de que pequeñas modificaciones en los hábitos diarios pueden tener un impacto notable en la esperanza de vida.
El aumento de la actividad física
Además de caminar 10 minutos al día, el informe sugiere que aumentar tanto la duración como la intensidad del ejercicio, puede traducirse en aún más años de vida. Por ejemplo, caminar durante 30 minutos a paso ligero puede ofrecer un incremento de 1,4 años para las mujeres y hasta 2,5 años para los hombres. Esto indica que la combinación de mayor tiempo y mayor intensidad en la actividad física puede resultar en beneficios significativos para la salud.
El doctor Francesco Zaccardi, uno de los coautores del estudio, resaltó la importancia de la actividad física habitual como un determinante clave de la salud y la longevidad. Según él, estos hallazgos deberían inspirar campañas de salud pública que fomenten la incorporación de actividad física moderada en la vida diaria, especialmente entre aquellos que actualmente son inactivos.
Además, enfatizó en que un pequeño cambio en la rutina diaria puede tener un impacto notable. Un simple paseo de diez minutos podría ser el primer paso hacia un estilo de vida más activo y saludable. En lugar de sentirse abrumadas por la idea de hacer ejercicio intenso, las personas pueden comenzar con pasos pequeños que se adapten a su vida cotidiana y no les sea tan pesado.
LA NACION