En las próximas semanas el equipo económico deberá volver a presentarle al organismo la octava revisión del programa. Qué pasó con las metas y qué posibilidades hay de alcanzar otro acuerdo.
Durante su participación en el G20 que se desarrolla en Río de Janeiro, el ministro de Economía, Luis Caputo, se reunió con la jefa del Fondo Monetario Internacional (FMI). Del encuentro trascendieron apenas algunos escuetos comentarios, principalmente porque la preocupación troncal está puesta en lo que viene, ya que en las próximas semanas el equipo económico deberá volver a presentarle al organismo la evolución de las metas del programa.
La primera en hablar de la reunión con Caputo fue la titular del FMI, Kristalina Georgieva, quien publicó en un mensaje en sus redes sociales en el que tildó el encuentro de “constructivo” y valoró el “el sólido desempeño de la Argentina en la lucha contra la inflación, la consolidación fiscal y el apoyo a las personas vulnerables”. “Estamos comprometidos a apoyar los esfuerzos del Gobierno para darle un giro a la economía en beneficio de los argentinos”, afirmó Georgieva.
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Pero más allá del diálogo cara a cara que mantuvieron de este jueves, en los próximos días se discutirá la novena y anteúltima revisión del acuerdo, correspondiente al segundo trimestre de este año. De acuerdo al calendario que publicó el FMI en su último reporte, la fecha de comienzo de esta instancia está pautada para el 10 de agosto.
Se trata de un paso formal, ya que, según cuentan en despachos oficiales, las conversaciones entre el organismo multilateral de crédito y los funcionarios argentinos se desarrollan “casi de forma permanente”. De todos modos, de avanzar en todos los aspectos formales de esta revisión y contar con la aprobación final, se enviarán unos US$530 millones a la Argentina.
De todos modos, el acuerdo que el FMI mantiene con la Argentina se sostiene sobre el cumplimiento de distintas metas, de las cuales tres son troncales: el objetivo fiscal, la acumulación de reservas y el financiamiento del Banco Central al Tesoro.
Sobre la meta fiscal, para fines de junio, el Ejecutivo debía conseguir un superávit primario de $4,6 billones. Este objetivo estaría “sobrecumplido”, ya que hasta el sexto mes del año, la Secretaría de Hacienda acumulaba un superávit primario de $6,9 billones. Para septiembre, esa pauta es más exigente y se ubica en casi $7,7 billones. El segundo objetivo, de financiamiento de la autoridad monetaria al Tesoro se mantuvo en 0 para todo el año y también estaría aprobado.
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En relación con las reservas netas internacionales, la pauta del organismo indica que hasta junio se debían acumular US$10.900 millones, mientras que para septiembre se espera una baja hasta los US$8700 millones. Este es por hoy el punto que mayor preocupación genera entre los inversores, especialmente después del anuncio de la “fase dos” del plan económico, que prevé una “esterilización de pesos”, es decir, el proceso mediante el cual la autoridad monetaria elimina la emisión de pesos por compra de dólares y luego vende dólares en el mercado del MEP o el CCL. El Fondo Monetario no suele ver con buenos ojos este tipo de intervenciones.
Cómo sigue el acuerdo entre el FMI y la Argentina
“Las metas cuantitativas estoy seguro de que se han cumplido. Si hay alguna desviación, sería mínimas. El punto central es que este programa se termina y se puede negociar otro, pero no porque cumplieron el Fondo va a aprobar uno nuevo automáticamente. Tiene que haber una negociación. Hay que revisar con mucho más cuidado las metas monetarias, fiscales y cambiarias. Sobre todo esta última”, evaluó el exdirector del FMI, Claudio Loser.
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Dicho de otro modo, más allá del cumplimiento de las metas pactadas en el programa con la entidad de crédito, el próximo objetivo oficial está puesto en comenzar un nuevo programa que destrabe más fondos. Por estos días se habla de acuerdo por alrededor de US$10.000 millones -al que se sumarían préstamos con otros organismos internacionales-, pero para conseguirlo, el principal foco de atención que mira el Fondo es la situación cambiaria.
“La parte fiscal y la monetaria no son problemas para el Fondo. El gran tema es cómo salir del cepo. El Fondo quiere que la argentina vaya saliendo del cepo. No le va a imponer una fecha, pero sí mucha presión para ir levantándolo y que haya un mensaje de que sea lo más pronto posible”, consideró Loser.
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“El FMI nunca va a decir que no crezca la emisión. Sí que no haya expansión por el lado fiscal ni del Banco Central, pero decir que no vamos a emitir y para eso usar las reservas va en contra del pensamiento de los principios macroeconómicos básicos que uno tiene que seguir. Si hay una intervención pequeña está bien, pero si ponen en peligro la acumulación de reservas es un error”, alertó el exdirector del organismo.
De esta manera, y si todo sigue de acuerdo a lo planeado, al equipo económico le quedaría una última y décima revisión en noviembre. Originalmente, la duración del programa estaba prevista para septiembre, pero el Gobierno pidió extender los plazos hasta diciembre de 2024. Luego, a partir de 2025 no hay desembolsos estipulados por parte del Fondo Monetario Internacional, aunque sí la Argentina deberá afrontar vencimientos hasta el 2044.