En diálogo con Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3), el economista Gabriel Rubinstein aseguró que el Gobierno va a mantener el esquema cambiario actual para “maximizar el poder y los votos en la próxima elección” al mismo tiempo que busca cerrar las negociaciones del nuevo préstamo con el Fondo Monetario Internacional. Sobre el acuerdo con el organismo, dijo: «Hay una intención de mostrar reservas más fortalecidas para que no haya inquietudes cambiarias importantes”.
Gabriel Rubinstein es economista, director de la consultora de economía y finanzas y desde agosto de 2022 hasta diciembre de 2023 fue secretario de Programación Económica -en los hechos, viceministro de Economía de Sergio Massa-. También estuvo a cargo del vínculo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y otros organismos multilaterales. Entre 2002 y 2003 formó parte del grupo encargado de negociar con el FMI y los acreedores privados luego del default del 2001, como asesor de la Secretaría de Finanzas al mando de Guillermo Nielsen. En la actividad privada, fue director ejecutivo de la agencia calificadora de riesgo Fitch y de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires. La semana pasada, publicó el libro digital “Algunas discusiones en tiempos de motosierra”.
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Esta semana, vos posteaste en X un texto que decía: «Si el Gobierno no frena esta corrida aún incipiente y sigue dejando que aumente la incertidumbre, la corrida podría llegar a ser imparable. Ojo, veremos si Luis Caputo y Javier Milei están a la altura». ¿Crees que la corrida sigue, que la están parando, que está mermando o que, al revés, está creciendo? ¿Cuál es tu visión?
Sí, después de eso, el Gobierno logró que se avale el DNU del acuerdo con el fondo e intervino para que las cosas se aplacaran en el mercado de cambios. De alguna manera, hay una mejora, pero está latente una inquietud y una presión en la brecha cambiaria. Estamos en una situación de cierta tensión, como una especie de tregua tensa a la espera de que finalmente haya novedades con el Fondo. No cayó bien que Milei hablara a mediados de abril, pero de alguna forma hubo un pequeño comunicado y se espera que haya otra cosa. Cada día se espera ver qué novedad sale del fondo, como para ver cómo está la cosa. De alguna forma también el Gobierno ha dejado entender que no se esperan grandes cambios en el tema cambiario, como por lo menos al principio. Entonces, diría que hay una situación de tregua en estos momentos.
¿Fue un error del Gobierno anticipar anunciado o instalado antes en la agenda un tema y eso generó la corrida cambiaria? O al revés, eso se generó primero y el Gobierno tuvo que salir a tientas y locas, como podía, a tratar de instalar el tema de otra forma. ¿Cuál es tu perspectiva?
Creo que sí fue un error del Gobierno porque anticipó que iba a haber un acuerdo con el Fondo. Cuando empezó a hablar de que habría modificaciones en el esquema cambiario y anunció cómo sería, dejó flotando el tema, y esos temas no se dejan flotando así. Entonces, desde este punto de vista, podemos decir que hubo un error del Gobierno en la manera de manejar las cosas. No sé si fue por impericia, no sé si por marchas y contramarchas con el fondo, ppero diría que no hubo un manejo bien profesional del tema.
Elizabeth Peger: El Central lleva siete ruedas consecutivas interviniendo en el mercado de cambios. Hay una perspectiva de un cambio en la oferta de la licitación prevista mañana. ¿Hasta cuándo aguanta el sistema en este esquema? Las reservas del Banco Central hoy están en 26.441 millones brutas, pero muchos sostienen que más de 8.000 millones están en terreno negativo, algunos hablan de hasta 10.000. ¿Cómo se sostiene esto en el tiempo frente a la ansiedad que hay con el acuerdo con el Fondo?
Yo creo que sí aguantan, no es que sea una situación desesperante. Van a aguantar a este ritmo porque se espera que en poco tiempo haya novedades con el Fondo. Si vos me dijeras que se interrumpen las conversaciones con el Fondo, ahí las cosas se ponen complicadas en serio. Ahora, yo creo que van a vender un poco de dólares todos los dias hasta que venga el acuerdo y se vea ahí cuáles son los cambios inmediatos y cuáles son los cambios más adelante.
