Natalia de la Sota avanza en la construcción de una candidatura por fuera del armado oficialista de Hacemos Unidos por Córdoba, y la tensión interna escala. Varios intendentes justicialistas del interior, que se sienten excluidos del diseño electoral, ya advierten en voz baja que podrían “trabajar para la contra” si no son tenidos en cuenta.
“El poder de daño de un intendente enojado es enorme”, dice uno de ellos, mientras otros cuestionan la falta de comunicación desde El Panal. Las gestiones y esfuerzos de Manuel Calvo no alcanzan. El ministro de Gobierno intenta mediar entre la impaciencia de los mandatarios y la indefinición de su exjefe Schiaretti. No es fácil.
La encrucijada de De La Sota: cordobesismo, kirchnerimo o juego propio
Los alcaldes que ganaron en sus localidades con más del 50% se sienten ninguneados. Urbes importantes que no son tenidas en cuenta por las autoridades partidarias. “Todos están pendiente de lo que haga el gringo ¿Y si Juan no quiero? ¿A quién ponen?”, chicanea sobre la posibilidad de tener como cabeza de lista al exgobernador, el deseo de Martín Llaryora y los suyos.
Qué pasaría su en la campaña, los jefes comunales se sacan la foto con los protagonistas de «Hacemos…» y por atrás financian el alquier o los afiches de «Natalia». Interrogante importante.
Mientras tanto, en Rogelio Martínez…
Por su lado, la diputada encaprichada en renovar su banca y hacer valer su apellido, construye por la lado. No lo quiere, pero deberá encontrar una alternativa. Ir con otro sello, que le asegure la continuidad de su banca. Hay contactos con muchas fuerzas, entre los mencionados está Rodolfo Eiben. Todavía es una incógnita que hará el ¿ex? Libertario con su partido Demócrata en octubre. También explora una nueva alianza con sectores progresistas como Libres del Sur, el Movimiento Verde Cordobés y el socialismo. El armado, en construcción, incluye al exintendente Pablo Riveros —cercano a Grabois— y nombres como Agustín González (Cruz Alta) y Tania Kishakevich (Deán Funes).
Muchos contactos. «Mucho ruido y pocas nueces», tranquiliza a los propios un operador que ya pasó por muchos «octubres». Aunque la foto con el dirigente bonaerense enciende luces rojas. El legislador pasa de las sombras a la canchas en el armado de «la Nati». También, desde la UNC se suman decanos que acompañan. «Recibí en Córdoba al compañero ‘Topo’ Rodriguez, con quien compartimos el compromiso por un federalismo con producción, trabajo y justicia social», expresó la diputada en sus redes.
El discurso de De la Sota, con fuertes críticas al gobierno nacional, tiene una sintonía mucho más directa con la mayoría de los intendentes justicialistas del interior, que ven con simpatía su posicionamiento. A diferencia de las posturas ambiguas o acompañamientos tácitos de Llaryora frente a Javier Milei, la diputada ofrece un contraste más claro y políticamente útil para quienes deben rendir cuentas en sus territorios.
Schiaretti se aleja y Natalia de la Sota quiere encabezar la boleta del peronismo en octubre
Desde las consultoras advierten que De la Sota, por fuera, podría restarle votos al oficialismo. “No suma por dentro, pero sí puede desordenar por fuera”, advierte un encuestador que trabaja cerca del llaryorismo. Mientras tanto, en el espacio de Natalia se organiza un centro político en barrio Rogelio Martínez para dar visibilidad a su tarea y marcar diferencias con el rumbo del Gobierno provincial.
El interrogante clave sigue siendo qué hará Schiaretti, aún sin definirse como candidato. La pasividad del exgobernador desconcierta a propios y ajenos, y deja el escenario abierto a una disputa donde los heridos internos podrían pesar más que la oposición externa.
Además, para reforzar su actividad política territorial, la hija del fallecido gobernador puso en marcha un espacio de trabajo por el que seguramente desfilarán muchos actores sociales, políticos y sindicales. Está ubicado en barrio Rogelio Martínez, a pocas cuadras de donde su padre tuvo sus últimas oficinas Córdoba y también de Ciudad de las Artes, una de sus obras emblema.
En su equipo, sostienen que hay una “claridad innegociable” de la diputada nacional: “Defender a la Argentina de los ataques de Milei y visibilizar aún más en Córdoba su trabajo en ese sentido”, una clara diferenciación de Martín Llaryora.