En diálogo con Canal E, Antonella Semadeni, economista de FADA, analizó las recientes restricciones impuestas por el Banco Central y sus efectos en la demanda de dólares.
«Una suma de restricciones para frenar la demanda»
“Gran parte de esta medida se debe a intentar limitar la demanda de dólares”, señaló Semadeni, al analizar la prohibición del acceso al dólar oficial desde billeteras virtuales, una operatoria que, si bien ya estaba restringida, “todos hacían la vista gorda, incluso el Central”.
La economista explicó que estas plataformas ofrecían una vía más sencilla para acceder al dólar ahorro, por fuera de los canales tradicionales: “Quizás a las personas físicas les resultaba más sencillo comprar dólares en billeteras virtuales que en los bancos”.
Desde mediados de septiembre, el Banco Central impuso una serie de medidas escalonadas para endurecer el acceso al mercado cambiario y ahora la prohibición directa para las billeteras. Según Semadeni, “es uno de los múltiples parches para tratar de limitar esta demanda de dólares previo a las elecciones”.
Sube el riesgo país y cae la confianza del mercado
El impacto de estas restricciones no es menor. Semadeni enumeró los cuatro frentes de intervención que ha utilizado el gobierno desde junio para intentar estabilizar el mercado:
1. Suba de tasas de interés: “Esto se viene utilizando desde junio de manera masiva”, afirmó, aunque reconoció que “frena la actividad económica”.
2. Baja de tasas post-electorales: “Esto aumentó la demanda de dólares y obligó al Banco Central a vender reservas”.
3. Medidas para generar ingreso de divisas: como la baja de retenciones para el agro. “Fue un shock de dólares, pero duró solo tres días”.
4. Restricciones o cepos cambiarios: como las aplicadas a billeteras virtuales.
Sobre el resultado de estas políticas, Semadeni advirtió que “todo parche tiene un efecto negativo del otro lado”, y que la reciente suba del riesgo país se vincula a la desconfianza de los mercados ante la falta de reservas.
La intervención del Tesoro estadounidense no pasó desapercibida: “La credibilidad del Tesoro de Estados Unidos está por encima del Banco Central argentino”, reconoció la economista. A esto se suma el fallido intento del gobierno de absorber los dólares liquidados por el agro: “Solo se pudieron captar 2.200 millones de los 7.000 previstos; el resto se fue por la alta demanda del mercado”.
Con un costo fiscal estimado en 1.400 millones de dólares por la baja temporal de retenciones, Semadeni remarcó que el margen de maniobra del gobierno es cada vez más limitado: “Volvemos al mismo punto, pero con más restricciones y menos dólares”.