Con un fuerte dolor que no sabe especificar bien, Juan Vázquez (80) se anima a conversar con Clarín después de mucho meditarlo: «Es que ya no doy más, lo que hizo mi hija no tiene perdón de Dios. Es una psicópata, está enferma de tanto mentir. No puedo entender cómo se convirtió en esta persona. No la reconozco, no la reconocemos ni yo ni Alicia, mi mujer, su mamá.»
Quien habla es el padre de Andrea Vázquez (56), la ginecóloga y también funcionaria de La Matanza y activista por los derechos de las mujeres, cuyo nombre se instaló en los medios porque uno de sus tres hijos la señaló como quien lo había impulsado a responsabilizar a su padre de abusar sexualmente a dos de sus hijos.
«Por suerte, mi nieto Tomás pudo tener un poco de lucidez para animarse a ser ese video y desnudarla por sus calumnias e injurias. Su perversidad nos ha shockeado a su madre y a mí», dice el hombre.
Juan Vázquez revela que también fue víctima de su hija: «Me acusó de haberme propasado con mi sobrina. Es de una locura que no tiene límites. Lamentablemente, mi hija está fuera de sus cabales y sufro por mi nieto más chico, Ignacio, que no puede salir de esa casa que es una trampa mortal de la que pudieron escapar los más grandes Francisco y, bastante más tarde, Tomás.»
El revelador testimonio propició que el fiscal Jorge Bettini Sansoni realizara una denuncia formal contra Vázquez por instigación a la comisión del delito de falso testimonio, falso testimonio calificado y asociación ilícita. El expediente se radicó en Lomas de Zamora y la investigación quedó a cargo de la fiscalía que hasta entonces había seguido la causa contra Pablo Ghisoni.
En estos días, Vázquez está intentando acercarse a su ex yerno, a quien atacó durante años de todas las maneras posibles y hoy no sabe cómo subsanar esos errores. «Yo defendí a mi hija porque confié en ella plenamente, como cualquier padre haría ante tamaña denuncia de un hijo. Andrea, junto a sus hermanos Juan José y Mariela, crecieron en un hogar donde primó el amor, el cariño, la bondad y la solidaridad. La apoyé incondicionalmente sin medir las consecuencias», sostiene.
Vázquez dice sin medir las consecuencias: «Fui capaz de cosas horribles, como llevar pancartas al lugar donde trabajaba Pablo, mi yerno, y decir que es un violador y pedófilo. También llegué a escupirlo. Sé que de eso no se vuelve, pero confío en que podré recomponer la relación.»
«El tiempo será un aliado, aunque no sé si tengo mucho tiempo, porque soy un enfermo oncológico. Hace unos años fui operado de cáncer de colon y sabés, mi hija, que es médica, nunca me dio una mano, me dejó solo», relata.
El malestar general de Vázquez tuvo su explosión cuando se enteró de que su hija lo acusó de haberse propasado con una sobrina. «Eso sucedió hace poco más de un mes y fue el límite, fue cuando ya dije basta y entendí que tenía que acercarme a mi yerno y hablar con mis nietos. Andrea dijo que yo también era un pedófilo y que había abusado de Mónica, mi sobrina e hija de mi hermana Gloria, ya fallecida. Me cuesta creer hasta dónde puede llegar un ser humano con su crueldad para decir semejante disparate», dice.
Preocupado por la salud de su mujer, Juan Vázquez se propuso con sus nietos Francisco y Tomás empezar a reconstruir «la montaña de escombros que es la familia, que estuvo inmersa en esta tragedia». Agradece el video de Tomás Ghisoni, que vio la luz hace unos días: «Fue muy valiente y creo fervientemente en lo que dijo, porque pese a todo lo que sufrió, es un chico sano. Ahora hay que salvar al más chico.»
Quién es Andrea Vázquez
La falsa denuncia de la que fue víctima el médico obstetra Pablo Ghisoni, quien estuvo casi tres años detenido, entre 2020 y 2022, puso en el centro de la escena a Andrea Vázquez, ex esposa, médica y actualmente activista por los derechos de las mujeres y secretaria del intendente de La Matanza, Fernando Espinoza. Vázquez fue durante años quien ensució la imagen y la reputación profesional de Ghisoni.
Vázquez comenzó su carrera en ginecología tras recibirse en la UBA y luego se especializó en mastología. De acuerdo a la información de sus redes sociales, atendió a personas con patologías oncológicas y acompañó procesos de salud con enfoque integral. Vázquez y Ghisoni se conocieron en la residencia del Policlínico Bancario y se casaron en 1999. Ella se había casado anteriormente.
Codirectora de Acceso a Justicia de la Secretaría de Mujeres, Políticas de Género y Diversidades de La Matanza, Vázquez, hace poco más de un año, señalaba: “Vengo de una larga lucha que lleva más de una década en la que mis hijos y yo fuimos sometidos a la peor de las violencias, la más invisibilizada y que no está nominada como tal: la violencia que recibimos de la justicia.»
«Si bien existe la violencia institucional, esto es violencia judicial y yo creo que el núcleo más duro y rancio del patriarcado está enquistado en el Poder Judicial», afirmaba en aquel entonces.
Madre de Francisco (25), Tomás (23) e Ignacio (16), dice que su vida cambió a partir de un conflicto judicial por la tenencia de sus hijos y canalizó su experiencia personal en militancia institucional.
Un video de Tomás Ghisoni -el hijo del medio-, conocido esta semana puso en la vidriera el caso de la denuncia falsa. En las imágenes, el joven afirmaba que había sido inducido por su madre a sostener la mentira durante más de una década. Ahora la Justicia investiga si Vázquez incurrió en falso testimonio calificado, instigación y asociación ilícita. «Fui manipulado por una persona de mi mayor confianza, que es mi madre», remarca en un fragmento.
El video que grabó Tomás fue el corolario de una serie de intercambios de chats entre el joven y su padre falsamente acusado. «Hechos, no palabras», fue la contundente respuesta de Pablo Ghisoni a Tomás, cuando el hijo empezó a acercarse a su padres: «Me escribía, me pedía de todas las formas posibles disculpas y que él siempre actuó exhortado por su madre. Yo le respondí que necesitaba una prueba pública que a mí me ayudara. Porque lo que se dijo de mí, lo que dijeron su mamá, su abuelo y él mismo no tiene nombre.»
En el video conocido esta semana, Tomás explicó que durante su infancia creció escuchando que su padre era un monstruo. «Una persona peligrosa, que nos había hecho daño y al que le teníamos miedo. Yo siempre creí todo lo que mi madre decía. No fue una mentira inventada por mí. Fue una historia sostenida, repetida e impuesta”, detalló.
En diálogo con Clarín, Pablo Ghisoni mostró una pericia médica que determinaba que su ex mujer padece una psicopatía narcisista, «que la llevó a hacer las cosas más abominables contra mi persona».
«Ni mi peor enemigo hubiera hecho el daño que me produjo esta persona. Pero se aprovechó de su cargo político en La Matanza, de su militancia feminista y de ser amiga de poderosos los kirchneristas Aníbal Fernández y Julián Alvarez», afirmó.
Una informe clínico firmado por la médica Verónica Alicia Bazán testimonia que Vázquez «tiene una personalidad psicopática con componentes narcisistas y renegatorios en el momento de la evaluación efectuada. Presenta escasa capacidad para tramitar y canalizar sus impulsos tendiendo a la proyección. Su meta pulsional aparece vinculada con la satisfacción inmediata. El pronóstico es reservado ya que pueden agravarse las aristas actuadoras, proyectivas e impulsivas de su estructura psíquica».
AA