La decisión de la cadena Farmacity de darle un mandato al Bank Of America para hacerse con fondos frescos, y la posibilidad de que la misma empresa salga a la Bolsa a intentar captar capitales, encendió otra luz de alarma en el escenario de las compañías de envergadura en la Argentina. Ese nicho viene de recibir un sacudón con la decisión de Carrefour de desprenderse de sus activos en el país, y tuvo otro temblor a partir de la decisión de Raízen, la dueña de la marcha Shell a nivel local, de desprenderse de toda su cadena de estaciones de servicio. El movimiento de Farmacity ocurre en un contexto de caídas sucesivas en las ventas de remedios y medicamentos, y, en simultáneo, un incremento en la competencia a partir de la expansión de firmas locales e internacionales.
Si bien la compañía aclaró que no contempla un cambio accionario, lo cierto es que la decisión deja a la vista que, con vistas a los próximos meses, el timón de Farmacity presupone un escenario comercial por demás complicado. Este cambio de estrategia ocurre en paralelo a otras empresas que también vienen ajustando sus estructuras ante la perspectiva de futuros meses turbulentos en términos de ventas.
«Nos estamos preparando para una Argentina que recibirá más inversión en los próximos años, para acceder a las mejores fuentes de financiación. Hoy no hay nada en carpeta que involucre un cambio del control accionario«, se indicó desde la cadena, que también se ve impactada por la caída en la comercialización que reconoce el sector de las farmacias.
En ese sentido, y según datos de la Confederación Farmacéutica Argentina (COFA), el año de ese segmento inició con caídas versus el cierre de 2024. Sólo entre el cierre del año pasado y el primer tramo de 2025 el sector encadenó cuatro meses consecutivos de baja en los despachos de medicamentos.
«Los descensos señalados se produjeron tanto entre los medicamentos de venta con receta (mercado ético en la jerga del sector) como entre los de venta libre. Las ventas del segmento con receta retrocedieron casi un 10% entre diciembre y febrero, mientras que las del grupo sin receta cayeron un 6% en el mismo lapso», indicó en ese momento la organización.
Merma en la venta de medicamentos y más competencia
Las estadísticas más recientes de COFA también dan cuenta de una actualidad en rojo para el sector. «En el mes de junio el mercado farmacéutico decreció con relación al mes anterior en un -0,57% en unidades, y si la comparación la realizamos contra el mismo periodo del año anterior, mantiene una tendencia decreciente de un -1,03 por ciento«, informó la entidad, en un monitoreo al que accedió iProfesional.
«Al comparar las unidades dispensadas con el mismo mes del año anterior, se evidencia una retracción considerable tanto en el mercado total como en el segmento ético, con variaciones de -1,63% y -4,45%, respectivamente«, añadió.
La confederación también da cuenta de una caída similar ocurrida en el mes de mayo. La perspectiva, reconocen muy cerca de COFA, es de un escenario de comercialización similar o más complicado en el tramo final de 2025.
Ese devenir es el aspecto que también opera de fondo en la decisión de Farmacity de buscar apoyo financiero para lo que viene. Al mismo tiempo, la compañía se ubica en un nicho comercial que no ha dejado de presentar cambios en los últimos meses, sobre todo en términos de competencia.
Una muestra de ello está en la expansión de Farmatodo, una corporación venezolana con presencia en el país desde 2019 pero que en marzo de este año adquirió la cadena Vassallo y se reposicionó en Capital Federal y el Norte del conurbano.
Mediante esa operación, valuada en algo más de u$s5 millones, Farmatodo sumó 15 puntos de venta distribuidos en puntos como Barrio Norte, Villa del Parque, Caballito, Olivos y San Isidro.
A ese movimiento hay que añadirle la expansión de firmas locales como Central Oeste, que según el portal Pharmabiz viene de inaugurar cuatro puntos de ventas en Capital Federal tras irrumpir en el mercado porteño a mediados del año pasado. La compañía en cuestión totaliza 8 farmacias en ese mercado.
«Central Oeste de la familia Schvarzstein opera hace más de 60 años con eje en la zona oeste del Gran Buenos Aires, y cuenta con 30 farmacias distribuidas en Ramos Mejía; Morón; San Antonio de Padua; Castelar; Leloir; Ituzaingó; San Miguel; San Justo; Merlo; y Haedo», detalló la plataforma.
Farmacity y una estructura que busca seguir escalando
Desde su creación en 1997 por iniciativa de Mario Quintana, entonces en el Fondo Pegasus, Farmacity transformó el negocio farmacéutico en el país, tanto por su poder de negociación con laboratorios como por su capacidad financiera para ofrecer promociones y planes de pago. Su esquema fue similar al de CVS en Estados Unidos, por ejemplo.
Actualmente, la mitad de los ingresos de Farmacity proviene de la venta de medicamentos, aunque el encarecimiento y la exclusión de ciertos fármacos de los descuentos de PAMI, obras sociales y prepagas afectaron el consumo. El resto de las ventas corresponde a productos de belleza, limpieza, golosinas y artículos de tocador.
Farmacity emplea a 8.200 personas y cuenta con 350 puntos de venta en Argentina y Uruguay, además de 13 marcas propias.
Sin embargo, aún no logra ingresar a la provincia de Buenos Aires debido a la ley 10.606, que impide la propiedad de farmacias por parte de sociedades anónimas.
Hoy por hoy, la compañía sortea esta limitación con su cadena Simplicity, especializada en cuidado personal, moda, hogar y entretenimiento, en la que invirtió $2.100 millones el año pasado para expandirse en el territorio bonaerense y también está presente en otras provincias