En una nueva provocación al sistema de justicia argentino y a la comunidad internacional, la República Islámica de Irán designó como comandante interino de la Guardia Revolucionaria Islámica al general Ahmad Vahidi, un alto funcionario del régimen con pedido de captura internacional por su presunta participación en el atentado a la sede de la AMIA, que en 1994 dejó 85 muertos y más de 300 heridos en pleno centro porteño.
El nombramiento se da tras la reciente muerte del general Hossein Salami, quien fue abatido en un ataque atribuido a Israel contra instalaciones militares y nucleares iraníes. Junto a él, también falleció Mohammad Bagheri, hasta entonces jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Irán, ahora reemplazado por Habibollah Sayyari como comandante provisional.
Vahidi, cuyo nombre completo es Ahmad Shah Cheraghi, no es un personaje menor. Fue ministro del Interior de Irán y uno de los máximos responsables de la Fuerza Al-Quds, la rama expedicionaria de la Guardia Revolucionaria, vinculada directamente con operaciones terroristas en el extranjero. La Justicia argentina, a través de la investigación impulsada por el fiscal Alberto Nisman, lo señala como uno de los participantes de la reunión en la que se decidió perpetrar el atentado contra la AMIA.
Desde 2007, Interpol mantiene sobre él una alerta roja internacional a pedido de la Argentina. En 2017, la Unidad de Información Financiera (UIF) confirmó que Vahidi y Moshen Rezai formaron parte del círculo que “sometió a evaluación la propuesta de atentar contra nuestro país”. Además, la ejecución del ataque fue encomendada a la Jihad Islámica del Hezbollah libanés, brazo armado del régimen iraní.
El flamante comandante no solo evade la justicia desde hace casi dos décadas, sino que ha viajado con impunidad. En 2011, visitó Bolivia, donde fue recibido con honores por el gobierno de Evo Morales, quien mantenía estrechos vínculos militares con Teherán. Solo tras el escándalo mediático en ambos países, el entonces gobierno de Cristina Kirchner emitió un tibio reclamo. En lugar de ser detenido por la alerta roja vigente, Vahidi fue rápidamente evacuado de Bolivia para evitar conflictos diplomáticos.
La figura del general volvió al centro del escenario en abril pasado, cuando el fiscal de la Unidad AMIA, Sebastián Basso, solicitó a la Justicia argentina una orden de captura internacional contra el líder supremo de Irán, Ali Khamenei, en el marco de un pedido de juicio en ausencia contra diez funcionarios iraníes acusados de planificar y ejecutar el atentado de 1994.
Según el comunicado oficial del Ministerio Público Fiscal (MPF), los acusados —entre ellos Vahidi— son Alí Fallahijan, Alí Akbar Velayati, Mohsen Rezai, Hadi Soleimanpour, Mohsen Rabbani, Ahmad Reza Asghari, Salman Raouf Salman, Abdallah Salman y Hussein Mounir Mouzannar. Todos ellos fueron declarados rebeldes, están al tanto del proceso en su contra y nunca respondieron a los requerimientos de la Justicia argentina.