Vialidad Nacional fue un organismo dependiente del estado cuyas funciones estaban enmarcadas en el mejoramiento y mantenimiento de rutas y caminos en todo el trazado argentino. Sin embargo, los fuertes recortes en muchas áreas a su cargo culminaron por degradar la imagen de la institución.
Vialidad Nacional ha dejado oficialmente de existir, ya que la administración Milei continua en su idea de privatizar todo lo que se pueda y entregar a manos de privados negocios multimillonarios. En este sentido, ya se oficializó el concurso para casi 10.000 Km de rutas.
El organismo, fundado en 1932, ha pasado por infinidad de situaciones que colocaron en tela de duda su nombre, objetivos y misión. El hecho de que gobierno nacional ahora disuelva la histórica fiscalizadora del trazado vial no es una novedad, pero sí impacta fuertemente en la vida de sus trabajadores.
“El presidente Javier Milei ordenó el cierre definitivo de la Dirección Nacional de Vialidad”.
Por medio de un decreto firmado en las últimas horas, no solo se elimina Vialidad, sino que también la Comisión Nacional del Tránsito y la Seguridad Vial, y la Agencia Nacional de Seguridad Vial, con todos los inconvenientes que trae aparejado.
Con la eliminación del organismo uno nuevo tendrá a su cargo menor personal y obligaciones llamándose Agencia de Controles y Servicios Públicos del Transporte. Al mismo tiempo, desde Casa Rosada licitarán más de 9.000 km de rutas a empresas privadas a la espera de mejora notorias a un precio razonable.
“El Gobierno dará apertura a la licitación de 9.120 kilómetros de rutas”.
Empleados del sector ya se movilizan y planean medidas de fuerza para respaldar a los que perderán sus empleos por el paso de la “motosierra”. La opinión pública se ha dividido entre quienes consideran que debe continuar y los que esperan que se “termine el curro”.
Las críticas
La motosierra del gobierno nacional terminó con Vialidad Nacional, causando una serie de dudas sobre proyectos que ya se estaban ejecutando en todo el país y también por los alcances de la medida en tanto y cuanto no se sabe a ciencia cierta cómo impactará en la vida de los argentinos.
Cientos de miles de familias podrían perder su sustento por causa del cierre de campamentos, obras y por causa del deterioro que podría comprometer la seguridad de los conductores, así como de transeúntes en el trazado histórico nacional.
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