«Habrá presupuesto y extraordinarias si hay consenso. Habrá consenso si entienden que no hay plata. Nos están pidiendo 3700 millones de dólares que no tenemos«, repetían en las últimas horas algunos de los funcionarios más poderosos del Gabinete en la Casa Rosada. Casi a la misma hora, en el Congreso fracasaba la reunión de comisión para dictaminar un proyecto de Presupuesto digerible para Javier Milei.
Un día después, en Balcarce 50 se mantienen firmes y aseguran que el Gobierno no cederá a los pedidos de los gobernadores. Defienden la idea de que las asignaciones específicas que no se ejecutan no se convierten en coparticipables automáticamente y que el fondo de los ATN -que equivale al 1% de la coparticipación- es para atender emergencias y no para repartirlo de manera discrecional.
Tras el naufragio de la ley de Presupuesto y la falta de quórum para tratar ficha limpia, una idea que impulsó el PRO y acompañó con poco entusiasmo el oficialismo, el Gobierno se prepara para enviar en las próximas horas la reforma política que quisiera implementar el año que viene y que presentó en Casa Rosada el vocero presidencial Manuel Adorni el último viernes. No descarta para su tratamiento convocar a extraordinarias sin incluir ningún otro de los temas espinosos que el Legislativo debate.
Se trata de dos proyectos. El primero concierne a la eliminación de las PASO y cambiar la ley de financiamiento político para limitar el aporte estatal y elevar el de los privados. El segundo se trata de la modificación de la ley orgánica de partidos políticos para «transparentar» las afiliaciones.
El Gobierno prevé ahorrarse $45 mil millones con la eliminación de las primarias que pretendía volcar al financiamiento universitario. Hace dos semanas, José Luis Espert suspendió una conferencia de prensa en Diputados en la que presentaría el proyecto ante el enojo del PRO y de la UCR. Finalmente esa tarea recayó en el Ejecutivo y en Adorni.
Según los cálculos oficiales, el ahorro de las modificación de la ley de financiamiento y de la orgánica de los partidos significaría una reducción de $118 mil millones. Ese posible ahorro implicaría más que los US$ 3700 millones que el Gobierno dice que traban el Presupuesto.
Mauricio Macri, que cuando era presidente quería eliminar las primarias, sabe que sin PASO expone a su partido -que explora un acuerdo con LLA- al borde de la extinción. María Eugenia Vidal impulsaba una iniciativa para eliminar la obligatoriedad de las primarias.
«No importa lo que haga el PRO«, señalan con temeridad funcionarios con acceso permanente al despacho de Milei, que este miércoles volvió a la Rosada tras su participación en el G-20. La relación entre los aliados es tirante y cerca de Macri sostienen que ya se cansaron del ninguneo permanente.
A pesar del rechazo del PRO a la modificación de la ley que regula los DNU, en el macrismo se guardan la carta de no prestar los auxilios necesarios para que Milei vete eventualmente esa ley clave si resultara aprobada.
El entorno de Karina Milei se prepara para volver a presionar al PRO en la Ciudad. La jefa de bloque de LLA en la legislatura porteña presentará un proyecto similar para eliminar las primarias en la Capital. Ya había hecho algo similar con una versión porteña de la Ley Bases que alcanzó para irritar al jefe de Gobierno.
En otros despachos del Ejecutivo descontaban que no habría extraordinarias, porque el Presupuesto ya no estaba arriba de la mesa. Menos chances le veían a cualquier reforma política que necesitaría los dos tercios de los votos. Sin embargo, en la mesa chica del Presidente ven con buenos ojos la posibilidad de empujar una iniciativa que les servirá para seguir mostrando una agenda de cambio que rebota ante los intereses del sistema político; «de la casta», en palabras del Presidente; una forma de ganar aun en la derrota.
La oposición más dura y la más dialoguista se convence de que al Gobierno nunca quiso aprobar un Presupuesto y le sienta cómodo volver a prorrogar el de 2023 para reasignar partidas sin tener que pasar por el Congreso.
El desfile de gobernadores por la Casa Rosada en tandas -Milei recibió a 14 y Guillermo Francos a otros tres más- no rindió los frutos esperados. Este miércoles, el ministro de Economía Luis Caputo recibió al santafesino Maximiliano Pullaro y al cordobés Martín Llaryora junto a inversores del fondo saudí que financian el acueducto biprovincial. En el entorno de ambos niegan cualquier conversación sobre el tema que más interesa a los mandatarios provinciales.