La reciente protesta organizada por sectores del kirchnerismo y la izquierda en Argentina, que tuvo lugar frente al Congreso Nacional, se destacó por su carácter pacífico y una asistencia menor a la esperada. Este evento, que coincidió con la votación en el Congreso sobre el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), marcó un contraste significativo con manifestaciones previas que habían estado marcadas por episodios de violencia y enfrentamientos.
Desde el inicio, la convocatoria generó expectativas moderadas. A diferencia de protestas anteriores, esta movilización fue organizada principalmente por sindicatos, organizaciones sociales y un sector del kirchnerismo, dejando de lado la participación masiva de barrabravas y otros grupos que habían protagonizado incidentes en el pasado.
La marcha, autodenominada como una manifestación en defensa de los jubilados, reunió a diversas agrupaciones como la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) y la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), entre otros gremios.
El operativo de seguridad implementado fue robusto y estratégico. Se valló el perímetro del Congreso y la Plaza, dejando corredores libres por las avenidas principales para facilitar el tránsito y garantizar el orden. En total, se desplegaron aproximadamente 1,500 efectivos de seguridad nacionales y 900 policías de la Ciudad de Buenos Aires.
Este enfoque preventivo contribuyó a que la jornada transcurriera sin mayores incidentes, salvo algunos momentos de tensión aislados durante la desconcentración de la marcha. La asistencia, sin embargo, fue un punto de debate. Mientras que las autoridades de la Ciudad estimaron un pico de participación de alrededor de 10,000 personas, los organizadores y sindicatos elevaron esa cifra a entre 15,000 y 20,000 asistentes.
A pesar de estas discrepancias, ambas partes coincidieron en que la movilización estuvo lejos de ser masiva. Algunos dirigentes sociales atribuyeron esta baja convocatoria al temor de posibles represalias, recordando los enfrentamientos violentos de semanas anteriores.
Manifestación
La composición de los manifestantes también reflejó un cambio en la dinámica de las protestas. Aunque hubo presencia de barrabravas, estos fueron superados en número por jubilados, trabajadores sindicalizados y otros ciudadanos autoconvocados.
La Cámpora, una de las agrupaciones kirchneristas más destacadas, también participó, aunque su presencia fue más discreta en comparación con otras ocasiones. El contexto político en el que se desarrolló la protesta añadió una capa adicional de complejidad. La votación en el Congreso sobre el acuerdo con el FMI fue un tema central que polarizó opiniones y motivó la movilización. Sin embargo, a diferencia de manifestaciones anteriores, esta vez no se registraron enfrentamientos significativos entre los manifestantes y las fuerzas de seguridad.
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