miércoles, 20 noviembre, 2024
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El PRO cierra filas con el Gobierno, pero hay ruido entre Mauricio Macri y Javier Milei

Más allá de la defensa cerrada del PRO al DNU 70/2023, a la vieja y nueva ley ómnibus y de los elogios privados y públicos de Mauricio Macri a Javier Milei, el ex Presidente está molesto con el libertario.

El martes de la semana pasada, la mesa del PRO bonaerense se reunió en la sede de la jefatura de gobierno porteño, en Parque Patricios. El anfitrión Jorge Macri, que presidirá el partido amarillo en la Ciudad, recibió en el día de su cumpleaños a los referentes del PRO en la Provincia, entre los que se contaban el jefe de Gabinete porteño y ex intendente de Lanús Néstor Grindetti, el intendente de Mar del Plata Guillermo Montenegro y los diputados Diego Santilli y Cristian Ritondo, que se quedará con la estratégica presidencia del partido en el principal distrito electoral del país. También se sentaron a esa mesa Mauricio Macri, que volverá a presidir el partido que fundó, y su mano derecha Fernando de Andreis.

Entre los presentes hay quienes sugieren que el ex presidente advirtió que uno de hombres de máxima confianza, el ex ministro de Transporte Guillermo Dietrich, podía convertirse a la brevedad en funcionario de la administración de Javier Milei. La mayoría lo niega de plano. Aseguran que Macri no solo no fomenta las negociaciones individuales y enfatizan su desconcierto por la indiferencia del Presidente para/con los gobernadores e intendentes del PRO que respaldan al Ejecutivo.

Las vacantes en el ex ministerio de Infraestructura que ahora controla Luis Caputo alimentaron las versiones de incorporaciones al Gabinete. En el entorno de Dietrich -que sonó para sumarse al Gobierno, en el arranque de la gestión y con el anuncio presidencial de una fusión LLA-PRO, ahora dilatada- aclaran que el ex funcionario está en estos días más interesado en la minería que en la obra pública.

El nombre del ex director nacional de Vialidad, Javier Iguacel, también sonó con insistencia en las últimas horas. En el círculo ínitimo del ex intendente de Capitán Sarmiento, que no ocultó su deseo de presidir YPF, reconocen que su nombre vuelve a sonar en la secretaría de Energía, que ocupa Eduardo Rodríguez Chirillo.

El trato directo y personal de Santilli con Milei es un puente individual que tejió el ex vicejefe de Gobierno porteño, uno de los dirigentes que más apoya y respalda al Presidente. Sonó para el ministerio de Defensa, de manera precipitada para el ministerio del Interior y para secretaría de Transporte, adonde recalará finalmente el ex Techint Julio Cordero. Tampoco le interesa la secretaría de Transporte, donde el cordobés Franco Mogetta logró asegurar su puesto, después del cataclisma ya superado entre Martín Llaryora y el Gobierno. El ex aliado de Horacio de Rodríguez Larreta, no obstante, está más que dispuesto a sumarse al Ejecutivo.

Los vasos comunicantes entre el PRO y la Casa Rosada no apuestan a una reformulación del Gabinete antes de los próximos 60 días, cuando el Gobierno atraviese -según sus propias previsiones- su peor momento. Como en diciembre, Macri todavía apuesta a nutrir al Gobierno de segundos y terceras líneas con experiencia, un consejo que hasta el momento Milei desoyó a pesar de que una porción de los nombramientos en el organigrama siguen vacantes.

Santiago Caputo, que custodia el relato presidencial, busca evitar a toda costa que el Gabinete sea percibido como un «segundo tiempo de Macri«.

El ex presidente, que en la intimidad elogia al Presidente, no termina de entender por qué no se concretó una foto entre los tres gobernadores del PRO y Milei, después de que Ignacio Torres, Jorge Macri y Rogelio Frigerio se apuraran para bendecir la convocatoria al Pacto de Mayo y su respaldo a la ley ómnibus. “Los tres nuestros no reciben más cariño que el resto”, apunta un integrante de la mesa chica del ex mandatario.

El malestar se traslada también a varios intendentes importantes del PRO bonaerense, que acompañaron -con matices- el rumbo de la gestión. “Yo no recibo fondos de Kicillof, porque me odia, y Nación no me paga las deudas, porque no hay plata. A (Jorge) Ferraresi lo tratan mejor”, ironiza un ejecutivo municipal de una ciudad importante que se queja por lo mismo que todos: la ausencia de interlocutores fiables con el Gobierno.

Los libertarios no terminan de ver cuál sería el beneficio de pelearse con todos los gobernadores y resguardar su vínculo con los del PRO.

Los dirigentes del macrismo más entusiasmados con el rumbo del Gobierno sostienen la tesis de que la suerte del PRO está atada a la de Milei, para bien o para mal. “Patricia la vio mejor: es All-in o chock inn”, señalan en dudoso spanglish sobre el riesgo de capitalizar un éxito de Milei o ser arrastrados por una mala performance. También apuestan que, al menos en el corto plazo, un rechazo al DNU o a la ley ómnibus será beneficioso para el relato oficialista. La imagen negativa de los políticos ya alcanza el 75 por ciento, solo superada por el sindicalismo. Aclaran, por las dudas, que en dos meses podría primar en la ecuación el impacto macroeconómico de un nuevo revés político.

Cerca de Macri, en tanto, hay dirigentes que creen que la normalización del PRO no servirá para renovar el partido en lo inmediato. Por eso, el ex presidente recibió este jueves a Martín Yeza y bendijo la iniciativa del diputado. El ex intendente de Pinamar, junto al legislador y ex secretario privado del ex mandatario, Darío Nieto, busca tejer una red de referentes políticos jóvenes para permear en un segmento etario dominado por los libertarios. Estarán más cerca de Milei que del centro al que en 2015 quería seducir Macri.

Los más y los menos mileístas del PRO siguen imaginando una confluencia electoral el año que viene. Dirigentes importantes alertan que el Presidente, si mantiene una imagen competitiva, dispone de dos cartas fuertes en lo electoral, que se desconfían entre sí, pero alcanzarían para relegar a referentes macristas en 2025 o 2027: Karina Milei, en la Ciudad, y Victoria Villarruel en la Provincia, donde también busca posicionarse José Luis Espert, que esta semana formalizó su regreso a las filas libertarias.

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