El candidato a legislador porteño por Buenos Aires Primero, Hernán Lombardi, aseguró que la ministra de Seguridad Patricia Bullrich no aceptó “ser minoría” dentro del PRO. Además, señaló que el “vaivén” del nombramiento de los jueces designados por decreto a la Corte Suprema genera desconfianza. “Nadie invierte en un país donde la justicia tiene idas y vueltas”, declaró en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3).
Hernán Lombardi es candidato a legislador por Buenos Aires Primero, la lista del PRO encabezada por Silvia Lospennato. Actualmente, se desempeña como ministro de Desarrollo Económico de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y es secretario de Movilización del PRO. Fue diputado nacional por el bloque del PRO, secretario de Gobierno y del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos durante la presidencia de Mauricio Macri. Comenzó su participación política como afiliado de la Unión Cívica Radical y en la función pública con Fernando de la Rúa. Con él cumplió funciones en la Ciudad de Buenos Aires y luego fue ministro de Cultura y Deportes y Turismo de la Nación durante su presidencia. Más tarde, volvió a trabajar en la ciudad como ministro de Cultura y titular del Ente de Turismo durante las dos gestiones de Mauricio Macri como jefe de Gobierno porteño.
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Primero, un pacto de lectura con la audiencia. Dada la cercanía en la producción de contenidos que has tenido en tu carrera, hemos generado una relación de amistad de varias décadas. Es simplemente decirle a la audiencia que me genera una amistad con el señor Lombardi y a lo mejor no soy del todo objetivo.
La amistad es correspondida, por supuesto.
¿Qué le pasó a Patricia Bullrich?
Yo creo que a veces la gente se aparta del centro principal de donde viene y del trabajo en equipo, y creo siempre en el trabajo en equipo. Hay dos valores que dominan mi vida pública: el primero es que mejores instituciones mejoran la calidad de vida de la gente. Estoy grabado en eso, porque nunca depende de los aciertos de un líder providencial. Si hay mejores instituciones, mejoramos la calidad de vida de la gente. Y lo segundo es un derivado de esto, y es que los problemas en general son tan complejos en el siglo XXI que los únicos que los puede resolver son equipos consistentes, duraderos y formados. Con lo que se tarda en construir un equipo bueno, hay que cuidarlos.
¿Puede ser que ella creyese que su carrera política se acababa si no hacía algo?
Eso entra en la psicología de las personas. Yo lamento que se enfrente al partido que le permitió a Patricia ser presidenta del partido y candidata a presidenta. Me parece que hay que trabajar en equipo, hay que disfrutar cuando uno es mayoría dentro de un partido y aceptar cuando uno es minoría. Me parece que de eso se trata la democracia. Siempre insisto en la institucionalidad: respetar las mayorías y respetar también las minorías, porque a veces la mayoría se vuelve la tiranía de la mayoría. Eso pasa en las sociedades, pero también pasa en los partidos. Hay que aprender a aceptar cuando uno es minoría, Bullrich no lo hizo.
El expresidente Macri marcó que el PRO acompañó a La Libertad Avanza en el Congreso y fue la muleta fundamental para que, con los pocos legisladores, gobernadores e intendentes que tiene el oficialismo, se le pudieran garantizar la posibilidad de veto o la posibilidad de aprobación de leyes, es decir, la gobernabilidad. ¿Qué imaginas que podría pasar si La Libertad Avanza no resulta triunfadora de las elecciones en octubre y acumula derrotas a lo largo de las elecciones desdobladas? ¿Qué debería hacer el PRO en ese caso?
Yo fui diputado hasta hace un mes y medio y apoyamos las medidas económicas porque pensamos que la herencia recibida era terrible y que había que terminar con el déficit fiscal. Entonces apoyamos con honestidad intelectual, porque es algo que está en la genética del PRO. Nuestra honestidad intelectual dice que hay que arreglar el problema de la inflación en Argentina, y la inflación es hija del déficit, por lo tanto lo es la emisión monetaria. Entonces, todas las medidas en ese sentido fueron apoyadas, no solo con los votos del PRO en las Cámaras, sino también desde el punto de vista argumental y en la construcción de discurso.
Creemos que después de 40 años de democracia tenemos que terminar con la inflación. Eso es lo que genera pobreza en los países. Uruguay terminó con la inflación, Brasil terminó con inflación, como Chile, Paraguay, Bolivia, pero nosotros sí tenemos inflación. Creo que es producto de la demagogia del populismo, de decir que sí cuando hay que decir que no. Entonces, hay que construir una sólida macroeconomía.
