Edgardo Kueider, el senador que fue demorado en Paraguay con más de 200 mil dólares y 600 mil pesos sin declarar, es una de las personalidades políticas que creció a partir de la última fractura del peronismo en la Cámara alta.
Con la llegada de Javier Milei a la presidencia se convirtió en uno de los ejes del armado dialoguista que le permitió a Victoria Villarruel quitarle al kirchnerismo el control de áreas clave del Senado. De buen vínculo con Santiago Caputo, sonó para integrar la Bicameral de Inteligencia que controla los fondos reservados de la SIDE.
Pero lo cierto es que Kueider es investigado por enriquecimiento ilícito y lavado de activos en los tribunales entrerrianos por unos departamentos y cocheras en un edificio de la ciudad de Paraná, que de acuerdo a lo informado por medios provinciales están registrados a nombre de su secretaria y de una empresa vinculada al legislador.
Fue un aliado clave del oficialismo en la aprobación de la Ley Bases cuando tuvo su paso por el Senado por lo que fue duramente criticado por el peronismo, que lo acusó de «traidor» y la reclamó la banca. Incluso fue cuestionado por la ex presidenta Cristina Kirchner por su voto a favor de la ley impulsada desde la Casa Rosada.
Durante esa negociación, Kueider forjó un importante diálogo con el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, pero también con el asesor estrella del Gobierno Santiago Caputo, quien vale aclarar que tiene contacto con una buena parte de los senadores.
Incluso, el senador por Entre Ríos fue uno de los candidatos a encabezar la comisión bicameral de Inteligencia, cargo que finalmente quedó en manos de Martín Lousteau como consecuencia de la misma interna entre Caputo y Karina Milei, que pretendía colocar al misionero del PRO Martín Goerling, como parte de la negociación con el macrismo.
Si bien nació en Buenos Aires, Kueider de 52 años es senador por la provincia de Entre Ríos desde 2019, por lo que el próximo año deberá renovar su mandato en medio de las tensiones que generó con el peronismo provincial que lo cuestionó por el apoyo al Gobierno.
Kueider nunca tuvo buen vínculo con el kirchnerismo y siempre fue crítico del manejo que se hizo del bloque. En 2021 encabezó un intento de rebelión en la bancada peronista con sus pares Carlos «Camau» Espínola (Corrientes), Guillermo Snopek (Jujuy) y Sergio Leavy (Salta) para armar un subbloque. La buena relación con Bordet y Alberto Fernández lo hizo retroceder con la movida.
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