La exinvestigadora del Conicet Luciana Teresita Bustos está acusada de asesinar de seis puñaladas a su amigo Marcelo José Amarfil, en medio de un supuesto «juego sexual», en un hecho ocurrido en San Juan, el 16 de enero de 2024. Aunque la mujer optó por no declarar en la primera audiencia del juicio en su contra, por medio de su abogado alegó que es «lesbiana» y que la víctima habría intentado «violarla».
“Ella es lesbiana y está en pareja con una mujer desde hace cuatro años”, aseguró el abogado Néstor “Roly” Olivera, que defiende a la licenciada en Historia de 34 años que enfrenta cargos por “homicidio doloso doblemente agravado por el vínculo y por mediar alevosía”.
Ademàs, habló de su entorno familiar y dijo que sus padres y hermanos son “todos profesionales, una familia conocida y buena gente”.
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Inició el juicio a la científica del Conicet acusada de matar a un amigo en un presunto juego sexual: podría recibir perpetua
En ese sentido, descartó que su defendida no haya declarado frente al tribunal conformado por los jueces Gerardo Fernández Caussi, Matías Parrón y Guillermo Adárvez como parte de una estrategia legal. «Amarfil era el mejor amigo de Luciana y todo el recuerdo de lo que ocurrió le provoca demasiadas emociones. Por recomendación de su psiquiatra, ella no quiso hablar«, afirmó el abogado.
Acerca de lo que ocurrió aquella noche de enero de 2024, Olivera sostuvo que la científica actuó en legítima defensa ya que, según esta versión, su amigo habría intentado abusar de ella: «Fue una violación, la redujo atándole las manos. Luego se le tiró encima en el asiento del acompañante y eyaculó sobre el cuerpo de ella”.
Amarfil, profesor de educación física de 46 años, y Bustos eran amigos desde hacía seis años. Se conocieron en el gimnasio donde él trabajaba y en ese lugar nació la relación. Entre algunos de los hechos que se destacaron, la exinvestigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas le prestaba el auto en forma habitual.
Para el fiscal Francisco Pizarro, de la UFI de Delitos Especiales, y la ayudante fiscal Gemma Cabrera, la científica es autora material del homicidio de su amigo durante un encuentro sexual que habría sido consensuado. En caso de ser encontrada culpable podría ser condenada a prisión perpetua, pero si se demuestra la versión de la defensa, la profesional podría quedar absuelta.
El caso de la científica: versiones cruzadas
De acuerdo al expediente judicial, la mujer pasó a buscar a Amarfil por su casa y fueron a comer al bar «Hormiga Negra». Ya entrada la madrugada del día siguiente, se estacionaron cerca del aeropuerto Domingo Faustino Sarmiento y , según reconstruyó la investigación, mantuvieron relaciones sexuales.
La acusación indica que, en medio del encuentro, la licenciada le habría atado las manos al volante del vehículo, le colocó un antifaz y lo habría atacado con un cuchillo. En ese contexto, lo degolló y lo apuñaló en seis veces. El profesor de eduación física logró salir del auto, pero cayó al suelo y murió desangrado. A los pocos minutos llegó un policía que recorría la zona y ella, que tenía las manos cubiertas de sangre, le aseguró que su amigo se había intentado matar.
La autopsia mostró que las heridas no eran autoinfligidas, sino que eran compatibles con un homicidio. Además, el fiscal Pizarro sostiene que las pericia psicológicas contradicen la versión de la especialista en Historia porque «muestra rasgos de tipo perverso y psicopático, por su conflicto con la sexualidad y figuras parentales». El funcionario judicial también indicó que los resultados arrojaron «actuaciones perversas en su sexualidad, momentos de agresividad altos y mecanismos psicopáticos de manipulación, y necesidad de poder y control«.
El abogado defensor insistió en que la mujer nunca aceptó tener relaciones con él: «Amarfil llevaba pastillas de viagra y usó unas esposas para someterla», dijo. Los testigos que aportará van en contra de los dichos de la familia de la víctima, ya que comentarán que Luciana «siempre estuvo en pareja con mujeres«.
Para la familia de Amarfil, ellos eran novios, aunque nunca se las había presentado de esa manera. “Ella siempre estaba acá, venía todos los días. Tomaban mates y hablaban todo el tiempo. Participaba de todos los acontecimientos de la familia, hasta cumpleaños. Nunca imaginamos que podía llegar a hacer esto”, indicó Graciela, hermana de Marcelo, en la previa del juicio.
Según se desprende del análisis de las conversaciones que tenían por teléfono, Bustos y Amarfil tenían proyectos juntos, como la idea de montar y gestionar un gimnasio.
FP/LT