martes, 29 julio, 2025
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Amadeo Derito: un criador Angus de pura cepa que no le pierde el paso a la actividad industrial

Si alguien condensa que no existe antagonismo entre campo e industria sino mas bien integración es Amadeo Derito, el vicepresidente de la Asociación de Criadores de Angus que además de ser ganadero es empresario industrial. Una síntesis clara de qué campo e industria en la Argentina, si van de la mano, se convierten en una ecuación indestructible.

Derito es criador de Angus desde el año 1985. Es dueño de la firma La Ñata que no es sólo cabaña (donde se crían los padres reproductores con la mejor genética), sino una empresa ganadera donde hacen ciclo completo, es decir que inician con la etapa de cría bovina, siguen en la recría y cierran en la terminación de novillos, para finalizar vendiendo los animales para exportación, muchos para Cuota Hilton. Se trata de un pequeño cupo que puede alcanzar un promedio de 12.000 dólares la tonelada y que le permite a la Argentina exportar un volumen específico de carne enfriada, deshuesada y de alta calidad a la UE, con precios mucho más altos que los del mercado común.

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De todos modos, el capital de Derito no termina en los 5000 vientres que tiene en La Ñata, sino que también cuenta con un tambo en Navarro donde produce leche que entrega integralmente a Vacalin para su industrialización. La firma agropecuaria cuenta con varios campos y con 55 empleados en distintas zonas. Pero lo sorprendente de Derito, es que conjuga su tiempo también siendo empresario industrial, actividad que mantiene desde su juventud y que heredó de su padre.

PERFIL lo entrevistó en ocasión de la Exposición Rural de Palermo que cerró ayer sus puertas, pero los conceptos que nos dejó este empresario no tienen fecha de caducidad. Es bueno conocer de primera mano cómo piensa y trabaja un empresario que hace 40 años trajina la actividad agropecuaria e industrial, alguien que reconoce que este es un buen momento para la ganadería y que se enorgullece de ser argentino. Pasen y lean.

Un poco de historia de la cabaña de Amadeo Derito como criador Angus

– ¿Cuándo empezaste a hacer cabaña, Angus?

– Mi papá tenía un amigo que vendía animales de alta genética. Fui a un remate y me llevé una vaca puro controlada y empecé desde ese momento con la cabaña a producir toros para uso propio, Después empezamos a venderle a nuestros vecinos, y a competir en los circuitos. Amigos de esa época como Carlos Ojea y Juan Martín Ojea, que entienden muy bien cómo llevar adelante una cabaña, me asesoraron desde el principio y empecé a agarrarle el gusto y me metí de lleno.

– Tú actividad está integrada, ¿Es desafiante el contexto actual para hacer ganadería?

Hoy la ganadería está en un contexto histórico muy positivo. Las relaciones de kilo de carne con los insumos para producirlas son muy buenas y al bajar el valor de los granos, si querés convertir grano en carne, tenés relaciones bastante positivas. Por otro lado, la ganadería en ciclo completo incluye muchas actividades. La cría, por ejemplo, mejoró sustancialmente cuando empezó a abrirse la exportación a China que comenzó a comprar vaca, un valor que para el creador era residual porque la vaca -hasta ahí-, se vendía a muy bajo valor en el mercado interno, salvo algunos sectores.

– ¿Y esto fue en qué año ?

– Yo diría que esto empieza hace 6, 7 años. Me acuerdo de una visita que hicimos a Uruguay, hace más de 10 años y charlábamos con un ganadero que me preguntaba por nuestros índices de preñez. Yo le explicaba que ese dato estaba muy en relación con cada campo, pero los productores de punta estábamos arriba de 90, 92 puntos y el me decía «Uy! que macana». Cuando le pregunté cuál era el índice de ellos me dijo «Nosotros tenemos 84, pero toda esa vaca que sale vacía la vendemos y facturamos mucho».

En ese momento no lo entendí, pero ahora si lo entiendo, porque el criador vende terneros y vende vacas vacías, entonces, esa vaca hoy tiene valor y eso le da un ingreso al criador bastante bueno. Entonces, yo diría que este es un ciclo positivo.

