sábado, 5 octubre, 2024
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Península Valdés: Excursiones con ballenas, pingüinos, orcas y lobos marinos en plena temporada

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Pingüinos en estancia El Pedral, Punta Ninfas.Xavier Martín

En la costa atlántica de Chubut, con epicentro en la Península Valdés, darse una panzada de fauna es un plan garantizado. Todos coinciden en que la mejor época para visitar la zona es desde fines de septiembre hasta la primera mitad de noviembre. Es el momento ideal para “tachar de la lista” los ejemplares que el calendario tiene en la región: ballenas, pingüinos, elefantes y lobos marinos, orcas y muchísimas aves. Todos juntos.

Los lobos marinos son protagonistas en Península Valdés.Sofía López Mañán

Cuando la imponente ballena franca austral deja de llevarse todas las miradas, y se aleja de la península entre los meses de diciembre y junio hacia otros mares, el foco pasa a estar en las colonias de pingüinos magallánicos y de elefantes marinos, en las loberías, los delfines, los grupos de orcas que se acercan a la costa en caletas y puntas, y en la fauna terrestre que es “elenco estable”. Entonces, se descubre la emoción de acercarse a un elefante marino y observar de cerca el raro hocico de los machos; caminar a la par de elegantes y pingüinos, nadar rodeado de curiosos lobos marinos, o esperar con paciencia infinita y mucha suerte la llegada de las orcas, que se acercan a la costa cuando sube la marea y tratan de cazar a los desprevenidos lobos marinos en sus canales de ataque. En el radar también aparecen maras, zorros, peludos, choiques, martinetas y guanacos.

Desde Puerto Piramides salen la mayoría de las excursiones para ver ballenas.Sofía López Mañán

Además, hay playas. Extensas playas patagónicas de mar azul que aseguran una buena cuota de cielo despejado y abundante sol, pero también una dosis de viento. Si se quiere un poco de cultura galesa hay que incluir Gaiman, y para dinosaurios, Trelew. Más rústico y con menos servicios, pero con fuerte gusto a mar, el sector de la Patagonia atlántica donde está emplazado el pueblo de Camarones tiene el atractivo de ser un lugar mucho menos visitado, y donde el turismo es muy incipiente. La región integra los tres millones de hectáreas de la Reserva de la Biósfera Patagonia Azul, incorporada por la Unesco en 2015, dentro de la cual está el PIMCPA, el Parque Interjurisdiccional Marino Costero Patagonia Austral, pionero en aplicar la figura de administración conjunta entre Parques Nacionales y un gobierno provincial, en este caso el de Chubut. Además, la Fundación Rewilding trabaja a lo largo de la RP 1 en el futuro Parque Patagonia Azul –que abarcaría todas las áreas protegidas– mediante la creación de portales de acceso que facilitan la visita y la reconversión de estancias en reserva natural, con el propósito de reforzar y expandir la protección de los ecosistemas costeros y marinos.

Puerto Madryn ofrece muy buenos servicios en gastronomía, hotelería y excursiones.Sofía López Mañán

Los que disponen de más tiempo pueden llegar hasta Bahía Bustamante. Igual que Camarones o Cabo Raso, este fue un pueblo aplicado a la recolección de algas marinas. Hoy, dedicado al turismo, convoca con sus playas de arena blanca y aguas cristalinas, un bosque petrificado y un viñedo propio.

Puerto Madryn

Tiene aeropuerto y un importante sector industrial, pero, para los turistas, el mayor atractivo es la posibilidad de ver ballenas desde la costa, sin embarcarse. También es capital de buceo y ciudad balnearia. En verano, sus tres kilómetros de playas urbanas ofrecen paradores y actividades como stand-up paddle, kayak, escuela de windsurf y paseos en lancha. Tan náutica es Madryn que en Semana Santa se realiza un original via crucis submarino. También es lindo recorrer la costanera de punta a punta, desde el Indio hasta el muelle. Las agencia de buceo del centro ofrecen bautismos, cursos y snorkeling con lobos de mar en la lobería de Punta Loma, sitio al que también se puede acceder por tierra y observar los lobos de un pelo repartidos en harenes, desde unas plataformas sobre el acantilado. Menos céntricas, en las playas más alejadas como Playa Paraná, hay mucha menos gente y kilómetros de arena para poner la sombrilla. El Doradillo, unos kilómetros al norte de la ciudad, es la elegida para avistar bien de cerca las ballenas francas australes. Más específicamente en la playa Las Canteras, de canto rodado, extensa y tranquila, las madres y crías llegan a quince metros de la costa con marea alta. En esas aguas protegidas, les enseñan a sus ballenatos cómo moverse y los amamantan. Un espectáculo único.

El Hotel Territorio es una muy buena opción en Puerto Madryn.Xavier Martín

La entrada a la península –el istmo Carlos Ameghino, donde está el Centro de Visitantes– dista 77 kilómetros de Puerto Madryn. A sus lados se distinguen los golfos San José y Nuevo, y la isla de los Pájaros. Desde 1999, toda el área es Patrimonio Natural de la Humanidad. Recorrerla implica descubrir su geografía de bahías, golfos, acantilados, playas y mar, y apreciar la fauna marina y terrestre y las aves desde sus caminos de ripio.