Yo creo que van a salir con un esquema cambiario que no es muy distinto del actual. La leve fluctuación del dólar, a lo mejor pasa de una fluctuación del 1% a una del 3%, y a lo mejor la forma de intervenir en el contado con liquidación puede ser diferente, pero en esencia va a haber brecha cambiaria, no se van a unificar los mercados y va a seguir el tipo de cambio oficial con una leve fluctuación. No va a ser un cambio en principio, parecería que no habrá un cambio brusco en esas condiciones, y por lo tanto no debemos pensar que ahora hay una corrida que se va a exponenciar. Creo que se va a contener, y están todas las pilas puestas para contener eso.
EP: ¿Y eso qué impacto puede tener en la inflación? Es el principal activo que ha mostrado, junto con el superávit fiscal, el Gobierno. Estamos viendo que la tendencia de baja de la inflación se interrumpió en febrero y va a ocurrir lo mismo en marzo.
Yo lo diría así: si no hubiera elecciones, seguramente habría modificaciones en el esquema cambiario grandes y rápidas. Como hay elecciones y el Gobierno privilegia llegar a las elecciones con muy baja inflación porque su activo económico en términos políticos, por eso los cambios van a ser graduales y el impacto en la inflación puede ser muy bajo. Si no hubiera elecciones habría devaluación.
Entonces, más allá de que la inflación le cueste bajar más y llegar al 1% como pretendían, de todas maneras se va a retomar después de marzo. Marzo viene un poco mal porque la carne y los productos subieron, pero supongo que en abril va a haber un bajón de la inflación si se da lo que estamos pensando. Es decir, si las variaciones sobre el esquema cambiario son lentas y graduales porque el Gobierno antepone sus consideraciones políticas a solucionar el tema cambiario. No es una crítica porque es lo que hacen los políticos siempre: cómo logro maximizar el poder y los votos en la próxima elección. Milei no se escapa de esa lógica.
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De cualquier forma, aunque sea una banda cambiaria con una oscilación del 3%, ¿no implica, claramente, una demostración de error de cálculo por parte de la conducción económica, a un mes de haber anunciado que el crawling peg se bajaba a uno? Es decir, justo al mes de que vos bajaste el PCA a 1, vas a cambiar el sistema cambiario en una negociación con el Fondo que no tenía ninguna urgencia porque falta mucho tiempo para el primer vencimiento.
Posiblemente sí. Hay un poco de improvisación e inquietud en el Gobierno. Se mezclaron cosas políticas y todo, pero posiblemente sí haya un problema. No creo que ellos te reconozcan eso.
¿Por qué al Fondo Monetario ahora?
Ellos siempre hablaron de que querían un acuerdo con el Fondo Monetario. Aunque en un momento dijeron que no importaba, ahora importa más. Hay más sensación de inquietud, y es ahora porque hay una intención de mostrar reservas más fortalecidas para que no haya inquietudes cambiarias importantes. Aunque no se pueda usar nada de los dólares que te dé el Fondo Monetario, el hecho en sí de exhibirlo en el Banco Central y pasar a tener reservas positivas, ya da una cierta tranquilidad, porque siempre está latente que el Fondo te pueda dejar usarlas para tal fin o para tal otro, como un vencimiento de bonos. Entonces, las cuentas de reservas van a empezar a ser positivas, aunque tengas muchas dudas sobre cuánto efectivamente de esas reservas positivas puedas usar. No es lo mismo no tener nada o estar siempre en negativo. Desde ese punto de vista, es una buena noticia lo del Fondo y ayuda a pasar el período electoral más tranquilo.
Comentábamos que el economista jefe de Morgan Stanley, el uruguayo Pereira, había dicho que ni bien se firme el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, Argentina rebota, crece enormemente, y hace expectativas de un salto económico copernicano, diría Menem. ¿Te parece una visión exagerada? ¿Es posible que Argentina esté en los albores de un cambio de ciclo económico?
