A última hora de la tarde, Miguel Angel Pichetto se reunió con el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, en la Casa Rosada. El encuentro entre el ministro coordinador y el jefe de bloque de Encuentro Federal sinceró que el diálogo entre el Gobierno y los bloques opositores se mantiene de cara a una posible e inminente convocatoria de extraordinarias, a pesar de que desde la mesa chica de Javier Milei dejaron trascender durante toda la jornada que el Presidente estaba dispuesto a no reabrir el Congreso si la oposición no se disponía a tratar los proyectos que envíe en el temario.
La presencia en la Casa de Gobierno -rodeada de hermetismo- del jefe de bloque en el que se referencian varios gobernadores tomó por sorpresa a varios de su compañeros de bancada. El Gobierno espera la ratificación de Martín Menem como presidente de Diputados antes de oficializar el eventual decreto de convocatoria a extraordinarias.
Precisamente el nombre de Pichetto había surgido como una de las alternativas del peronismo para relevar a Menem. La frustrada sesión de Ficha Limpia la semana pasada le habría asegurado la presidencia de la Cámara al diputado riojano, aunque en el oficialismo insiste en negar un acuerdo con el kirchnerismo.
Luego de recibir al jefe de Encuentro Federal, el jefe de Gabinete estiró una reunión con su segundo Lisandro Catalán y con Santiago Caputo, el asesor preferido del Presidente.
«Hacemos una cuenta de cuántos legisladores estarían dispuestos a acompañarnos y avanzamos. Después inexorablemente volveremos a hablar, porque la dinámica te lleva a eso», explicaban más temprano funcionarios muy cercanos al Presidente, que señalaban que el diálogo con la oposición estaba interrumpido. En las diferentes terminales del Gobierno que negocian con los bloques opositores hay diferentes estilos y objetivos.
En la Secretaría Legal y Técnica, a cargo de Rodrigo Herrera Bravo, tienen desde hace días el decreto listo con los tres artículos imprescindibles para convocar al Congreso a extraordinarias. Falta, lo más importante, el anexo con el temario.
Durante toda la jornada, funcionarios con acceso permanente al despacho presidencial habían sugerido que el Gobierno podría no convocar finalmente al Congreso. “No están garantizadas las extraordinarias: puede no haber”, aseguró una voz de estrecho vínculo con el jefe de Estado, que planteó que «depende de si hay consenso para aprobar el temario”.
En la mesa chica de Milei argumentaron que tienen la intención de convocar a extraordinarias, pero destacan que solo lo harán si suman a una mayoría que esté dispuesta a acompañar sus propuestas. Cerca de Karina Milei, de todos modos, relativizaban la posibilidad de no llamar al Congreso.
En ese lote incluyen la eliminación de las PASO y los cambios en la ley de partidos políticos, el paquete anti-mafia, la ley de reiterancia, el juicio en ausencia y la privatización de Aerolíneas Argentinas. Si hubiera acuerdo, también planeaban enviar al Senado los pliegos de los jueces para la Corte Suprema, y de los 150 magistrados, fiscales y defensores públicos pendientes. En el Gobierno no descartan nombrar a los candidatos al máximo Tribunal, Manuel García-Mansilla y Ariel Lijo, por decreto.
El vocero Manuel Adorni convocó en principio a una conferencia de prensa para este miércoles a las 15, un detalle que alimentó las versiones de un inminente llamado a extraordinarias. A las 14 está prevista la sesión de Diputados para elegir las autoridades de la Cámara. Si hay acuerdo para que Menem reelija, será un trámite.
En Balcarce 50 advertían que las negociaciones con la oposición estaban interrumpidas desde hacía semanas. «Hacemos una cuenta de cuántos legisladores estarían dispuestos a acompañarnos y avanzamos. Después inexorablemente volveremos a hablar, porque la dinámica te lleva a eso», presionaban funcionarios con acceso permanente al despacho de Javier Milei. Dos horas después de esos dichos, Pichetto pasó por la Rosada.
El propio Francos había declarado el sábado públicamente que abogaba por las sesiones extraordinarias. «La intención es que haya extraordinarias. No hemos todavía conversado con el Presidente la fecha oportuna. Pretendemos que no sean largas, la idea era diciembre, pero vamos a resolverlo esta semana», dijo el ministro coordinador.
“Podemos convocar a extraordinarias, hoy, mañana o cualquier día. No está atado sólo a lo de Menem”, relativizaban en el círculo áulico del jefe de Estado.
En la Rosada insisten en que dialogan para buscar las voluntades de los 48 senadores necesarios para aprobar los pliegos de los aspirantes al máximo tribunal y rechazan que haya negociaciones con los 18 senadores que responden a Cristina Kirchner.
Por otra parte, no descartaron la posibilidad de incorporar su propio proyecto de Ficha Limpia, aunque días atrás habían asegurado que no lo sumarían a un hipotético temario de extraordinarias tras bloquear la iniciativa original del PRO.
¿Qué cambió? Nadie quiso contradecir a Alejandro Fargosi, el abogado al que Milei promovió para presidir una comisión que elabore un proyecto nuevo, que pidió públicamente que el Presidente lo incluyera en extraordinarias.
Los alfiles del PRO, la UCR y la CC amenazaban con no dar quórum si el oficialismo se niega a discutir el Presupuesto.
Pero el Gobierno ya no da vueltas para admitir que considera que el Presupuesto 2025 “no es un tema importante” que “no interesa tanto” en su agenda, porque se prepara para renovar el vigente y manejar con discrecionalidad las partidas presupuestarias. «En realidad sí queremos incluir y tener un Presupuesto: el que nosotros proponemos. Esa también es una forma de negociar», destacan en la Rosada.
En el Congreso hay voces de fuerzas aliadas que destacan que para controlar al Gobierno es más conveniente tener un Presupuesto que no tenerlo, por más malo que sea.