jueves, 7 agosto, 2025
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Clima electoral tenso: el 79% rechaza que los candidatos no asuman si ganan

En medio de un clima de desconfianza creciente hacia la dirigencia política, las candidaturas testimoniales vuelven a estar en el centro del debate. El recurso de postularse sin intención real de asumir -con el objetivo de arrastrar votos o reforzar una marca política- genera rechazo en amplios sectores del electorado, que exigen mayor coherencia y compromiso por parte de quienes aspiran a cargos públicos.

Según el último relevamiento de D’Alessio Irol y Berensztein, un 79% de los encuestados considera que es engañoso para los votantes que un candidato no asuma su banca si gana las elecciones. La percepción es particularmente fuerte entre los votantes de La Libertad Avanza, donde el 93% rechaza este tipo de maniobras.

Esto no les gusta a los autoritarios

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Sin embargo, incluso entre quienes votaron por Unión por la Patria en las últimas elecciones, un 62% considera que se trata de una práctica deshonesta, frente a un 24% que la justifica si responde a un proyecto o causa superior.

La polémica en torno a las candidaturas que funcionan más como estrategias de posicionamiento político que como verdaderas aspiraciones ejecutivas pone el foco en la legitimidad frente al electorado en un año marcado por el desgaste del oficialismo y el reacomodamiento de las principales fuerzas.

Francos lidera la imagen política

El jefe de Gabinete de Ministros, Guillermo Francos, encabeza por segunda vez consecutiva el ranking de imagen positiva con un 43%, seguido por Patricia Bullrich (41%) y el propio presidente Javier Milei (39%), quien pierde terreno en la comparación directa.

Este posicionamiento, a pocos meses de una etapa clave para la gestión y en medio de las tensiones internas del oficialismo, podría marcar un reordenamiento dentro del espacio libertario y anticipar disputas futuras por el liderazgo del proyecto.

La gestión Milei, bajo presión

Al comenzar agosto, la gestión del Presidente acumula su cuarto mes consecutivo de deterioro en la valoración ciudadana: un 55% la califica de forma negativa, lo que representa un aumento de dos puntos respecto a junio. Por su parte, el 43% la valora positivamente, tres puntos menos que el mes anterior.

El descontento con la situación económica se profundiza: un 54% considera que está peor que hace un año, mientras que el 44% cree que mejoró. Incluso entre los votantes de LLA, el optimismo económico retrocedió un punto, aunque todavía se mantiene en el 72%.

La encuesta -realizada entre el 30 y el 31 de julio de 2025 con 1.000 personas mayores de 18 años de todo el país- indicó que el pesimismo hacia el año próximo vuelve a ganar terreno por segundo mes consecutivo, mostrando un cambio de humor sostenido en amplios sectores de la población.

¿Qué preocupa a los argentinos?

La política de “motosierra” del gobierno nacional, que impacta de lleno en áreas sensibles como la salud, la educación y el empleo estatal, profundizan la sensación de intemperie. En una Argentina que atraviesa una reestructuración económica de alto impacto social, las expectativas ciudadanas ya no se canalizan sólo a través de ideologías, sino de demandas concretas: la inseguridad lidera el ranking de preocupaciones con un 66%, seguida por la incertidumbre económica (60%) y la falta de propuestas para el crecimiento (53%).

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Temas como la ciencia (41%) y la educación (38%) comienzan a escalar en la agenda de la opinión pública, lo que podría abrir un nuevo frente en el corto y mediano plazo.

En ese marco, según los resultados de D’Alessio Irol y Berensztein, la figura del candidato -y la honestidad de sus intenciones cobra un valor central. El clima electoral argentino comienza a definirse en medio de una creciente exigencia ética sobre la representación, una opinión pública volátil y liderazgos que se reconfiguran. El peso de la credibilidad, más que nunca, parece marcar la diferencia entre la promesa electoral y la realidad del poder.

GD

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