Menos de 24 horas tardó el Gobierno en encontrarle reemplazo a Omar Yasín en la Secretaría de Trabajo. Aunque no fue oficializado, en una muestra de que el despido del funcionario no obedeció a su supuesto error que derivó en el aumento de sueldos de los funcionarios del Ejecutivo, en Casa Rosada confirmaron que el presidente Javier Milei se inclinó por el abogado laboralista Julio Cordero, que se desempeña en el grupo Techint y cuenta con el impulso del jefe de Gabinete, Nicolás Posse.
“En un 99% va a ser Cordero, solo restan detalles para el anuncio”, aseguraron a Clarín fuentes inobjetables, que precisaron que el anuncio lo hará la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, quien tiene el área bajo su órbita, a pesar de que el abogado llega impulsado por Posse.
Si Yasin pretendía ser un eje de contacto con los gremios, por su capacidad de diálogo con la CGT, la elección de Cordero se trata de un gesto para el empresariado en medio de la intención del Gobierno de avanzar con una reforma laboral: además de su rol en Techint, actualmente es vicepresidente del departamento de Política Social de la Unión Industrial Argentina (UIA) y tiene una visión muy similar a la del Presidente en materia laboral.
Fue precisamente en el marco del debate que en septiembre del año pasado abrió el kirchnerismo en el Congreso por la reducción de la jornada laboral que el nombre de Cordero resonó entre los sindicalistas por su férrea oposición a la iniciativa.
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Se trata de Omar Yasin, que quedó en medio de las controversias que generaron los incrementos salariales.
“Yo limito la jornada para que trabaje menos, ¿para qué? ¿O sea, está mal trabajar, estamos en contra del trabajo? ¿Para qué, para ir afuera a hacer qué? Por supuesto la vida familiar es absolutamente importante, pero esto ya se debatió internacionalmente. El límite dispuesto por la OIT es de 8 horas diarias o 48 horas semanales”, rechazó el abogado.
Más allá de aquella aparición, Cordero ya era visto por los sindicalistas como un hombre clave en el área de Trabajo por su llegada a la Jefatura de Gabinete y su buena sintonía con el cerebro del megaDNU y la Ley Bases, Federico Sturzenegger.
Incluso, semanas atrás, Cordero participó en nombre de la UIA de la última reunión del Consejo del Salario en la que sindicalistas y empresarios no lograron ponerse de acuerdo por la suba del piso salarial que finalmente fue fijada unilateralmente por el ministro de Economía, Luis Caputo. En el marco de ese encuentro el futuro funcionario recibió una pregunta irónica por parte de Héctor Daer, uno de los popes de la central obrera: “¿A quién representás?”, le consultó, en alusión a su supuesta cercanía con la tropa oficial.
El desembarco formal de Cordero es la confirmación de que el Gobierno no busca reencauzar el vínculo con la CGT sino profundizar el debate de los modelos en materia laboral.
“Ya está definido el reemplazo de Yasin, pero cuando sea el momento oportuno la ministra lo dará a conocer”, se limitó a decir el vocero presidencial, Manuel Adorni, en la conferencia de prensa matutina.
Tanto en Jefatura de Gabinete como en Capital Humano dan por hecho el nombramiento de Cordero, aunque optaron por esperar su oficialización. Es que también estuvieron en danza dos nombres con pasado en la gestión de Juntos por el Cambio: Miguel Angel Ponte, ex secretario de Empleo durante la gestión de Mauricio Macri, y Federico Bellezze, ex jefe de Gabinete del Ministerio de Trabajo bonaerense bajo la gobernación de María Eugenia Vidal.
No obstante, la rápida definición por Cordero expuso que la salida de Yasin no tuvo que ver con el “error” que generó el aumento de sueldos de los funcionarios del Gobierno.
Como contó Clarín, tenía “diferencias de criterio” con Posse, lo que precipitó su salida y dejó a Pettovello sin margen para sostenerlo en su cargo. “Lo del decreto fue una excusa, ya tenía el boleto picado hace rato”, blanquearon cerca de Milei.