sábado, 1 febrero, 2025
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Donald Trump hace lo contrario del proteccionismo tradicional

Stargate es la empresa común lanzada por el SoftBank de Japón (Masayoshi Son), OpenAI (Sam Altman), y Oracle (Larry Ellison), y decidió invertir US$ 100.000 millones en 2025, que serían US$ 500.000 millones en los próximos 4 años, para crear una infraestructura de Inteligencia artificial (IA) en al menos 7 estados de la Unión constituida por “mega-clusters” computacionales, y la primera planta, ya en construcción, se abriría en diciembre de 2025 en Abilene, Texas.

Sus protagonistas agregaron que esta infraestructura de IA sería la mayor del mundo, y que había sido creada a iniciativa e inspiración del presidente Donald Trump.

Microsoft y Nvidia también participan de la fase tecnológica de Stargate; y los “chips” que se utilizarán serán los BlackWall provistos por Nvidia, que son los más avanzados del sistema global.

Esto ocurre cuando Elon Musk a través de su empresa de Inteligencia artificial xAI expande masivamente la capacidad de su súper computadora Colossus con más de 1 millón de unidades computacionales (GPUs), con una inversión de más de US$ 50.000 millones. Colossus es capaz de ejercitar (entrenar) al mismo tiempo un número 3 o 4 veces superior de nuevos modelos IA, lo que abre un camino de constante innovación verdaderamente fenomenal.

En el acto de presentación de Stargate, Donald Trump señaló que “EE.UU se apodera del futuro de la Inteligencia artificial” con estas gigantescas inversiones; y con eso del eje y centro del poder en el mundo en esta época; y por lo tanto, el terreno fundamental de disputa con China, la otra superpotencia global.

Las inversiones de Stargate son una muestra acabada de los “animal spirits” (pasión por innovar e invertir) que ha desatado el triunfo de Donald Trump en EE.UU., y la causa fundamental de la explosión de IA en la superpotencia norteamericana.

El boom de inversiones que experimenta EE.UU. también ha comenzado a desplegarse en el exterior; y así, el Príncipe heredero Mohammed bin Salmán (MbS) de Saudí Arabia le comunicó a Trump que invertirá US$ 600.000 millones en la economía norteamericana en los próximos 4 años; y tras agradecerle, el presidente estadounidense le sugirió la posibilidad de elevarlas a US$ 1 billón en el mismo periodo.

Lo que está ocurriendo en EE.UU. en materia de inversiones ratifica su condición excepcional; y esto hace que su capacidad de atracción de inversión extranjera directa (IED) proveniente del mundo entero haya alcanzado por segundo año consecutivo un nivel récord en la historia del capitalismo mundial por encima de Europa y China.

Sólo en proyectos “greenfield” – nuevas plantas y operaciones – es ahora 14.3% del total mundial, y fue 11.6% en 2023, atraídos por la mayor demanda interna del mundo y por la superior productividad estadounidense.

EE.UU., en suma, atrajo más de 2.100 proyectos “greenfield” en 2024, en tanto China se ha asegurado poco más de 400, y la Unión Europea aproximadamente la mitad.

Hay que agregar que el valor de las inversiones “greenfield” en EE.UU ha aumentado más de US$ 100.000 millones en los últimos 12 meses, y ha alcanzado a US$ 227.000 millones.

El cuarteto de las grandes empresas de alta tecnología – Amazon, Meta/Facebook, Microsoft, y Google – invertirán más de US$ 260.000 millones en equipos generadores de capacidad computacional IA en 2025; y esto sin contar las inversiones que generan las “Start-ups” de alta tecnología IA de Silicon Valley, en una cifra que puede estimarse en no menos de US$ 100.000 millones.

Esta es la base material del poder de EE.UU. en el mundo, y la razón de su primacía global, que depende – según Trump – de su capacidad de producción doméstica, que es la razón de ser de este boom de inversiones; y esta es la condición para lograr el dominio completo del ciclo de la Inteligencia artificial, que es la tecnología de avanzada de la cuarta Revolución Industrial, y que abarcará todos los sistemas productivos del mundo, la industria, los servicios, y también la agricultura en los próximos 10 años.

Por eso afirmar que Trump es “proteccionista” es evitarse pensar: EE.UU. es la primera economía del mundo y el eje del sistema global; y lo que Donald Trump está haciendo es obligar a los mayores países del mundo – Europa y Japón en primer lugar – a abrir sus economías a las exportaciones norteamericanas, impulsadas por este boom de inversiones, y arrastradas por la Inteligencia artificial.

La sabiduría económica norteamericana tiene absolutamente claro que en el capitalismo del siglo XXI las inversiones son más importantes que el comercio; y por eso quiere abrir la economía global con sus sanciones y tarifas a la superior productividad de la economía norteamericana.

Es un “proteccionismo” de nuevo tipo cuyo contenido es exactamente el contrario de lo que establece el lugar común.

Es el “mundo al revés” de Gilbert K. Chesterton, pero en el principio y el final la cuestión fundamental es imponer la primacía norteamericana al sistema global.

Es a partir de esto que se abre el dialogo y la negociación con la otra superpotencia que es China, que demuestra una vez más su extraordinaria capacidad de innovación lo que le permite competir efectivamente con la primera superpotencia global.

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