En Punta Loma, Puerto Madryn, se puede nadar con lobos.Sofía López Mañán

Todos los servicios se concentran en Puerto Pirámides. Desde aquí salen las excursiones embarcadas para hacer avistajes de ballenas entre los meses de junio y diciembre. Hacia el sur, Punta Delgada tiene un faro y una colonia de elefantes marinos, pero como se trata de tierras de la Armada, si no está concesionada no se puede acceder a la zona. Al norte, la lengua de Caleta Valdés es el punto donde, con suerte, se avistarán orcas en febrero y marzo, y donde también hay pingüinos y un apostadero de elefantes marinos que se acercan a la costa para su reproducción y muda de piel. En Punta Norte también hay avistaje de elefantes marinos y de orcas. La pingüinera de la estancia San Lorenzo tiene una colonia activa de unos 600.000 individuos que se visita de septiembre a fines de marzo. En cada mes sucede allí algo distinto: nidificación, apareamiento, incubación y adiestramiento cuando nacen los pichones, cambio de plumaje e inicio de sus incursiones al mar.

Trelew

Los galeses llegaron a Madryn en 1865, pero siguieron camino hacia el sur hasta el Valle Inferior del río Chubut en busca de agua dulce. Así poblaron Rawson, Trelew y Gaiman. Los 161 tripulantes a bordo del Mimosa se alejaron de las restricciones que les imponía la corona británica y pudieron, de este lado del océano, conservar sus tradiciones. El té galés se convirtió, con el tiempo, en un clásico. Entre Madryn y Trelew hay que atravesar unos 70 km de estepa. Valen la pena si la idea es visitar el prestigioso Museo Paleontológico Egidio Feruglio, un referente a nivel internacional en materia de paleontología que prepara, ampliación edilicia mediante, la exhibición del dinosaurio más grande del mundo, el Patagotitan mayorum, encontrado en la provincia de Chubut.

Los acantilados son parte del paisaje en la zona.Xavier Martín

Hacia el oeste de Trelew –una ciudad comercial e industrial, que se dedica a la producción y exportación textil lanera–, bordeando el río Chubut por la RP 7, aparece una serie de campos y granjas que se conocen como Las Chacras, una zona verde donde se ofrecen productos regionales. Típico del lugar es el citrón, un fruto con el que se elaboran dulces, chutneys y mermeladas.

Por la misma RP 7 –que corre paralela a la RN 25– se llega a Gaiman, conjunto de casitas de piedra y ladrillo a la vista, y techos a dos aguas donde las protagonistas son las casas de té y las capillas. Para poder conocer los templos protestantes hay que tener en cuenta los horarios o contactarse con la persona encargada de abrirlas. Ty Gwyn es una de las casas de té más conocidas, un acogedor salón con mucha madera, puntilla y vitrinas donde sirven sándwiches y scones, dulces y tortas caseras de frutas de estación, además de la famosa torta galesa, que acuñaron los colonos con los pocos ingredientes que tenían.

Gran opción para tomar el té, Ty Gywn, en Gaiman.Sofía López Mañán

Dos desvíos posibles. Uno, desde el puerto de la ciudad de Rawson parten, por las tardes, excursiones para hacer avistamientos de toninas overas. El otro, avanzar hasta Punta Ninfas y conocer la estancia El Pedral, donde anidan unas 1.800 parejas de pingüinos magallánicos. Es la colonia más cercana a Madryn y se visita de septiembre a abril.

Dos Pozos

Para seguir con rumbo sur, conviene alejarse de la RN 3 y tomar la mucho menos transitada RP 1 (mayormente de ripio). A unos 80 km, la estancia La Antonieta es un alto recomendable para quien va camino a la pingüinera de Punta Tombo, la colonia de pingüinos de Magallanes más numerosa del continente. Aquí, en Dos Pozos, Guido Pepa Morelli recibe a quienes se acercan para conocer la elefantería que tiene a escasos kilómetros del casco. Se trata de una colonia muy joven, y en franco crecimiento. En 2021 se censaron 287 ejemplares. La posibilidad de verlos prácticamente solo es un atractivo extra, que justifica el viaje. Los huéspedes también pueden presenciar el trabajo con las ovejas y conocer la primera estafeta postal que tuvo el paraje, fundada en 1900.

Lobos marinos en La Antonieta.Soledad Gil

Aunque se jacta de ser la Capital Nacional del Salmón, y la pesca es parte de su idiosincrasia, esta pequeña localidad costera de 2000 habitantes empieza a vislumbrar una postura más verde y ecológica. Además de la proximidad con la reserva Cabo Dos Bahías, que tiene una pingüinera más pequeña –pero también mucho menos visitado– que la de Tombo, aquí está la intendencia del Parque Marino Costero (PIMCPA) y desde la vecina estancia El Sauce de Rewilding Argentina, parten en verano las excursiones para navegar hasta la isla Leones, con su emblemático faro. El casco de Camarones conserva algunas de sus casas de chapa acanaladas originales, como la casa Rabal, un antiguo almacén de ramos generales que se mantiene casi, casi como en 1901, y merece una visita.

El comedor de la casa del museo de la familia Perón en la localidad de Camarones, Chubut.Mariana Roveda – Lugares

En la zona pasó tres años de su vida Juan Domingo Perón, desde los cinco hasta los ocho años, cuando su padre cumplía funciones como juez de paz y administraba un casco, a comienzos de 1900. Los hijos pronto regresaron a estudiar a Buenos Aires, pero el futuro presidente volvió varios veranos. En el lugar donde estuvo el hogar que habitaron Mario Tomás Perón y Juana Sosa (la casa original se incendió), el Museo de Perón exhibe desde 2007 muebles de época, fotografías, manuscritos, objetos personales y elementos de la vida diaria de la familia. Se recrea, además, la oficina del padre.

Datos útiles

Puerto Madryn

Hotel La Posada en Puerto Madryn.Xavier Martín

Península Valdés

Trelew

Gaiman

Punta Ninfas

Estancia El Pedral invita a conectar con la naturaleza.Xavier Martín

Rawson

Dos Pozos

Cabo Raso

Camarones

Bahía Bustamante

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