Creo que hay una inflexión en Argentina derivada del hecho de que hubo un ajuste fiscal muy fuerte, que también permitió bajar la brecha cambiaria -aún con todas las fragilidades cambiarias que están subyacentes- y que hay un proceso de desregulación en marcha, bastante fuerte liderado por Sturzenegger. La parte fiscal fue determinante para hacer un cambio macroeconómico. Con ese cambio, se espera que el riesgo país baje, que Argentina acceda a los mercados y se supone que el Fondo es una ayuda en esa dirección, pero yo no lo vería como una inflexión tremenda. Lo veo como parte de un proceso que ya está en marcha y que, con todas las dudas que ese proceso pueda generar, como las económicas por el dólar bajó por la falta de reservas o por la falta de reservas que se puedan usar. Se supone que una parte del préstamo va a ser para pagarle al propio Fondo y otra parte va a ser usable en condiciones que el Fondo te deje.
Más allá de todas esas circunstancias, Argentina está en ese proceso. Hay escollos económicos, esencialmente por la parte cambiaria, políticos, porque el Gobierno se manda macanas y no se sabe hasta qué punto va a estar siempre fuerte, y escollos externos derivados de un mundo complicado y puede haber shocks negativos para Argentina que le compliquen la vida. Al acuerdo con el Fondo lo veo más como un paso positivo en el camino, pero no lo exagero, no lo veo como un cambio fundamental.
¿Qué hubiera sido distinto si ustedes hubieran ganado las elecciones y el ministro de Economía hubiera sido vos?
Si yo hubiera sido ministro de Economía, hubiéramos acometido el compromiso público de cara al presupuesto del año 2024, de 1% del PBI de superávit. Habría sido un ajuste muy fuerte. No nos olvidemos que todo el discurso de Milei era pro dólar y muy anti peso. Si hubiera ganado Massa y yo hubiese sido el ministro, el dólar devaluado hubiera sido más bajo, hasta la zona de 600 en vez de 850. También hubiera habido la intención de bajar la brecha, interviniendo pero confiando en el ajuste fiscal. Yo hubiera buscado un acuerdo más sustancial con el Fondo, aceptando la unificación cambiaria o un dólar más alto, pero con recursos importantes como para evitar todo tipo de corrida. Me parece que habría que haber avanzado más rápido y seriamente en la unificación cambiaria con un esquema.
De hecho, yo hice una propuesta pública con un esquema de flotación asistida, de manera tal que a un determinado valor hubiera recursos suficientes como para que el dólar nunca pase de determinado nivel. Con Milei, mucha gente pensó que el dólar se iba a 1.500, 2.500 o 3.000. Eso fue muy negativo para todo lo que vino después. Si la devaluación hubiera sido a 600 y hubiera hecho una política para armar un acuerdo con el Fondo, para que 1.500 sea un techo infranqueable, el Fondo hubiera aceptado, porque acá el acreedor tiene que estar satisfecho. Si el acreedor, que es el Fondo, te dice que tenés un atraso del 25%, no te va a dar permiso para usar dólares que vendas baratos. Ahora, si vas a vender dólares a un valor que el FMI considera que es el adecuado y que ya no tenés atraso cambiario, la predisposición cambia muchísimo y ahí habría muchas más posibilidades de salir del cepo, sabiendo que no podés tener cualquier devaluación. Tenés una devaluación importante, del 50% o 60%, pero que efectivamente no puede ir más allá.
A ver, permíteme bajarlo a un didactismo más para legos. El superávit fiscal hubiera sido la mitad.
No, la mitad no. 1%, en vez de 1.8%, pero con la idea de después mejorar. Fíjate que este año el Gobierno habla de 1.3%. Seguramente, este año o el próximo año ya estaríamos en el mismo resultado fiscal que Milei.
