MIAMI (enviado especial).- El intento de asesinato contra Donald Trump acapara desde el sábado a la tarde la agenda de todos los medios informativos norteamericanos. Testigos, analistas, teorías, imágenes capatadas con celulares desde todos los ángulos. Todo sirve para alimentar la noticia de impacto global que ocurrió en medio de una tensa campaña presidencial.
En ese escenario de estupor, colombianos y argentinos buscarán este domingo por la noche quedar en la historia. La selección de Scaloni intentará revalidar credenciales y quedarse con su cuarto título en tres años para coronar a una generación dorada. Colombia, por su parte, está a las puertas de su máximo hito futbolístico.
Los argentinos realizaron el sábado desde las 6 de la tarde un masivo banderazo en las esquinas de Collins y la 73, en Miami Beach. Ese es el punto de encuentro para cada festejo de la gran comunidad de compatriotas que viven en Florida; se estima que son cerca de 150.000. Entre fernet, cerveza y cantos por la selección, miles de hinchas vivieron la previa de la gran final de esta noche.
Pero cinco horas antes del comienzo del partido, una marea de hinchas colombianos inunda los alrededores del Hard Rock Stadium. Al ritmo de bachata y reggaeton, los fanáticos de la selección cafetera serán amplia mayoría en la final de esta noche.
Ya habían anticipado que eran muchos en el partido contra Uruguay en las semifinales.
Anoche también hicieron un banderazo frente al hotel en el que está la selección de Pekerman.
El Hard Rock Stadium, en Miami Gardens, estará colmado esta noche. Desde hace días lo poco que se consigue en la reventa está por las nubes. Los tickets más baratos se ofrecen a partir de los 2000 dólares y los más costosos pueden llegar hasta los 7000 dólares.
Ya desde temprano, en shoppings como el Sawgrass, el preferido de los turistas argentinos que compran ropa a mansalva, las camisetas albicelestes se hacen notar. También en las playas, especialmente en la zona de South Beach.
Después del mediodía las caravanas de argentinos empiezan a llegar a la zona del estadio. Pese a que las puertas abren poco más de dos horas antes del comienzo del partido (será a las 20 de aquí, 21 de Argentina), los hinchas hacen la previa en el estacionamiento del Hard Rock Stadium junto a la pista de Fórmula 1 donde se corre el gran premio de Miami, con asado y cumbia.
Ayer, Lionel Scaloni y Néstor Lorenzo, los DT de los equipos finalistas pidieron que hoy sea una fiesta, más allá del resultado. Es que los graves incidentes que ocurrieron tras el partido de semifinales entre Colombia y Uruguay puso en alerta a las autoridades.
La final de la Conmebol tiene previsto el despliegue de varias presentaciones musicales. El DJ Perro Negro, referente en la industria de entrentenimiento, animará la previa y el entretiempo con sus mezclas. Además, grandes artistas serán los encargados de entonar los himnos de Colombia y Argentina, respectivamente.
En show de medio tiempo, una adaptación del clásico half-time show del Superbowl, Michael Buffer –presentador oficial de la UFC con su famoso slogan “Let’s get ready to rumble!”-, será el encargado de presentar a la artista colombiana Shakira.
Locura por Colombia
Pese a que Argentina fue hasta aquí el equipo más convocante de la Copa América, los seguidores de la selección cafetera se hacen sentir en Miami. Es que aquí vive una gran comunidad de colombianos. Según el último censo, 7 de cada 10 personas del condado de Miami-Dade son de origen hispano. Detrás de Cuba, Puerto Rico y México, aparece Colombia en el ranking.
Anoche, por ejemplo, los hinchas de la tricolor realizaron una masiva concentración en el hotel de la selección. Una interminable mancha de camisetas amarillas fueron a alentar a sus jugadores con pirotecnia y música. Los jugadores, emocionados, salieron a saludar el aliento de su hinchada.
Colombia está a las puertas de la máxima consagración de su historia. Si gana la final significará el mayor logro deportivo de su selección. Tanta es la expectativa, que el presidente Gustavo Petro declaró feriado para el día después del partido para que los hinchas puedan recibir a los jugadores.
La ilusión entre los hinchas de la selección cafetera es mayúscula para el encuentro definitorio. El casi medio millón de colombianos que residen en el estado de Florida palpitan la final del domingo desde que el equipo venció a Uruguay en semifinales.
Luego de 23 años, Colombia vuelve a disputar una final de Copa América. En aquella edición de 2001 los cafeteros fueron anfitriones y ganaron por primera y única vez el torneo. Claro que el logro fue deslucido por la ausencia de la selección argentina, que entonces adujo que no estaban garantizadas las condiciones de seguridad para disputar el torneo.
“Que ese día sea para la unidad, la selección Colombia es un símbolo de unidad, no de violencia ni polarización”, anunció el primer mandatario tras decretar el día cívico, al que adhirieron varias ciudades. Petro aprovechó la ocasión para mandar un mensaje en medio de la fuerte polarización que vive el país. Tras la final y frente a la conmemoración de la independencia, el 20 de julio, “debe haber unidad” y “cero violencia”.
El presidente colombiano se quedará en Bogotá y no asistirá a la final. Tampoco lo hará su par argentino, Javier Milei, que por este fin de semana se encuentra en Idaho, donde participa del ultraprivado campamento de verano de Sun Valley en el que se reúnen los multimillonarios y empresarios más influyentes. Al comienzo de su gestión, el libertario acusó a Petro como “uno de los peores presidentes de América Latina” y de “terrorista asesino”. Luego, Milei le bajó el tono a sus declaraciones que generaron un incidente diplomático.
En las principales ciudades de Colombia se desplegaron operativos de seguridad para garantizar que no haya incidentes. En Bogotá habrá pantallas gigantes en diferentes parques públicos. El alcalde de la capital, Carlos Galán, anticipó: “Estamos listos para recibir el lunes a la Selección y garantizar que todos los habitantes de Bogotá puedan celebrar su llegada”.
El bochornoso cierre de la semifinal entre Colombia y Uruguay, que terminó con jugadores e hinchas tomándose a golpes en las tribunas del estadio de Charlotte, encendió las alarmas de organizadores y también del público argentino que asistirá este domingo al Hard Rock Stadium para ver la final de la Copa América.
José Astigarraga, secretario general de la Conmebol, le envió una carta al cónsul colombiano en Miami, Édgar Monroy, para advertir a los hinchas de la selección cafetera que las autoridades podrán ejercer acciones contra quienes realicen actos de violencia dentro, fuera y en los alrededores del estadio.
Desde Conmebol le dijeron a LA NACION que no habrá ninguna modificación especial en cuanto al esquema de prevención que se viene realizando en todos los encuentros desde que comenzó la Copa América. Es decir que el público estará mezclado, como es habitual en el torneo, y tampoco confirmaron si habrá refuerzo de seguridad en las plateas.