Por Marcelo López Álvarez
Javier Milei amenazó, nuevamente, con una pronta salida del cepo, corriendo el riesgo de convertirse en un remake del cuento del pastorcillo mentiroso, en la que el día que llegue el lobo, no encontrará ayuda. Así, el “peso excremento” de la campaña y la dolarización (mientras anuncia y re anuncia el fin de las restricciones) han dado paso al “superpeso” y al renacer del carry trade de la mano de Luis Caputo, sin ninguna escala intermedia y sin reparos en los cambios de opinión, algo común en el gobierno de Javier Milei.
Básicamente, el gobierno de Milei ha puesto en marcha un plan de saqueo de las arcas públicas en favor de los grandes estamentos financieros, dejándolo en manos de quien sabe hacerlo sin importar las consecuencias: Luis Caputo. El plan es complejo pero fácil de explicar: frenar en seco la emisión monetaria y la demanda de pesos mediante el congelamiento drástico de la economía, con un doble objetivo: reducir la inflación por inanición y bajar la cotización del dólar ante la falta de pesos y el aumento de la oferta de divisas por diversas vías (quema de ahorros, blanqueo e intervención del Banco Central).
El regreso del carry trade con cepo: Fiesta o esquema Ponzi
Con esta fórmula y la “credibilidad” que suelen otorgar los mercados a gobiernos de cierta inclinación ideológica, Javier Milei ha puesto en marcha nuevamente en Argentina la fiesta financiera del carry trade, que cada día se parece más a un esquema Ponzi cuyo final es predecible.
Mientras el blanqueo —cuya primera etapa, centrada en el efectivo, culmina hoy— ha logrado captar cerca de 15.000 millones de dólares en cuentas especiales, la decisión de mantener una devaluación mensual controlada del 2% sobre el peso, junto con tasas de instrumentos en moneda nacional superiores al 3% en ese periodo, ha incentivado la venta de divisas para obtener rendimientos en pesos y, posteriormente, recomprar dólares con las ganancias inéditas.
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Gianni Lunadei en el personaje de Arteche en Plata Dulce. El icónico gerente de la financiera que se fuga cuando estalla la bicicleta financiera de la dictadura. Javier Milei juega a repetir la historia
Quienes apostaron desde el inicio a esta estrategia, ya sea por intuición o por un “aviso”, han acumulado ganancias de alrededor del 35% en dólares en apenas 10 meses, un rendimiento similar al de los primeros en entrar en esquemas Ponzi o estafas piramidales.
El gobierno sostiene que no existen riesgos, envalentonado por la entrada de dólares del blanqueo y la esperanza de una cosecha normal y aportes energéticos que generen un piso mínimo de divisas. Sin embargo, las cuentas no cierran ante la necesidad de dólares para el año próximo, considerando los compromisos a cancelar y la demanda que generará la economía con la permanencia de un dólar barato.
Más Presión sobre el cepo
La presión sobre el dólar y el cepo se está incrementando por los sectores ligados al comercio exterior. La agencia Bloomberg reportó recientemente que los agroexportadores se apresuran a solicitar préstamos de prefinanciación en dólares aprovechando la baja tasa, para ingresar también en la bicicleta financiera, mientras que los importadores postergan al máximo sus pagos para obtener una diferencia extra.
Nada nuevo bajo el sol argentino. Sabemos que los funcionarios no tienen contacto alguno con la historia argentina, y mucho menos con el cine argentino… Si tan solo leyeran un libro o vieran películas, sabrían que esta historia siempre tiene el mismo final: “¿Arteche se estaba rajando?”