También se fue sumando mucha tecnología de procesos, como el aprovechamiento del pasto que permite grandes mejoras, o por ejemplo, la aparición de los corrales de terminación que también cambió la ecuación. Vos tenés mucho más manejo del ciclo pudiendo terminar en corrales. Entonces, ahora hay mucha tecnología que cuando la aplicas, vas a bajar los costos, pero para aplicar esa tecnología y para comprarla, tenés que tener escala. Y ese es otro tema,

– ¿Cuál es la escala necesaria?

– No todas las empresas son iguales. Necesitas escala para comprar maquinaria, poner los corrales o tener un volumen de animales para vender mejor el novillo. Pero los más chicos no pueden aprovechar quizás esas ventajas de la escala, con lo cual el negocio es distinto en función de la escala que te toca manejar. Pero esto es siempre es igual en cualquier actividad. Entonces cada ecuación es distinta. En qué zona estás, cuál es tu distancia a puerto, donde podés colocar los bovinos… todo es distinto.

– ¿Vos sentís que en esta posibilidad de estar integrado te ayuda justo a la escala a mejorar la competitividad?

– Yo manejo 5.000 madres entre las de cabaña y las de rodeo general. Eso me da una escala interesante, y a su vez, en el campo donde hago la invernada, siempre tengo categorías flexibles. Siempre se necesita una flexibilidad del sistema según el año climático y el presupuesto forrajero. Entonces, mi categoría flexible me ayuda a compensar, y si tengo un poco de pasto y viene seco el clima, compro 300 terrenos. pero si veo que viene un año bueno, he llegado a comprar 3000 terrenos más. Por eso siempre es importante tener fusibles que te permitan cambiar la dirección según como venga el año.

¿Se sostiene el mercado de la exportación de carne bovina?

En la actualidad se escucha incansablemente que el negocio agrícola está muy complicado con el tema impositivo,

– ¿Cómo es la presión impositiva para los productores ganaderos?

– En la ganadería tenemos todavía tenemos retenciones, no me acuerdo si era el 7 o el 8% en el novillo de exportación (El presidente J. Milei las bajó a 5% recientemente). Pero, para el frigorífico esa diferencia sería importante para entrar en varios mercados.

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La ventaja contra esto es que en el último año hubo un aumento de los precios internacionales, la cuota Hilton subió más de un 20 y pico por ciento, y los frigoríficos están dedicando volumen a nichos de mercado que están pagando mejor la carne de calidad. Con eso se sostienen los volúmenes y se sostienen los valores. Por supuesto que, sin pagar ese plus sería mejor.

Con la agricultura con números flojos ¿puede crecer la ganadería?

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– ¿Crees que puede llegar a crecer la ganadería sabiendo que hay campos que no pueden ir a agricultura por una ecuación de altos costos de producción y bajos precios internacionales?

– Mirá, las empresas mixtas que mantienen una estructura ganadera pueden cambiar su mix. Había empresas mixtas que tenían una cantidad de hectáreas agrícolas y tenían hectáreas ganaderas. Tienen el personal, tienen el know-how, tienen las instalaciones. Simplemente potreros que estaban designados para hacer agricultura vuelven a ganadería. Por eso vale la hembra de vuelta al campo que se está empezando a repoblar. Pero aquel que salió de ganadería es muy difícil de volver, porque la ganadería es tecnología de procesos y de personas. Si vos desarmaste las mangas, los alambres y las aguadas, si te deshiciste del personal que tiene experiencia, no es fácil volver.

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Quizás sí alguno que arriende esos campos para pastoreo, pero es un proceso lento, no es rápido, y también los procesos reproductivos son lentos. Con la agricultura estamos acostumbrados a que es un partido que se juega cada año distinto.

– ¿Hacés agricultura?

– Sí, hago algo acá en los campos de Buenos Aires, pero mucha de esa agricultura es con destino forrajero, para los corrales y para el tambo también, aunque no dejo de hacer algo de agricultura de cosecha. Bueno, una decisión que tomé este año es que, por mi escala, (que no era poca, porque sembraba 1.000, 1.200 hectáreas), decidí alquilar con un chacarero y terciarizar la producción.

– Volviendo a la ganadería que es el core de tu negocio ¿Qué rol crees que tiene la genética Angus en los rodeos ganaderos?

