Quisiera expresar mi más enérgica oposición a la candidatura del juez Ariel Lijo como miembro de la Corte Suprema de la Nación. Creo firmemente que su postulación no es adecuada para un puesto de tal relevancia y responsabilidad. En primer lugar, el juez Lijo ha sido objeto de numerosas controversias y cuestionamientos a lo largo de su carrera. Las dudas sobre su imparcialidad y la transparencia de sus decisiones judiciales son motivo suficiente para reconsiderar su idoneidad para ocupar un lugar en la máxima instancia judicial del país. La independencia y la objetividad son cualidades imprescindibles en un juez de la Corte Suprema, y lamentablemente el historial del juez Lijo no garantiza estas características. Además, la integridad y la ética son pilares fundamentales en el ejercicio de la justicia. Es esencial que quienes aspiren a ocupar un cargo tan importante cuenten con una trayectoria intachable que inspire confianza en la ciudadanía. El juez Lijo ha sido vinculado a diversos sectores políticos, lo cual pone en riesgo la independencia del Poder Judicial y la credibilidad del sistema de justicia en su conjunto. En una democracia, es fundamental que el sistema judicial sea percibido como un bastión de justicia e imparcialidad. La designación de un juez con un historial controvertido y cuestionado no contribuye a fortalecer esa percepción. Por el contrario, podría socavar la confianza pública en nuestras instituciones judiciales. Por todo esto, insto a las autoridades correspondientes a reconsiderar la candidatura del juez Ariel Lijo y a buscar alternativas que garanticen la integridad, imparcialidad y confianza en nuestra Corte Suprema.
Enrique Vidal Bazterrica
Divisas del campo
En respuesta a la carta del lector Carlos Tonelli en la que implora al sector agropecuario que concrete y liquide la exportación de lo que tiene almacenado, para que esa gran masa de divisas consolide las reservas del Banco Central y se despejen los temores de una hiperinflación, entendida como un crimen de lesa humanidad en lo social, le pregunto si no cree que los chacareros están hartos de que desde siempre han sido el único sostén de la economía Argentina. “Una cosecha nos salva, una sequía nos hunde”, es el latiguillo de siempre. Tenga en cuenta, y más aún con este gobierno que protege a la propiedad privada, que los granos son de los que los producen. Y los retienen porque se sienten estafados al no poder liquidarlos a un dólar real, con una distorsión tal que, sumada a las retenciones, reciben la mitad de lo que obtienen en cualquier país del mundo, sin ir tan lejos, nuestros vecinos. Si usted como yo tiene dólares ahorrados, ¿por qué no se los da al BCRA y así evita un “crimen de lesa humanidad en lo social”? Infiero que tanto Julio Olivera, Cayetano Licciardo, y muchos grandes economistas que ha tenido nuestro país, como también De Pablo y Javier Milei (aunque no lo manifieste), estarán de acuerdo conmigo.
Guillermo O’Conor
Soy ya grande y hay cosas que no entiendo o que mejor prefiero no entender. Primero, La Libertad Avanza pregonó hasta el cansancio durante la campaña electoral el no intervencionismo en los mercados y la desregulación de la economía. Ya en el gobierno el equipo económico ratificó ese enunciado, logrando así confianza en los mercados, con la consiguiente valorización de los bonos de la deuda externa emitida en dólares y de las acciones de las compañías argentinas en el mercado de Wall Street. Ahora, sin embargo, creo entender –porque hay que ser experto en finanzas para comprender algo, al menos su terminología novedosa– que han decidido una intervención en el mercado financiero para contener el llamado contado con liqui y también al dólar blue, para eliminar la llamada “brecha”. Será como cuando Groucho Marx afirmó enfáticamente que él pensaba de una sola manera, aunque también lo podría hacer en forma contraria.
Arq. Fernando Aftalión
Médicos
Leí el artículo del doctor Borrone sobre la recertificación de los médicos, y creo que es importante, pero más importante aun es lograr que los médicos puedan observar a los pacientes como seres humanos. La generalidad es que los médicos se centran en el problema y se olvidan de la persona. Somos un organismo compuesto por un cuerpo y una mente, y un espíritu o alma, aunque esto lo puedo soslayar por ahora. Tratando el problema, dejamos por el camino a la persona y se cometen a cada minuto grandes errores iatrogénicos.
El ser humano es una sola cosa, y como dijo el sabio Baruch Spinoza en el siglo XVII, “el cuerpo cura a la mente y la mente cura al cuerpo”. Hoy lo verifican médicos de la talla del doctor Gabor Maté, entre muchos otros.
Guillermo García Arias
DNI 11.154.017
Hace ya unos cuantos años que por mi trabajo me trasladaba diariamente de San Isidro a Bernal y lo hacía por las Autopistas del Sol, la General Paz y La Plata. De los tres tramos, el más traumático, de lejos, a raíz de la gran cantidad de accidentes era el de la General Paz, hasta que pusieron máxima 80 km/h y cámaras para multar a los infractores. Me tocó pagar dos multas, pero la solución fue realmente inmediata y hoy es un placer circularla sin tensiones ni riesgos. La Autopista del Sol hoy tiene una máxima ridícula de 130 km/h, y digo ridícula porque para ampliar la cantidad de carriles han eliminado zonas de detención a la izquierda y en muchas zonas también a la derecha.
Un empresario catalán, para el que trabajé 9 años me dijo: “La diferencia entre ustedes y nosotros es que ustedes no aprenden de sus errores, mientras que nosotros aprendemos de los errores ajenos”. Si sabemos cuál es la solución, ¿por qué no lo hacemos? Bajando la velocidad máxima de 130 a 110 km/h, los usuarios van a tardar desde San Isidro 40 segundos más, desde Tigre 80 segundos más, y desde Pilar, 210 segundos más, pero se evitarían muchísimos accidentes y largas demoras.
Edgardo Hilaire Chaneton
En la Red Facebook
El Gobierno dio un paso más para avanzar con las Sociedades Anónimas Deportivas
“Así habremos matado nuestra gloria deportiva. Son los clubes de barrio los que hicieron a nuestros campeones de ayer y de hoy”- Bebe Ponti
“Perfecto… los clubes no son de los hinchas, son de los dirigentes, representantes, jugadores y políticos”- Pablo Rodrigo Tamburcio
“Se termina el curro de barras y dirigentes”- Adrián Eduardo
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