Como ministro de Desarrollo Económico de la Ciudad, sobre esa macroeconomía hay que empezar a construir las pautas de crecimiento porque hay que crecer. Lo único que tienen que hacer los países es crecer y generar trabajo, porque sin trabajo no hay dignidad. Con una macroeconomía más acomodada, podemos pensar, por ejemplo, cómo generar desarrollo económico con una economía en la Ciudad. Con una inflación como la que dejó Alberto Fernández sería imposible pensarlo.
El principal activo de cualquier plan económico y de cualquier gobierno es la confianza. Si se pierde la confianza, es muy difícil lograr buenos resultados. ¿Qué pasa si, en octubre, por la suma de las situaciones que se están viviendo, el resultado electoral no fuera lo suficientemente revalidante para el Gobierno? ¿Si hubiera una pérdida de confianza, el PRO, además de apoyar legislativamente, podría proponer un ministro de Economía alternativo que genere confianza?
A octubre hay un plazo bastante largo. Hay dos o tres conjeturas en lo que introdujiste, con lo cual me resulta difícil la respuesta. Lo que sí diría es que, en un mundo hipercomunicado en el siglo XXI, la confianza se genera todos los días. Las elecciones y las mayorías generan confianza, porque son las mayorías sociales las que determinan cuáles van a ser las políticas futuras. Por lo tanto, si un inversor piensa que va a cambiar la política futura o que vuelva al kirchnerismo o las políticas populistas, eso ahuyenta la confianza.
También diría que la confianza se genera todos los días. Estaba leyendo sobre la caída de las bolsas en Asia y cómo repercute en Estados Unidos. Antes no existía la posibilidad de saber qué pasaba en una bolsa a las 12 horas y eso repercutía. Es como ese viejo dicho del «aleteo» que dice “qué pasa si el aleteo de una mariposa en China genera una tormenta en Chile”. Este es el mundo.
Por lo tanto, la confianza se genera todos los días con las actitudes. Mejores instituciones no son solamente un tema de democracia institucional, que por sí ya sería importante. Mejores instituciones generan más confianza. La confianza va a la economía, la economía genera trabajo y empleo, y eso genera bienestar para la gente. Ese es el arco racional en el cual yo me he movido todos estos años.
El propio Mauricio Macri, hace 15 días, dijo que los problemas institucionales estaban afectando la economía. Casualmente, la falta de confianza institucional generaba una pérdida de confianza económica.
Sí, coincido con ese pensamiento. Por ejemplo, la Corte Suprema de Estados Unidos es una institución muy fuerte en la democracia norteamericana. Nosotros hemos sometido a un vaivén a la elección fallida de jueces, porque hemos estado siempre en contra del fondo de la cuestión de jueces tan cuestionados, como Lijo, que no debería haber sido propuestos.
En ese punto, dentro de las instituciones que tienen que ser cuidadas, la justicia es la clave, porque nadie invierte en un país donde la justicia tiene idas y vueltas. Por lo tanto, hay que generar mejores instituciones y cuidarlas. Insisto, no solo por un tema republicano y democrático, que ya sería importante, sino por un tema de confianza, inversiones y bienestar de la población.
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Fuite un agente importante de aquella famosa marcha previa a las elecciones de 2019 en la que Macri repuntó hasta más de 40% de los votos. Uno de los cargos que tenés ahora es secretario de movilización. Me gustaría que compartieras con la audiencia la importancia que le asignás a ese tipo de herramientas políticas y electorales.
Sí, nada es casual. Efectivamente, con la marcha de “Sí se puede” levantamos 16 puntos la elección de Mauricio. No nos alcanzó para ganar, pero significó que desde el principio el kirchnerismo no pudo llevarse puesta a la Argentina porque había un contrapeso. No era un gobierno que se iba huyendo, sino era una forma política e ideológica que permitía construir, ahora desde la oposición, una oposición seria y responsable, pero firme en la defensa de las instituciones. No por casualidad, sigo siendo ahora parte de la movilización del PRO.
No es solo la movilización en términos de gente en la calle, también es la movilización en las redes y de las ideas. Vivimos un tiempo donde la movilización de las ideas es clave. Creo que parte de la crisis de Argentina es también producto de cierta pereza intelectual en sus élites, tanto políticas, económicas, sindicales o religiosas. Es cierta pereza intelectual de no pensar el mundo de acuerdo a lo que viene. Me parece que movilizar también es movilizar ideas.
Ahora, en mi nuevo cargo de ministro de Desarrollo Económico, con Jorge Macri, tengo también el Ente de Turismo bajo mi responsabilidad. Creo que el turismo, expandido por toda la Ciudad, dará una enorme posibilidad de trabajo, que tanto lo necesitamos.
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