– La genética tiene que ver con muchas cosas y en el caso de Angus, el tema fundamental es la fertilidad en las hembras. La raza se caracteriza por esa calidad de madres fértiles, que se preñan en edades tempranas, que crían un buen ternero y que se adaptan a distintas zonas geográfico-climáticas del país. Entonces para mí, lo más importante, punto duro de la genética, es qué madres me va a dar, qué rodeo de madres voy a tener, porque esa es la base en la que va produciendo esta red. Después la genética te transmite conformación carnicera, calidad de carne. Cuando tenés un novillo de exportación, y lo desarmas en piezas y cortes, como bife ancho, bife angosto, lomo, peceto, etc etc. ¿cuáles son los cortes de más valor? Entonces, uno como productor busca una genética donde esos cortes de más valor tengan un volumen más grande. Así, al faenar una res tendrás un buen porcentaje de cortes de valor alto. En este caso son los cortes del cuarto trasero.

Otra cosa que trasmitis con la genética es calidad de carne y tiene que ver con una condición que es la grasa intramuscular, ese adipocito que está mezclado entre las fibras adentro del músculo. Ese globulito de grasa, cuando vos le das una condición alimenticia adecuada, se va a inflar, te va a generar una carne, esa grasa le da sabor, palatabilidad, terneza. No toda la terneza depende de la grasa, pero le da ese sabor de la carne. Y una característica de la raza Angus es ese contenido de grasa intramuscular. Internacionalmente en inglés se le llama marbling, que es traducido en marmoleo. El marmoleo tiene que ver con esa veta, como si fueran las vetas de un mármol, que lo ves entre la carne roja, viendo que es esa grasita intramuscular que te da la calidad de carne.

Los mitos sobre los ganaderos: el barco a Europa y una actividad que no tiene tecnología

Existe como un mito popular, en el que para mucha gente que desconoce la actividad pareciera que la ganadería nunca cambió, que es lo mismo de siempre hacer ganadería que hace 100 años. Sin embargo, son procesos totalmente distintos

– ¿Cómo te gustaría transmitir esto a gente que no lee habitualmente sobre cuestiones ganaderas?

– Hay un mito, hay un folclore de que las vacas se crían solas en el campo y que el ganadero se sube al barco y se lleva la vaca que da la leche. Todas esas historias y esos mitos tienen 100 años y son muy antiguos. Al que piensa eso lo invito a venir al Rural y ver la gente que está trabajando acá. Hay generaciones jóvenes, ese hijo, ese nieto de aquel ganadero, hoy es un profesional que estudió, que está en el campo y que trabaja.

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Y como sistema, quizá, a mí me gusta decir que esto es un sistema donde nosotros convertimos energía solar, agua, y energía química en alimentos. Yo invito, a quienes creen que esto no es industria, que se paren en la puerta de un frigorífico a las 7 de la mañana y que cuenten cuánta gente entra a trabajar. Son tres turnos. Hubo un estudio de la Universidad Austral junto con la CREA, que determinaba qué cantidad de mano de obra generaba cada cadena en horas de trabajo. Bueno, la industria frigorífica (carne bovina, porcina y aviar) estaba muy por encima de la industria metalúrgica. Porque no hay una máquina que te pueda despostar bien una media res. Es un hombre con un cuchillo que tiene una habilidad, pero también hay un montón de maquinarias de automatización. Hay mucha generación de trabajo.

– Hay otra punta fundamental de la actividad ganadera que es el arraigo…

– Claro, porque lo otro que te genera la actividad ganadera es ocupación territorial. Quien se suba en un auto, va a ver por todo el país vacas. Y donde ves una vaca seguramente hay un paisano que la cuida. Quizá no ves la casa porque está metida adentro, pero eso te genera trabajo, mano de obra en el interior. Y las actividades primarias son aquellas que empiezan a mover la rueda, es decir que mueve toda la cadena de la economía y la mueve de una forma mucho más distribuida geográficamente en todo el país.

– Bueno, pero además de ser productor ganadero y lechero, también sos empresario de otros rubros que no están relacionados con el campo.

– Sí, por una cuestión familiar. Mi padre era técnico en radiotelefonía, mi abuelo era constructor, un italiano que vino y construía casas, mi otro abuelo era electricista, entonces venimos de sectores industriales. Mi padre tenía una costumbre muy de italianos que decían que los chicos teníamos que aprender a trabajar. Entonces, mis vacaciones que duraban tres meses, en realidad duraban un mes. Yo podía ir un mes a la playa, pero tenía que trabajar un mes en una empresa de refrigeración de mi padre que vendía insumos para frigoríficos, maquinarias, y otro mes en el campo de un amigo, en un tambo en Navarro. Y en esa actividad comercial-industrial que sigo desarrollando, me permite mezclar conocimientos de las dos. Saber manejar el presupuesto de una empresa, las gerencias, y una estrategia comercial te permite trasladar conocimientos de una a otra. Y es una ventaja competitiva.

