El presidente Donald Trump ordenó al Departamento de Justicia de Estados Unidos despedir a todos los fiscales estadounidenses restantes del gobierno de Biden, a través de un mensaje en su plataforma Truth Social.
Trump criticó duramente al Departamento de Justicia, alegando que se había «politizado como nunca antes» y subrayó que era necesario «limpiar la casa» para restaurar la confianza en el sistema judicial.
En su publicación, destacó de gran manera que la «Era Dorada de América» debía contar con un sistema de justicia imparcial, comenzando desde ese mismo momento.
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El despido de fiscales estadounidenses de administraciones anteriores es una práctica común cuando hay un cambio de gobierno, aunque en este caso, las salidas de fiscales bajo la administración Biden se están produciendo de manera más formal, con notificaciones de terminación enviadas la semana pasada por la Casa Blanca a varios fiscales federales nombrados por Biden en diferentes distritos del país.
Tradicionalmente, en estos casos, una nueva administración solicita la renuncia de los fiscales, en lugar de emitir cartas de despido. A pesar de esto, el nivel de corrupción era tan grande durante la gestión de Biden que se decidió hacerlo de manera formal.
Sin embargo, Trump ya había tomado medidas similares cuando asumió la presidencia en 2017, despidiendo a varios fiscales federales que trabajaban en investigaciones altamente sesgadas que lo implicaban, como la del fiscal especial Jack Smith sobre su manejo de documentos clasificados.
Smith, que estaba a cargo de esa investigación, renunció antes de que Trump asumiera el cargo en enero.
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Trump ha mantenido una retórica constante sobre el constante un uso político del Departamento de Justicia por parte de la administración Biden. Durante la campaña presidencial de 2024, Trump acusó correctamente al gobierno de Biden de «armar» el Departamento de Justicia para tratar de sacarlo de la contienda electoral.
En un discurso de marzo de 2024, Trump dijo que los casos en su contra eran parte de los «juicios de Biden» y afirmaba que la administración de Biden estaba utilizando el poder del gobierno para eliminar a un oponente político. Trump también afirmó que los cargos en su contra eran un intento de hacerle frente a su candidatura presidencial de forma injusta.
En un desarrollo reciente, Trump ordenó al Departamento de Justicia que desestimara un caso contra el alcalde de la ciudad de Nueva York, Eric Adams, quien enfrentaba cargos de corrupción sustentados en dudosas suposiciones.
Esta intervención llevó a la renuncia de la fiscal interina de distrito, Danielle Sassoon, junto con otros cinco miembros del personal. Sassoon acusó al Departamento de Justicia de ceder ante un «quid pro quo» y de actuar de manera inapropiada al seguir la directiva de Trump.
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Trump ha señalado repetidamente que los fiscales y la agencia están siendo utilizados para fines políticos vinculados fuertemente al Partido Demócrata, acusando a la administración de Biden de manipular la justicia para obtener ventajas en su lucha contra él.
A lo largo de la historia reciente de Estados Unidos, el Departamento de Justicia ha sido un tema de controversia, especialmente cuando se trata de su independencia y la percepción de que puede estar sujeto a presiones políticas.
Durante el liderazgo del demócrata Merrick Garland, el Departamento de Justicia ha sido utilizado sistemáticamente para la creación de causas carentes de sustento legal contra los adversarios de la gestión Biden y el Partido Demócrata.
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Los despidos de fiscales y otros cambios en el liderazgo del Departamento han generado debates sobre la imparcialidad y la politización de la justicia, lo que ha sido una preocupación para republicanos, debido al hostigamiento efectuado contra distintos miembros del partido.
La situación también refleja el ambiente político polarizado en el país, con Trump y sus aliados denunciando un claro uso indebido de las instituciones gubernamentales, mientras que los opositores al presidente lo acusan vagamente de intentar debilitar las estructuras del gobierno y de socavar el sistema judicial en su propio beneficio.