Déjame ponerlo entonces en dos años: el primer año hubieran tenido un superávit fiscal de la mitad, el segundo el mismo. El primer año hubieran tenido una caída del Producto Bruto menor y el segundo, a lo mejor, un rebote menor…
No, no necesariamente. Es contrafáctico, pero para mí la recesión fue excesiva e innecesaria por el débil manejo cambiario. Nunca pensamos nosotros que el salario tenía que haber caído tanto y después recién empezar a recuperar, con lo cual hubiera sido más suave pero persistente. Yo creo que la actividad hubiera sido mayor.
Felicitaciones por el libro.
De paso, te comento que en el libro yo hago un escenario contrafáctico, pero ni siquiera el contrafáctico es qué pasa si hubiéramos ganado nosotros. El contrafáctico es: ¿Qué pasaría si Milei hubiera tenido un discurso pro peso en vez de anti peso?
Antes de que Milei sea presidente. Serían las consecuencias de Milei candidato.
Sí, sí Milei en la PASO hubiera ganado todo como ganó, pero con un discurso muy diferente, en el sentido de que el peso iba a ser como una roca, cosa que hizo recién después de varios meses, y en ese caso, nos da un tipo de cambio real más alto, todo más equilibrado y más actividad para el mismo ajuste fiscal.
Si fuera Luis Caputo, diría que necesitaban destruir la economía para ganar. En este momento. Vos decías que tu plan era pedirle al Fondo 30.000 millones de dólares para ese fondo contingente. ¿Se equivocaron Guzmán y Alberto Fernández en rechazar los 15.000 millones de dólares que quedaban del crédito del Fondo Monetario Internacional de Macri al no tomarlo en 1.920 o 1.919?
Sí. Todo depende para qué. Cuando hablo de dinero no es para pagar a los bonistas ni para pagar el déficit. Si el Fondo te de plata para solucionar tu inestabilidad cambiaría, lo tomaría, pero para gastos corrientes, no.
¿Y esta idea que tiene la sociedad argentina de que cada vez que fuimos al Fondo nos fue peor, un error epistémico de confundir causas con consecuencias? ¿A qué obedece que, por lo menos desde el punto de vista del registro histórico, cada vez que fuimos al Fondo fue peor y según vos, no tendría que ser así, que a veces tendría que ser para mejor?
Obviamente que si vas al Fondo cuando estás al borde de una crisis enorme, a lo mejor el Fondo te ayuda, o te ayuda mal, o te ayuda poco, pero vos tenés una crisis latente muy grande.
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Entonces, vas al Fondo porque tenés una crisis. La crisis se desactiva, pero en realidad fuiste porque tenías crisis. ¿Y ahora no están yendo por eso mismo?
Yo creo que no, en esencia, pero hay un poquito de apuro. Tenían la idea de que si el Fondo les da, pueden salir más rápido del cepo, pero no les importaba que el Fondo les diera plata. Ahora no es así, ahora sí les importa. Entonces, hay un poquito más de nerviosismo, pero no le están dando la plata para un vencimiento de la semana que viene.
Quizás es un error de comunicación. En realidad, en el inconsciente colectivo, “Fondo” y “crisis” son una metonimia. Entonces, aunque en este caso pueda ser distinto, la sola palabra “Fondo” genera ese escozor y, a priori, es igual a “crisis”.
Sí, pero igual también diferenciemos cómo lo usa la política de lo que piensa la gente común. Para el tipo que tiene un depósito a plazo fijo, no necesariamente el Fondo le parezca sinónimo de crisis. La política lo usa bastante.
¿Una cosa es la gente común y otra cosa son los actores financieros?
Sí, yo creo que sí. Yo creo que es un poco diferente la cosa.
Hasta ahora, por lo que estamos viendo, no…
Pero es un poco diferente. No tenés una corrida galopante, no estás en una situación tremenda como cuando vino el corralito, y entonces vino el Fondo y el Fondo no te ayudó lo suficiente. En ese momento, el Fondo no fue una buena solución ante un problema que era serio, actuó con temor y tímidamente, pero la crisis estaba desatada. Ahora no tenés esa situación.
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