– ¿Estudiaste? ¿Cuál es tu carrera de grado?

– No terminé de recibirme. Estudié Ingeniería Industrial, me casé y cuando nació mi tercer hijo, no pude seguir, porque trabajaba y tenía tres chicos. Después estudié Administración de Empresas y tampoco la terminé. Me faltan tres materias de una y tres materias de otra, así que no tengo título de grado, pero me pasé años en la UBA estudiando las dos carreras.

– ¿Y cómo ves la formación de los nuevos profesionales que entran al campo?

– Desde que entré al sector hasta ahora hubo grandes cambios. Yo lo veo muy claro porque estoy en AACREA, en el grupo de Huinca Renancó, donde hay muchos jóvenes que están saliendo de distintas universidades, tanto de la UBA de Buenos Aires como del interior. Veterinarios de Tandil, de Córdoba, de Río Cuarto. Hay un montón de profesionales, muchos trabajando en el campo, y es lo que está dando un vuelco tecnológico a toda la producción agropecuaria. Entonces hay buenos profesionales en la juventud, creo que tenemos por delante muchos cambios, y todavía en ganadería tenemos un camino para recorrer la eficiencia.

– ¿Sigue existiendo un gap muy amplio en eficiencia entre el productor más eficiente que el estándar?.

– Si. Hay un gap muy alto en los índices de eficiencia, entonces todavía hay mucho para levantar la cola y mejorar la eficiencia en la parte reproductiva, en el aprovechamiento de pasto, en generación de pasturas.

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Sobre la coyuntura actual y los «años atroces con restricciones soviéticas» para exportar

– ¿Cuál es tu visión respecto a la coyuntura argentina? ¿Cómo ves el país en este momento? ¿Las condiciones hoy son mejores que hace un tiempo atrás?

Yo te puedo decir por la otra empresa que es comercial, pasamos años atroces, donde teníamos restricciones soviéticas, muchos años de sistema soviético, todo era controlado. Yo te diría que había aduanas por todos lados. Para mover algo tenías cuatro o cinco aduanas, que un señor que te firmaba o no te firmaba. A partir del último cambio de gobierno se eliminó todo eso. Eso significa una baja de costos muy importante, porque había un costo de corrupción. Además, al no haber disponibilidad de productos, el que lo tenía lo vendía al precio que quería. Hoy empieza a haber competencia, bajan los márgenes, bajan los precios. No sólo los valores en dólares han bajado, porque el dólar vale menos relativamente, sino que al sacar todos estos sobrecostos, bajan nominalmente. Entonces, es mucho más accesible comprar maquinaria, es mucho más accesible invertir, no hay tantas retribuciones, hay mucha más libertad de trabajo.

– ¿Cómo ves la coyuntura actual para hacer negocios? ¿Hay oportunidades comerciales?

– También por mi otra actividad viajo mucho y estuve un mes en China visitando industrias y ahí lo que veo es un mercado de consumo de alto poder adquisitivo creciente, que empieza a a tener hábitos occidentales de comida, de consumo, de viajes. Entonces, tenemos una gran oportunidad para vender carne de calidad, quesos de calidad. Tenemos que competir con Australia, con Estados Unidos, es decir con los países que tienen mejor imagen. Nos ayuda un poquito esta guerra comercial contra Estados Unidos, que nos da un lugar donde nos podemos insertar. Creo que tenemos que aprovecharlos. Y vivimos en un país que está lejos de las guerras, que tiene un gran potencial, que todavía tiene un capital humano valioso. Y hay algo que a mí me encanta, y siempre doy gracias a Dios de haber nacido en Argentina, y es que aquí la gente se quiere, se trata con cariño. Y no pasa mucho en otros lugares. Cuando salimos al exterior y nos encontramos, dos argentinos somos como hermanos, y adentro también. Me parece que esa es una gran ventaja, que nos puede ayudar a crecer mucho.

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