MAR DEL PLATA.- Cuando todavía quedan horas para que termine el fin de semana largo, miles de turistas que visitaron la Costa Atlántica decidieron emprender este lunes la vuelta a la ciudad de Buenos Aires lo que provocó largas filas y serias demoras en la autovía 2 sentido a la Capital y en la ruta 11. Por la noche, eran cientos los usuarios que en redes sociales reportaron “viajes de terror” debido al intenso tráfico que complicó el regreso a CABA.
Mientras algunos se quejaban del paso lento de los autos, que provocaba que tardaran horas en hacer apenas unos kilómetros, otros fueron los que apuntaron contra la infraestructura de los caminos y exigieron mejoras en las rutas. “A este paso llego el jueves”, escribió un internauta en X (ex-Twitter). Y otra usuaria expresó en la misma línea: “Dios, no vengan por la ruta 2, literalmente desde las cinco de la tarde solo avanzamos 25km. Llego la semana que viene”.
Las condiciones climáticas de este lunes y un pronóstico poco venturoso para el feriado final de este martes empezaron a mostrar con mayor frecuencia la presencia de automóviles en las rutas. Fuentes de Aubasa, la empresa concesionaria del corredor vial de la costa atlántica, confirmaron a LA NACIÓN que a media tarde transitaban en sentido a la Capital 2434 vehículos por hora a la altura del peaje de Maipú. Hasta allí, había un tránsito intenso, fluido y con las primeras demoras importantes a la altura del cruce de rutas 2 y 63, donde coinciden los que vienen en regreso por la ruta 11. Lo que seguía es el tramo con mayores dificultades, en especial en el ingreso al área metropolitana, donde todo se empezaba a volver lento, casi a paso de hombre.
Desde Aubasa se advertía después del mediodía las primeras demoras en el tramo entre Cariló y Pinamar. Y más adelante, entre Chascomús y Samborombón, donde el peaje veía pasar a media tarde a razón de 2531 automóviles por hora.
Se empezaba a palpitar algo parecido a los trastornos del viaje de ida, con embotellamientos y demoras en la salida de la Capital. Entre el miércoles y el viernes pasados, como informó LA NACIÓN y, siempre sobre datos aportados por Aubasa, salieron hacia la costa más de 258.000 vehículos, con un pico de 110.567 el jueves. En enero y febrero últimos, ninguna jornada había tenido por los peajes de las autovías 2 y 11 más de 38.664 automotores.
Al intenso tráfico registrando desde temprano, se le sumó un siniestro vial que no ayudó a alivianar la congestión. Se registró un choque en la ruta 2, antes de la localidad de Dolores, que está situada a mitad de camino entre Buenos Aires y Mar del Plata.
Cerca de las 20, la cuenta oficial de Aubasa informó que la autopista Buenos Aires-La Plata con sentido a la ciudad registraba “tránsito intenso” con demoras desde el Km 4.
Mar del Plata tuvo un récord para esta época del año y las demás localidades balnearias de la zona reconocen la altísima afluencia de visitantes, con una demanda fuerte de servicios de alojamiento.
“Tuvimos dos días de playa y uno como de enero, el domingo de Pascua fue con lluvia y ahora está algo fresco, pero lindo para estos últimos paseos”, destacaron Beatriz y Alberto Meléndez, de La Plata, con tres hijos pequeños, que estaban en plena compra de latas de conserva de pescado en el paseo de la Banquina de Pescadores.
La mañana exigió capucha, camperas de las que dan garantías frente al frío y, de ser posible, impermeables. Es que, incluso, hasta poco después del mediodía los chaparrones fueron recurrentes. Por eso, los que se le animaron a la playa, aunque sea por unos mates al reparo de una sombrilla, tuvieron que esperar su momento de revancha a la tarde, con un tibio sol que permitió una cercanía al mar algo menos sufrida, con térmicas de 13°C a 15°.
“Fue un fin de semana muy bueno, con cuatro jornadas promedio de estadía y un consumo en general moderado”, señaló Hernán Szkrohal, vicepresidente de la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica de Mar del Plata. Desde la institución reconocieron hasta un 90% de ocupación promedio en el segmento medio y superior. En algunos casos, con ocupación completa.
También por Pinamar reconocen que, en gran medida, la oferta hotelera había recibido una mayoría de pedidos por cuatro noches, por lo que a partir de este lunes se percibía un flujo de salida importante. Un goteo que parecía contribuir a evitar que en la vuelta a casa se repitan los trastornos del viaje de ida, que tuvo el pasado jueves y viernes varias demoras y casos de quienes tardaron hasta casi 10 horas para llegar a las playas bonaerenses, el doble de lo que en condiciones normales demandaría desandar esos más de 400 kilómetros.
Con información de Darío Palavecino
LA NACION